12 de septiembre La guardia del capi

Noche cálida, 25º, alto grado de humedad, 93% y hoy hago la guardia en el puesto de gobierno de estribor, en el exterior.

El viento baja y baja y llega hasta los 2,4 kts el barco continua su camino incansable, ahora a 3 kts, en parte gracias al aparente y a un poco de corriente a favor. Aprovecho para recoger la hélice del aquagenerador que apenas da una vuelta de tarde en tarde, no carga absolutamente nada y además puede ser un problema en caso de hacer alguna maniobra.

A pesar de la oscuridad de la noche, se distingue perfectamente el horizonte, azul profundo del mar a un lado y al otro el azul de la noche. Lastima de velas en lo alto que restan espacio en la bóveda celeste, plagada, plagada de estrellas, diría uno de Bilbao “todas, eh, todas”

Guardia súper, con unos ratos para los recuerdos y otros para el disfrute del momento. Repasas tu vida.

A la 1,09 horas la luna aparece en el horizonte, en nuestra popa, en cuarto menguante, con los cuernos hacia arriba y amarillenta, como un poco enferma, los días los tiene contados. Dentro de un rato será diferente, se elevará hasta el cenit y desde allí, a pesar de su tamaño medio, brillará con intensidad e iluminará la mar por donde navegamos.

¡Ah! Que pena, han llegado nubes y me han chafado el cuento. Pero no todo es malo,
aunque son nubes lejanas, el viento sube a cinco nuditos y el barco echa a andar. La mar está casi como un plato. Minutos después el viento vuelve a caer hasta 1,6 kts, es decir, nada. El cata con su pequeña inercia y la corriente, va a dos. La calma es absoluta.

Hace un rato, sentado en el puesto de gobierno, frente al panel de instrumentos, ploter, piloto automático y display multifunción, que van dando números y trazas y movimientos de la pala del timón y bla, bla, bla, bla, entré en uno de esos recuerdos que acuden a mí con mucha frecuencia. Recordé que en mi juventud, en mi pueblo natal, Navia, las gentes del lugar hacían un esfuerzo tremendo para que sus hijos pudieran estudiar y mejorar así su condición de vida. Yo que rondo los sesenta, (58) vi, como en un lugar de apenas tres mil habitantes, casi todo el mundo estudiaba, claro que había excepciones, pero buena parte de la juventud tuvo la oportunidad de estudiar. Venían también otros chavales de las aldeas y pueblos de los alrededores, algunos en coche de línea y otros en bicicleta, cada mañana acudían, lloviera o no y casi siempre llovía. El esfuerzo de nuestros coleguillas era mucho mayor que el de los señoritos de mi pueblo que en un saltito estábamos en el Liceo o en el Instituto. Mi hermano ya me reprendió cuando hablé del Liceo donde yo había estudiado, pues daba la sensación de ser el Liceo francés o similar y no, era simplemente una academia particular, donde algunos, los más “privilegiados”, además de aprender algo, llevábamos una paliza diaria, a modo de propina. Lo de ponerte de rodillas era una cosa que a los tiranosaurios les ponía cantidad. Yo en particular estuve más tiempo en el suelo que en el pupitre. Ahora estoy pagando las consecuencias del método empleado por aquellos estúpidos profesores, tengo la rodilla izquierda bien jodida.

Ya lo sé, este es un tema recurrente, quizás algo traumático y que lo cuento cienes y cienes de veces, ya lo se, pero que más da. En la vida vamos repitiendo las cosas una y otra vez y sobre todo cuando te vas haciendo mayor. O sea, es un derecho que se adquiere con la edad.

El barco se queda prácticamente parado.

Como consecuencia del esfuerzo de aquellos padres, la gente de mi edad, diez años arriba, diez años abajo, ha tenido la oportunidad y la ha aprovechado, ha estudiado duro y ahora los abuelillos que vuelven a su villa natal, cada mes de Agosto, se están
jubilando habiendo sido, ingenieros navales, maestros nacionales (expresión antigua donde las haya), agrónomos, veterinarios, químicos, ingenieros de caminos, médicos, abogados, peritos como el que suscribe, telecos, capitanes de la mercante, mecánicos navales y también algún comandante de aviación. Me siento orgulloso de haber nacido en un lugar, Navia, donde fue posible que toda una generación lograra avances tan importantes, que en otras partes del país no pudieron ni de lejos alcanzar.

Mi caso fue otra cosa, yo de chico estudié poco o nada, aunque acabé mi carrerita, pero de mayor bien lo compensé. Consecuencia de este esfuerzo y en parte de la buena suerte, ahora estoy dulcemente navegando y chupando del bote.

Entre nudos, viento, mar, recuerdos, estrellas y luna, se me ha pasado la guardia volando. Hasta me he pasado de frenada y son las dos y media y mi guardia acababa a las dos. Supongo que mi querida relevista esté disfrutando de un feliz sueño. Mañana, más, me voy a dormir.

En el relevo de guardia, recogimos génova, arrancamos un motor y quedó la mayor con un rizo en espera de buenos vientos. Vuelta a estudiar el meteo que ayer por casualidad entró vía Sail Mail a través de la BLU y cambio de plan. Si seguimos a rumo directo como lo veníamos haciendo estas horas de atrás, entraremos en un pantano barométrico y seguiremos a motor cuatro o cinco días. Si retrocedemos de longitud y vamos un poquito hacia el E podemos coger una Baja que viene hacia acá y que nos puede meter hacia el S y allí enganchar SE de 15 kts. que haciendo un través nos llevan a rumbo directo. Esta es nuestra planificación para los próximos 4 ó 5 días y si las cosas salen como dice el meteo y nosotros hemos interpretado, el próximo finde estaremos en Fernando de Noronha.

Como ya hemos comentado en varias ocasiones, el área de Cabo Verde y sus alrededores tiene sombras en la comunicación satelitaria y no recibimos correos ni tenemos acceso a meteos, solo queda el resquicio, algunas veces, de la BLU y Sail Mail, así como el teléfono si fuera necesario.

A las 9 la mayor se bajó hartos de esperar al viento, se guardó en el saco a la espera de que esta próxima noche vuelva a trabajar.

A las 10 horas, aparecieron los delfines. Oh, cuanto tiempo hacía. Eran una media docena y apenas estuvieron dos o tres minutos

A las doce volvemos a colocar el sistema de piloto automático de reserva para dar un poco de descanso al titular.

Posición a las 20 horas UTC
Latitud: 11º 18´31 N
Longitud: 25º 38´30 W
Rumbos de hoy: 250º, 210º y 167º
Temperaturas del aire entre 24,5 y 36,5º y con la humedad que hay ¡ozú que caló!
Temperatura del agua: entre 26º-28º
Millas navegadas en las últimas 24 h: 151 Nm
Millas navegadas desde Melilla: 2.522