Como decíamos en la crónica anterior, el PRATI arribó a la Ria de Vigo en la noche del 29 de junio, tras una navegación desde Sao Miguel bastante rápida y un último día a modo regata. Toda la travesía, tuvimos vientos del 4º y del 1º cuadrante, de intensidades 3,4 y 5 salvo un día completo a motor, con vientos muy flojos. El último día el viento arreció a fuerza 5 y 6 . No mucho viento pero si mala mar, seguramente formada por la Baja que teníamos en latitud más al N.
El barco fue ganando aparente y costaba frenarlo, hicimos una media de 8 kts. con puntas de hasta 13 kts. Nuestra tripulación estaba encantada por la emoción pero nosotros estábamos sufriendo, pues conociendo todos los problemas que el catamarán ha ido acumulando en los últimos tiempos, temíamos cualquier otra rotura. El barco estaba estresado y nosotros aún más.
Al final decidimos tomar segundo rizo en mayor y cambiar el génova por el foque, para bajar velocidad a la vez que meternos más de ceñida, en rumbo directo a la Ria de Vigo. Al bajar la sonda y entrar parcialmente al abrigo de las Cies, pudimos arrumbar directamente a Bayona, nuestro destino. Entre dos luces, a las 11 de la noche, optamos por fondear al abrigo del espigón.
Hemos navegado 863 Nm desde Ponta Delgada en Sao Miguel. 130 horas, de las cuales 102 han sido a vela. A la mañana siguiente fuimos al Club Nautico Monte Real donde descansamos hasta el día 5 de julio en que teníamos prevista la llegada a Vigo. A la vez que disfrutamos de Bayona, pusimos orden y un poco de limpieza en el PRATI.