Caleta Columbine

Tras el día de descanso, volvemos a madrugar un poco y salimos al Canal Smyth para seguir restando millas a nuestro próximo destino, Puerto Eden.

Las previsiones meteorológicas nos anuncian viento de morral y así es. Para compensar, este viento del Norte ha limpiado el cielo de nubes. El día luce espléndido y a nuestro alrededor se perfilan las cumbres nevadas de la cordillera Darwin, en su zona norte.

La temperatura exterior está en los 15º y tenemos la sensación de que lo peor ha pasado. Ya hacemos incursiones por la cubierta sin gorros, ni guantes y a veces sin chaquetas.

El recorrido, como en días anteriores, es por un dédalo de islotes y obstrucciones de todo tipo, si bien está balizado en las zonas más complicadas y avanzamos con seguridad, a motor.

Tras superar la isla Rennell, viramos a estribor y nos adentramos en el Canal Sarmiento.

Cerca de nuestro destino, en la Isla Newton, se pueden ver incluso las Torres del Paine en nuestra proa estribor.

Fondeamos en una playa poco profunda, lo que nos hace repetir la maniobra para no quedar sin agua bajo la quilla en la bajamar. El lugar se llama Caleta Columbine y en ella nos quedaremos el día de mañana en que están previstos vientos de más de 40 kts., de proa, por supuesto.

Hemos recibido un comentario en que nos preguntan por el tema de las corrientes. No hemos hecho apenas mención porque como estamos teniendo poco viento, son de poca entidad, 1 kt a favor, o en contra, dependiendo de la marea. Otra cosa es cuando se une la dirección de la corriente de marea contra vientos fuertes, como hemos tenido la suerte de buen tiempo en cuanto a viento, no lo hemos vivido y no lo hemos narrado.

Nuestra posición es:

Latitud.- 51º 53´292 S

Longitud.- 73º 42´304 W

Estamos a 168 Nm. de Puerto Edén

Impresiones de Begoña y Carlos

Hoy toca día de descanso y de ducha, nos quedamos fondeados en cala Darde, ayer ya nos despedimos del estrecho de Magallanes sin que el “ventilador” que lo caracteriza se despertara del todo. Ahora toca zigzaguear entre miles de islotes desiertos y llenos de vegetación y roca granítica, los paisajes son esplendidos y aunque hay miles de islas, islotes y pedruscos, que dan posibilidad a miles de fondeos, hay que ir con tiento porque mucho esta sin cartografiar, ayer tuvimos un sustito con una piedra pero al final vinimos a este fondeo cuya entrada es impresionante. Lo que casi no cambia son los días grises y lluviosos, solo hemos tenido dos días y no enteros soleados, pero nos acabamos conformando con que no llueva…..

Desde que zarpamos no hemos tenido apenas vientos fuertes, los dioses están con nosotros, y hemos podido disfrutar de navegaciones muy tranquilas, por lo menos para Carlos y para mi, que han hecho que vayamos mas deprisa de lo planificado en un principio; también hemos podido ver lo que es hacer largas navegaciones en un catamarán y sigue alucinándonos el que no haya escora y que las cosas no tengan que ir tan trincadas como en un monocasco. Esta tarde intentaremos hacer otra excursión por tierra, aunque suele ser bastante difícil porque no hay senderos (claro no hay nadie) y la vegetación es muuuyyyyy tupida (hoy cogeremos machete y ya os contaremos).

Saludos y besos a todos, familia, amigos y demás que nos seguís y nos escribís.

19 de diciembre, Patagonia

Ya estamos fuera de Tierra del Fuego. Hemos navegado el Magallanes con condiciones distintas. Ayer fue un día triste, nublado, con vientos muy cambiantes. Empezamos la travesía con vientos de 15 kts. que en racha se acercaban a los 30 y después de un par de horas surfeando y con velocidades estupendas, fue bajando de intensidad y nos pasamos el resto de la travesía alternando motor y velas para cubrir las 59 millas que nos separaban del fondeadero de Caleta Uriarte, ya cerca del final del Estrecho de Magallanes.

Esta caleta la usan los pescadores de Punta Arenas por su tranquilidad, incluso en condiciones duras. En este momento es una balsa de aceite.

De madrugada se oyeron pisadas rápidas por la cubierta. La first mate, al tiro, como se dice en Chile, ya estaba en el salón. A un paso de la puerta de entrada, un mustélido de buen tamaño, unos 80 cm., creemos que un chungungo, salió por patas al notar movimiento dentro. Es posible que estén acostumbrados a buscar comida en los pesqueros fondeados por la orilla. No dio tiempo ni a ser inmortalizado. Menos mal que no habíamos dejado nada al fresco, como hacemos otras veces, ya que la temperatura exterior es parecida a la de las neveras.

Hoy hemos cruzado Magallanes, de Sur a Norte por el Paso del Mar. El viento de fuerza 5, con rachas de 6 y el oleaje del Pacífico, hicieron bastante movida la travesía de ceñida. Después al internarnos por el Canal Smyth, rumbo al Norte, el mar se aplanó y el viento fue bajando como nos está ocurriendo cada día. De hecho la última hora la hemos navegado a motor.

Entramos, como teníamos previsto, en la Caleta Colworth y justo en la entrada y bajo un montón de cachiyuyos, encontramos piedra. Avanzábamos muy lentamente y el barco quedó encallado en un patín. Fue tan suave la varada que con los dos motores atrás, salimos sin problemas, al menos a la vista. Esta tarde, con calma y con cámara subacuatica, veremos el alcance de los pequeños desperfectos, si los hubiere.

Ante esta circunstancia, cambiamos de fondeadero y en la orilla de enfrente del Canal Smyth, encontramos otro de entrada muy angosta, llamado Caleta Dardé, donde estamos fondeados en mitad de una ensenada circular muy amplia, rodeada de montañas y frondosa vegetación.

La Posición es:

Latitud.- 52º 28,65 S

Longitud.- 73º 35,47 W

Navegando Magallanes

Hoy, día 17, arrumbamos al Estrecho de Magallanes. El Paso Shag, cuyas corrientes, en función del momento de marea, habíamos estudiado con detalle, resultó de lo más llevadero por el viento flojo que estamos teniendo el día de hoy, sin respetar siquiera el horario recomendado. Corrientes y remolinos en la angostura, aunque de baja intensidad.

Cerca ya de Magallanes, el gran espectáculo: cóndores en las alturas, leones marinos en derredor, algunos haciendo piruetas cerca de los patines, a modo de exhibición circense. Un montón de aves marinas, tan escasas hasta este momento y para completar…….. las ballenas. En ese momento contamos hasta cinco. Asoman sus aletas, doblan el lomo y ¡abajo! Al cabo de unos momentos, aparecen por otra parte. Los chorros característicos las delatan. Bajamos velocidad y hacemos círculo para disfrutar el momento.

Nos faltan ojos para ver tantas cosas a la vez y estamos como locos, corriendo de proa a popa y viceversa.

Desembocamos en el Estrecho de Magallanes, por el Canal Bárbara, con sol en el cielo. Es un espectáculo lo que nos rodea. Todo alrededor montañas. Estamos como dentro de una gigantesca plaza de toros. Siempre con cumbres nevadas, algunas montañas yermas y otras con una vegetación espesa, justo hasta la línea del agua, como si estuviéramos en la Bahía de Ilha Grande.

El Beagle nos enamoró en su día. El Estrecho de Magallanes también. Por momentos como estos pasamos frío y soportamos las condiciones extremas de esta parte del planeta.

Navegación plácida a vela, vientos flojos, de fuerza 3-4, que van rolando desde WSW, pasando por el S y terminando en el N con fuerza 2 y casi nada en la última hora.

Cruzamos el Paso Inglés y el Paso Tortuoso, con corrientes de hasta 3 kts. en contra, para fondear en la Caleta Borja.

En esta caleta, donde en su momento fondeó Joshua Slocum, cumplimos con la tradición y atornillamos a un árbol una placa con el nombre de nuestro barco, fecha y tripulantes. Elegimos un lugar cercano a la placa que dejaron los del Juan Sebastián El Cano en su viaje de 1.967. Vecinos importantes para el PRATI.

Nuestra posición en la Caleta Borja es:

Latitud.- 53º 31´71 S

Longitud.- 72º 29´97 W

La previsión meteorológica es de vientos flojos para los 2 días siguientes y queremos aprovecharlos para salir de Magallanes. No habrá descanso dominical, pero sí paella.

A diez millas del Estrecho de Magallanes

Tras la jornada de descanso en Caleta Brecknock, donde no paró de llover ni un momento, volvimos a ponernos en camino. Esta vez no madrugamos mucho y milagrosamente la lluvia paró en el momento de soltar las amarras.

Nos dirigimos al Paso Adelaida y desde allí al Canal Bárbara. El viento, se fue poniendo propicio y enseguida desenrollamos foque y génova para apagar el motor y navegar como más nos gusta.

Poco a poco las cartas electrónicas empiezan a parecerse a la realidad y aunque todo el camino está lleno de islotes, piedras y bajos, no hemos tenido ningún problema. El capi siempre en su puesto y el resto de la tripulación colaborando con el estudio de derroteros y cartas de papel, formamos un equipo muy seguro.

El frío, un día más, de bigote. Hoy no hemos superado los 9º y como el viento ha sido portante, entraba en la bañera y agudizaba la sensación gélida.

Apenas llovió en todo el día y tuvimos momentos estupendos, navegando a vela a más de 10 kts. A pocas millas del fondeadero, tuvimos que enrollar el génova para ralentizar la marcha, daba miedo en un lugar tan lleno de obstrucciones, llevar semejante ritmo.

Justo al momento del atraque cayó un chubasco que nos puso pingando. Para un día que habíamos librado.

El fondeo de hoy se llama Puerto Nutland, lo de puerto es un eufemismo. Parece ser que en tiempos hubo un pequeño pantalán del que solo quedan algunos puntales en la playa. La realidad es una pequeña ensenada de escasa profundidad, entre 1 y 4 metros, llena a rebosar de cachiyuyos que nos entorpecieron la entrada y presumimos que aún sea peor en la salida, porque la cadena del ancla suele cargar bolas gigantes de todos los que va agarrando por el fondo y hará falta el machete para soltarlos. Además de esto, estamos de costado a los vientos dominantes. Vamos, que no es de los mejores fondeaderos.

La posición es:

Latitud.- 53º 54´641 S

Longitud.- 72º 20´854 W

Nos acaban de dar las previsiones para mañana y son de vientos bastante suaves y ausencia de lluvia. Nos quedaremos aquí a disfrutar de un fondeo sin lluvia.

Begoña y Carlos salen a tierra en cualquier situación y hacen excursiones bajo la lluvia. Nosotros, menos intrépidos, esperamos a los días buenos que siempre acaban apareciendo.

Ya estamos a 16 de enero, hoy hace 18 años que mi padre, Felipe, nos dejó. Sigo añorándolo y le recordamos Carlos y yo, por su bondad y el amor que nos dio en vida.

Como siempre se ha dicho que nadie muere del todo mientras alguien le recuerde, hoy, Felipe, mi padre, sigue vivo a diez millas del Estrecho de Magallanes en la Tierra de Fuego.