Si no fuera porque algunos os preocuparíais, hoy no escribiríamos nada. Es un día para borrar de la bitácora de cualquier navegante.

Llevamos 24 horas navegando de ceñida, camino de África, con un mar de bigotes y viendo en el plotter que la distancia a Fernando de Noronha no se rebaja ni en una sola milla, porque estamos haciendo el bordo malo y no pensamos cambiarlo hasta enganchar los SE. Estamos exactamente a la misma distancia que ayer a estas horas: 748 millas.

Resulta que el meteo dice que tenemos que tener vientos del SE en la zona en la que estamos ahora, pero aquí no se han enterado y seguimos teniendo SSW e incluso SW y claro, así de cabeza para África.

Las guardias, con el problema del piloto 2 que no tiene duplicado en el interior, hay que hacerlas en el puesto de gobierno exterior de babor, a pecho descubierto, sin ninguna protección. La temperatura es buena, alrededor de los 25º, pero ha caído algún chubasquillo que te deja las gafas inservibles por un rato.

Hemos avistado 3 mercantes, uno de ellos el ISIS nos gobernó para cruzarnos la popa. Le llamamos para darle las gracias.

A más, a más, el día ha sido gris, el sol apenas aparece y no estamos muy divertidos.

Se nos ha ocurrido, cada día, dedicar nuestra travesía a alguna persona de nuestro entorno, amigos, familia, lectores, etc. como aquello de los discos dedicados: a Maripili en el día de su primera comunión…….. Concretamente hoy le dedicamos nuestro recuerdo a Abella (Jesús Manuel Sánchez Abella) amigo de juventud de Carlos. Ayer Toni nos comunicó su fallecimiento.

Posición a las 20 horas UTC
Latitud: 06º 07´38 N
Longitud: 24º 56´64 W
Rumbos de hoy: 136º a 148º
Temperaturas del aire entre 24º,5 y 30º
Temperatura del agua: 27º-28º
Millas navegadas en las últimas 24 h: 145 Nm
Millas navegadas desde Melilla: 2.927

Hoy es El Cristo de Santa Marina, fiesta en mi pueblo natal, Valencia de Don Juan (León).

Como siempre hemos vivido en otros lugares y la fiesta coincide con el principio del curso escolar, no recuerdo haber pasado esa fiesta en mi pueblo desde hace muchísimos años, cuando en casa de la abuela se mataban unos buenos pollos de corral y durante días se preparaban pastas y licor para una celebración que congregaba a la gran familia. Cuantos años tienen que haber transcurrido para que el pollo fuera tan valorado. Sin embargo, viviéramos donde viviéramos, en mi casa siempre lo celebrábamos. Había comida especial, aunque fuera día de diario y si coincidía en fin de semana, aperitivo rumboso. Incluso algunas veces, mis padres, con la música de la radio, bailaban algún pasodoble o similar, algo que les encantaba. Era curioso que mi madre, que siempre tuvo dificultades para caminar por sus problemas reumáticos, olvidara todos los dolores cuando mi padre la invitaba a bailar. Es una imagen de felicidad doméstica que tengo grabada en mi memoria y que ahora me encanta sacar a relucir aunque sienta la tristeza de que nunca se repetirá.

En el PRATI, como nos apuntamos a un bombardeo, también lo hemos celebrado con un aperitivo especial, sólo en lo que se refiere al tapeo, porque la bebida ha sido tan poco lúdica como un coca cola.

Como dice el capi, una de las ventajas de estas tranquilas jornadas de navegación es que nos vuelve personas, las personas que éramos antes de que el trabajo, el bullicio de alrededor, la tele y cualquier cosa que aparezca en nuestro horizonte nos impida ver el interior, los recuerdos, lo que de verdad importa cuando estás solo contigo mismo y aquí, aunque navegamos de a dos, hay muchos momentos para estar solo.

Aparte de este recuerdo, hay poco que contar, la noche volvió a ser a motor, viento inexistente y mar bastante agitado. Guardias de sofá y buenas cabezadas.

Ha pasado cerca de nosotros el CIELO DI ROMA, mercante italiano de 176 mts. de eslora. El capi puso la VHF por si nos llamaban pensando que éramos italianos, como cuando antaño se tocaba el claxon al cruzarte en la carretera con otro coche de matricula de tu misma provincia. Imaginamos que los de Madrid no, los de provincias que nacieron antes del 60, seguro que lo recuerdan.

Hasta las 13,30 horas no hemos podido izar y mal que bien, por la intensidad y dirección del viento, seguimos aguantando a vela, rodeados de nubes que presagian vientos pero se quedan en nada. A la hora de comer, hubo un chubasquillo que refrescó el ambiente. Tenemos de 4 a 6 kts. de viento y llevamos un desvío de rumbo de 50º. Mañana será distinto, eso al menos esperamos.

Apartado de averías.- ¡!!!!!Hoy no hemos roto nada¡¡¡¡¡¡¡¡ y hemos conseguido restablecer la comunicación vía satélite con unos ajustes de configuración que nos ha indicado nuestro proveedor del servicio. Sin embargo hemos consultado el problema del piloto a FURUNO y nos han contestado que consultemos en el primer puerto que lleguemos. ,,,,,,,

Posición a las 20 horas UTC
Latitud: 07º 32´63 N
Longitud: 26º 50´99 W
Rumbos de hoy: 220º a 276º
Temperaturas del aire entre 25º y 31,5º
Temperatura del agua: 28º
Millas navegadas en las últimas 24 h: 125 Nm
Millas navegadas desde Melilla: 2.782

Noche cálida, 25º, alto grado de humedad, 93% y hoy hago la guardia en el puesto de gobierno de estribor, en el exterior.

El viento baja y baja y llega hasta los 2,4 kts el barco continua su camino incansable, ahora a 3 kts, en parte gracias al aparente y a un poco de corriente a favor. Aprovecho para recoger la hélice del aquagenerador que apenas da una vuelta de tarde en tarde, no carga absolutamente nada y además puede ser un problema en caso de hacer alguna maniobra.

A pesar de la oscuridad de la noche, se distingue perfectamente el horizonte, azul profundo del mar a un lado y al otro el azul de la noche. Lastima de velas en lo alto que restan espacio en la bóveda celeste, plagada, plagada de estrellas, diría uno de Bilbao “todas, eh, todas”

Guardia súper, con unos ratos para los recuerdos y otros para el disfrute del momento. Repasas tu vida.

A la 1,09 horas la luna aparece en el horizonte, en nuestra popa, en cuarto menguante, con los cuernos hacia arriba y amarillenta, como un poco enferma, los días los tiene contados. Dentro de un rato será diferente, se elevará hasta el cenit y desde allí, a pesar de su tamaño medio, brillará con intensidad e iluminará la mar por donde navegamos.

¡Ah! Que pena, han llegado nubes y me han chafado el cuento. Pero no todo es malo,
aunque son nubes lejanas, el viento sube a cinco nuditos y el barco echa a andar. La mar está casi como un plato. Minutos después el viento vuelve a caer hasta 1,6 kts, es decir, nada. El cata con su pequeña inercia y la corriente, va a dos. La calma es absoluta.

Hace un rato, sentado en el puesto de gobierno, frente al panel de instrumentos, ploter, piloto automático y display multifunción, que van dando números y trazas y movimientos de la pala del timón y bla, bla, bla, bla, entré en uno de esos recuerdos que acuden a mí con mucha frecuencia. Recordé que en mi juventud, en mi pueblo natal, Navia, las gentes del lugar hacían un esfuerzo tremendo para que sus hijos pudieran estudiar y mejorar así su condición de vida. Yo que rondo los sesenta, (58) vi, como en un lugar de apenas tres mil habitantes, casi todo el mundo estudiaba, claro que había excepciones, pero buena parte de la juventud tuvo la oportunidad de estudiar. Venían también otros chavales de las aldeas y pueblos de los alrededores, algunos en coche de línea y otros en bicicleta, cada mañana acudían, lloviera o no y casi siempre llovía. El esfuerzo de nuestros coleguillas era mucho mayor que el de los señoritos de mi pueblo que en un saltito estábamos en el Liceo o en el Instituto. Mi hermano ya me reprendió cuando hablé del Liceo donde yo había estudiado, pues daba la sensación de ser el Liceo francés o similar y no, era simplemente una academia particular, donde algunos, los más “privilegiados”, además de aprender algo, llevábamos una paliza diaria, a modo de propina. Lo de ponerte de rodillas era una cosa que a los tiranosaurios les ponía cantidad. Yo en particular estuve más tiempo en el suelo que en el pupitre. Ahora estoy pagando las consecuencias del método empleado por aquellos estúpidos profesores, tengo la rodilla izquierda bien jodida.

Ya lo sé, este es un tema recurrente, quizás algo traumático y que lo cuento cienes y cienes de veces, ya lo se, pero que más da. En la vida vamos repitiendo las cosas una y otra vez y sobre todo cuando te vas haciendo mayor. O sea, es un derecho que se adquiere con la edad.

El barco se queda prácticamente parado.

Como consecuencia del esfuerzo de aquellos padres, la gente de mi edad, diez años arriba, diez años abajo, ha tenido la oportunidad y la ha aprovechado, ha estudiado duro y ahora los abuelillos que vuelven a su villa natal, cada mes de Agosto, se están
jubilando habiendo sido, ingenieros navales, maestros nacionales (expresión antigua donde las haya), agrónomos, veterinarios, químicos, ingenieros de caminos, médicos, abogados, peritos como el que suscribe, telecos, capitanes de la mercante, mecánicos navales y también algún comandante de aviación. Me siento orgulloso de haber nacido en un lugar, Navia, donde fue posible que toda una generación lograra avances tan importantes, que en otras partes del país no pudieron ni de lejos alcanzar.

Mi caso fue otra cosa, yo de chico estudié poco o nada, aunque acabé mi carrerita, pero de mayor bien lo compensé. Consecuencia de este esfuerzo y en parte de la buena suerte, ahora estoy dulcemente navegando y chupando del bote.

Entre nudos, viento, mar, recuerdos, estrellas y luna, se me ha pasado la guardia volando. Hasta me he pasado de frenada y son las dos y media y mi guardia acababa a las dos. Supongo que mi querida relevista esté disfrutando de un feliz sueño. Mañana, más, me voy a dormir.

En el relevo de guardia, recogimos génova, arrancamos un motor y quedó la mayor con un rizo en espera de buenos vientos. Vuelta a estudiar el meteo que ayer por casualidad entró vía Sail Mail a través de la BLU y cambio de plan. Si seguimos a rumo directo como lo veníamos haciendo estas horas de atrás, entraremos en un pantano barométrico y seguiremos a motor cuatro o cinco días. Si retrocedemos de longitud y vamos un poquito hacia el E podemos coger una Baja que viene hacia acá y que nos puede meter hacia el S y allí enganchar SE de 15 kts. que haciendo un través nos llevan a rumbo directo. Esta es nuestra planificación para los próximos 4 ó 5 días y si las cosas salen como dice el meteo y nosotros hemos interpretado, el próximo finde estaremos en Fernando de Noronha.

Como ya hemos comentado en varias ocasiones, el área de Cabo Verde y sus alrededores tiene sombras en la comunicación satelitaria y no recibimos correos ni tenemos acceso a meteos, solo queda el resquicio, algunas veces, de la BLU y Sail Mail, así como el teléfono si fuera necesario.

A las 9 la mayor se bajó hartos de esperar al viento, se guardó en el saco a la espera de que esta próxima noche vuelva a trabajar.

A las 10 horas, aparecieron los delfines. Oh, cuanto tiempo hacía. Eran una media docena y apenas estuvieron dos o tres minutos

A las doce volvemos a colocar el sistema de piloto automático de reserva para dar un poco de descanso al titular.

Durante la noche del día 10 se pusieron de acuerdo para entrar en nuestra zona de navegación hasta 5 mercantes. Teniendo en cuenta por donde andamos, nos ha parecido, una situación excepcional. Incluso uno de ellos, el TRIATHLON de MMSI 237827000, bandera griega, entró en rumbo de colisión y la patrona tuvo que llamarle al orden. Se dio la circunstancia de que el viento bajó y con ello nuestra velocidad, con lo que debimos echar por tierra los cálculos que hubieran hecho ellos, iban a cruzarnos por popa y al retrasar nuestro paso entramos en riesgo de colisión. Como el animalito solo medía 274 metros, tampoco era para tomarlo a broma, así y todo dedicaron un rato a estudiarlo para acabar diciendo que pasarían “behind the sailboat”. Esto del AIS nos está viniendo de rechupete, es muy distinto llamar a un barco por su nombre que cuando le llamábamos por nuestra posición. “velero en posición……. a barco en su costado de babor………..” la mayoría no hacía ni caso.

Además de los mercantes también se cruzó en nuestro camino otro calamar gigante que pasó al frigorífico, en espera de algún congénere, para preparar un riquísimo arroz con chipis y sino irá a la plancha como los anteriores.

Salvo las primeras horas de la noche que hubo buen viento, al amanecer bajó a F-2,3 y navegamos todo el día entre 5 y 6 kts. En todo momento, creando un aparente importante, el barco consigue casi la velocidad del viento. Volvimos a echar la hélice del aquagenerador y aunque carga poco, por sus palas pequeñas, vale más poco que nada.

El día soleado desde la mañana a la noche, la mar muy buena y esto es un paseíto por el Atlántico.