Crónica de la regata: el motivo de habernos inscrito fue puramente mercantil y también social. Si vas dentro de la regata (en nuestro caso con un costo de 120 reales) al llegar a Natal tienes un mes free de fondeo en el Club de Yates, utilizando los servicios del Club, piscina, duchas, restaurantes, cafeterías, etc., tienes un recibimiento especial, hay celebraciones toda esta semana, contactas con otras tripulaciones y haces relaciones humanas.

Luis, comandante del Surazo, un chileno que está acabando la vuelta al mundo con dos de sus hijos, mientras su mujer en Chile cuida la economía familiar, nos lo recomendó e hicimos la inscripción a las 8 de la mañana por VHF, la salida era a las 9.

Como es de suponer cuando dieron el banderazo de salida, que en el caso de regatas ponen una bandera roja, después una blanca, o algo así, nosotros cuando vimos que todos iban a todo trapo, empezamos a sacar génova y en la cola, los penúltimos, pasamos la línea. La organización nos saludó deseándonos suerte.

Con el final de la isla por el través, unas 6 o 7 millas, ya íbamos los 6º de 12. fuimos poco a poco remontando como Fernando Alonso y a excepción de un trimarán, prototipo performance, al que solo vimos en la salida, en pocas millas nos quedaban dos barcos por delante. A las 60 millas, solo nos quedaba uno y a las 75, ninguno por delante.

De repente, apareció por babor y cruzó por debajo del cata, un tiburón de 2 ó 3 metros que volvió a asomar por estribor un par de veces y al que no fuimos capaces de fotografiar. Asomaba por donde le daba la gana, sin posar para la cámara ni nada. Nos han dicho que puede ser un tiburón lija por su color negruzco.

Llegó la patrullera de la armada y pasó lista cuando íbamos en las 80 millas y atardecía. Llamaron barco a barco, pidieron posición y la trasmitieron a los demás. En ese momento el velero FANTASIA, volvía a coquetear con nosotros. Monocasco de unos 42´, seis tripulantes y aparejo e intención de regatear a muerte. Todos haciendo banda, trimando continuamente, en cuanto bajó un poco el viento izaron el spi, para bajarlo inmediatamente y con dificultades ante una subida repentina, peleando duramente contra nuestro cata. Nosotros a cambio, con la llegada de la noche y teniendo en cuenta los vientos racheados, continuamente oscilando entre F-4 y F-6, como siempre tomamos un rizo en mayor y cambiamos génova por foque. En ese momento de aproarnos, tomar rizo, sacar foque y demás, unos diez minutos, el veleiro FANTASIA, nos enseñó el culo y hasta Natal, donde lo tenemos fondeado a nuestro lado.

Al orto, como habíamos llevado un rumbo conservador durante toda la noche, habíamos perdido trayectoria directa y tuvimos que ponernos a ceñir a unas 40 Nm. de la llegada, hasta aquí habíamos venido con aleta – través.

A 6 millas de la entrada al río Potengi, donde está ubicado el Club de Yates de Natal, nos entró unha ventania (una rasca) que pasó, mientras nos vestíamos los trajes de agua, de 12 a 28 kts. con un aguacero tan importante que había que poner la mano en la frente, a modo de visera, para poder ver. El mar hervía alrededor con un color negruzco al igual que el cielo. Momentos antes era de un espectacular color esmeralda. Esto duró un cuarto de hora y como que no había pasado nada. Otro velero nos advirtió que estábamos haciendo el aproaching por una zona peligrosa. Aunque en nuestro ploter esa zona estaba indicada más hacia la costa, hicimos caso, dimos un bordo y entramos casi por el E, como recomienda el derrotero. Pasamos por debajo de un puente espectacular, parecido al del 25 de abril, en Lisboa y viendo el club de Yates en la amura de babor, recogimos foque, esperando instrucciones. Llegó una lancha de apoyo y nos indicó una boya más adelante que había que remontar y volver hacia el Club. Esto lo hicimos con el barco sin arrancada y viendo llegar a otro cata que nos venía alcanzando. Otro bote de la organización vino a saludar y dio por finalizado nuestro recorrido. En el fondeo del Club, vemos con sorpresa que hay otros 3 ó 4 barcos ya en la boya, de los que salieron de Noronha. Seguíamos pensando que éramos los terceros.

Una vez en tierra, confirmamos que no, que realmente somos los sextos en la general. Estos traidores aprovecharon la nocturnidad y que nosotros bajamos la guardia y el trapo y durante doce horas ellos siguieron regateando, con todo el trapo arriba, incluso con riesgos, nos dijo alguno en la llegada.

Esta claro que la valoración que hacen los regatistas sobre las roturas es distinta que la de un barco de crucero que no le importa la posición de llegada a meta y si mucho el llegar completo.

Estamos clasificados y quizá en nuestra categoría, seamos el primero, jua, jua.

El próximo sábado es la entrega de trofeos.

Al final 2º en la categoría multicasco y sextos de la general

Hemos sacado una conclusión cara al futuro: si nos volvemos a apuntar, por conveniencia, a alguna regata, debemos traspasar la línea de salida cuando hayamos perdido de vista al pelotón, de esa forma perderemos la intención de regatear, es peligroso despertar a la bestia. Al final, quieras o no quieras, acabas picándote, entrando en el juego y poniendo en riesgo tu barco.

Como domingo, el ambiente en el Club de Yates espectacular. La jet set de Natal, reunida para almorzar. Comimos unos estupendos espagueti ao mare y después larga siesta hasta el amanecer, doce horas seguidas.

Bien temprano nos despertó un aguacero y luego otro que nos han dejado el barco de dulce.

El Campeón de la regata antes de adelantarnos