A las 24 horas del día de ayer, llegamos al fondeo de Fernando de Noronha, a la vez que los primeros barcos de la XXI edición de la regata Recife – Fernando de Noronha.

El fondeo como una verbena, primero porque dos barcos de la armada, desplazados por lo que se ve para la ocasión, deslumbraban en todas las direcciones con sus potentes focos y había que hacer maravillas para ver el resto de la zona y después porque el número de veleros fondeados, con todo tipo de luces, era en verdad importante. Unos con luz convencional de fondeo, otros con luz estroboscópica, otros solo con luces a la altura de la bañera, otros arribando en ese momento y usando potentes focos manuales para aclararse un poco, en fin, una entrada triunfal. Hay que acertar de narices para cruzar el Atlántico y llegar a la vez que la más importante regata de veleros de Brasil.

Mientras cenábamos algo y nos relajábamos, veíamos entrar más y más veleros y todos pasaban padentro, al fondo de la barra, donde en Madrid siempre dicen que hay sitio. Nosotros, prudentitos, como solemos ser, fondeamos al exterior, cerquita de las patrulleras, con una sonda de 12 metros.

Sueño reparador, veníamos bastante cansados. Al amanecer y sin ponernos de acuerdo, ambos coincidimos levantados en la bañera para ver lo que nos rodeaba. El paisaje, precioso. Tenemos al lado una montaña picuda, llamada Morro do Pico, con una vegetación exuberante en sus laderas y una roca, la picuda, que corona el monte. A sus pies la playa da Conceicao, totalmente solitaria, linda.

Volvimos a la cama, después de la toma de contacto, hasta que despertamos relajaditos. Desayuno, puesta a punto del dinghy, siguen entrando veleros de la regata y nosotros a papelear.

Una oficina, tipo caseto, con aire acondicionado y antes de empezar a hablar, nos invitaron a café. Todo facilidades, llamaron a la policía de inmigración y aduana y ellos vinieron aquí, para hacernos los trámites in situ.

En media hora, todos los requisitos resueltos para una estancia de 90 días, prorrogables a otros 90. habíamos leído en una página náutica de Brasil que este plazo aumentaba a 2 años. El policía dice que él no está informado, pero que hará la oportuna consulta. Todo es amable y educado al máximo.

A cambio de tanta amabilidad, aquí en Fernando de Noronha, las tasas para estar fondeados, decimos fon de a dos, son 90 €/día para nuestro barco y nosotros dos. Menudo plumazo.

Acabados los trámites vamos en taxi a cambiar dinero. Pasamos delante del Banco Real (grupo Banco Santander) y seguramente el único de la isla, donde el taxi no para. Sigue por una calella pindia y empedrada y nos para delante de una tienda de submarinismo. Sacamos las antenas de la sospecha, entramos y preguntamos si hacían cambio de moneda y la valoración del euro. Cambio 2,48 reales por euro, saca una caja, tipo zapatos, con unos fajos enormes de billetes y cambia sin mediar papel, firma, ni na de na.

Al regreso, paramos en el banco, para ver si habíamos sido timados, el banco no hace esas operaciones, ahí no se cambia.

Antonio, Pichón, nos había advertido de que aquí funcionaba una seudo mafia, que hacía a una familia mangonear la mayor parte de la economía de la isla. Nunca pensamos que llegara a controlar al amigo Botín. Se supone que de momento, porque en cuanto Emilíuco, personalmente, lea esta crónica y se entere de ésto, los pone a andar.

En el recorrido, en taxi, por la isla, hemos visto edificación aislada y bajita, tipo rural, no hay ningún núcleo urbano. Pequeñas Pousadas y restaurantes pequeñitos para los turistas. Cuando la visitemos tranquilamente, ya contaremos

Resumen y valoración de la travesía.

Desde Melilla a aquí, hemos navegado 3.832 Nm. aunque la mar estuvo incómoda en varias ocasiones, como el día de salir de Las Palmas y otros dos ó tres días más de la navegación desde Las Palmas a Mindelo y algún día de este cruce, la suerte nos ha acompañado. El viento nunca pasó de 22 kts., salvo la tarde de la salida de Las Palmas, en que llegamos a tener un F-8 (más de 35 kts.). Lo habitual fue navegar con vientos flojitos de entre 6 y 12 kts. y en esta larga distancia recorrida, eso no es normal, es de tener mucha suerte.

En el tema meteo, apartado tormentas, veníamos acojonaditos pensando en las que nos podían caer en la zona de Cabo Verde. Las ondas del E, depresiones que salen de África con dirección W, nos tenían preocupados. En algunas ocasiones son los orígenes de los huracanes que van hacia el Caribe y casi siempre son tormentas de mucha lluvia y algunas veces acompañadas de aparato eléctrico. No hemos visto ni la chispa de un mechero. Más del capítulo suerte.

De averías, es otro cantar. Problemas con estanqueidad en las salas de motores, avería en el piloto automático principal, parada intempestiva de motor, rotura de un sable, el pequeñito, y de un terminal del tercer sable.

En análisis estricto posterior, realmente no son de mucha importancia, unas porque se fueron resolviendo y otras porque el sistema tiene alternativa, pero anímicamente si nos afectaron bastante en su momento. Llegamos a estar hasta un poco depres.

Sin embargo la actitud que tomamos ante los problemas es más positiva en este cruce. En los momentos de las averías no ha cundido el pánico. Esto mejora nuestra calidad de vida en navegación. Por ello debemos estar contentos.

Situación actual: el piloto principal sigue con su avería, entendemos que es del servo del timón, pero aún no hemos llegado a un sitio donde alguien lo pueda estudiar.

El tema de estanqueidad, lo llevamos bastante resuelto. Lo del motor se arregló en Mindelo, era una chorrada. El sable, se navega igual sin él y cuando lleguemos a un sitio con tiendas náuticas lo compraremos. El terminal del tercer sable lo vamos a cambiar por el del 6º que apenas trabaja.

Aunque nos pusimos alegres al atisbar los cuatro picachos de Fernando de Noronha ayer al atardecer, la emoción no llamó a la puerta como en el primer Atlántico en la ida hacia el Caribe, cuando divisamos la isla de Santa Lucia. Ahora lo vimos como algo normal a pesar de que no lo es.

En el tema de avituallamientos, tanto en Melilla como en La Palmas, salimos con comida preparada para los primeros días y la despensa bien surtida de productos frescos, sobre todo frutas y verduras. Desde Mindelo, como habíamos pensado parar en Praia, allí íbamos a hacer las compras. Al no parar, no comprar. Hemos llegado con dos manzanas, un plátano, 1/8 de cebolleta y 1/8 de pimiento rojo, amén de varios kilos de patatas y cebollas. Lechugas, tomates y yogures a cero desde hace dos días. Latas, legumbres, pasta, galletas, leche, embutidos, etc. etc. como siempre repleto.

Ahora, para los curiosos de las estadísticas y los datos, pasamos a relacionar todos los estudios que vamos haciendo en los tiempos de ocio, basados en las anotaciones que tomamos cada hora de los parámetros que nos parecen importantes, a saber: hora, latitud, longitud, millas totales navegadas, millas de la última hora, fuerza y dirección del viento, presión atmosférica, temperatura del aire y del agua, carga total de baterías y carga o consumo instantáneo, tipo de navegación, si a motor o a vela y trimado de velas. También hay una columna a la derecha de la página para curiosidades, si sale el sol, si llueve, si aparecen delfines o algún dibujillo anecdótico. En la página de la izquierda, a modo de borrador, anotamos ideas, avistamientos, averías, mantenimientos, etc. que luego pasamos al lugar correspondiente. Este es nuestro Cuaderno de Bitácora que desde el principio de nuestras navegaciones hemos cubierto.

Para los lectores no avezados, un nudo (kts) es una milla por hora = 1.852 metros, casi 2 Km./h.

ACLARACIÓN: Para los que no se han percatado, haciendo click con el ratón en la palabra «Posición» anterior a los datos diarios de la misma, se abre un link de Google maps marcando la situación en el mapa. Asimismo en el enlace de la derecha «Ruta vuelta al mundo«, se puede observar la misma, aproximadamente.