24 Puerto Bueno

Estamos desde ayer fondeados en Puerto Bueno, Posición

Latitud.- 50º 59´18 S

Longitud.- 74º 13´03 W

El nombre a esta bahía se lo puso Sarmiento de Gamboa, por el buen abrigo que les ofreció en su expedición de 1.579. El canal que nos ha traído hasta aquí es el Sarmiento.

Por él hemos navegado 13 horas, buscando el lugar donde nace el viento, ese que siempre tenemos enfrente.

Los predominantes son del cuarto cuadrante y a pesar de que en algunos momentos podría ser el oportuno para navegar de ceñida, esto se hace imposible, pues el viento encañona por estos canales y siempre lo tienes en la proa, en la mismísima proa. En la navegación de ayer hubo un momento en que pensamos que quizá podríamos ir a vela. Ilusos de nosotros. Tardamos más en izar y arriar que el tiempo que estuvo la mayor desplegada. Así que fueron 61 millas navegando contra el viento, con un aparente entre 15 y 30 kt. Hubo sol y vistas espléndidas de los Andes con sus montañas nevadas, pero así y todo resultó muy pesado.

En todo el día nos cruzamos con un yate de Nueva Zelanda, que iba hacía Puerto Williams y un pesquero. Mucho ambiente no hay por aquí.

Otro tema curioso ha sido las lecturas extrañas que nos da la sonda. En lugares donde las cartas indican más de 100 m de profundidad, de repente aparece una lectura de 6 m. y no es porque tengamos una ballena a nuestra sombra, si no por las distintas densidades del agua, por la mezcla de agua dulce y salada y también provocada por las fuertes corrientes. Al menos esa es la explicación de la Guía Imray.

Llegamos cansados al fondeo, cansados del ruido del motor y de las cabezadas del barco. Sin embargo, rápidamente el capi preparó sus nasas con mejillones rotos y unos despojos del bacalao que teníamos a remojo para hacer “desarme”. Los de Oviedo ya saben que hablamos de garbanzos con bacalao y espinacas. Con este plato contundente de primero y unos callos de segundo, cuenta la tradición que desarmamos a los franceses, que tras la copiosa ingesta y mucho vino, quedaron amuermados por la siesta y aprovechamos para birlarles las escopetas.

En este caso no sabemos si los mejillones o el bacalao han sido los responsables de las 4 centollas que esta mañana “subieron encantadas” a bordo. Y a lo mojó, hoy hay más.

Nos hemos tomado día de descanso. Ducha, colada, sustitución del quemador de la calefacción, antes de que se estropee y de paso cambio de chimenea, “desarme”, paseo por los alrededores y por la noche, centollas.

La temperatura es estupenda, el sol casi molesta. Estamos animados a navegar hacia el Estero Peel para disfrutar de los glaciares del Campo de Hielo Sur. Al menos lo vamos a intentar, luego, dependiendo de si hay mucho hielo flotando o no, iremos tomando la decisión que corresponda.