De Suape a Salvador de Bahía

23 de noviembre

Según lo previsto, bien de mañana nos aprestamos a levar ancla y salir del puerto de Suape, rumbo a Salvador de Bahía. La cadena traía con ella una tonelada de lodo, sin exagerar nada y tuvimos que conectar la bomba de agua salada, que tiene una salida con manguera en proa para este fin, e ir duchándola metro a metro. Nos costó más de media hora la operación, cuando apareció el ancla, ni se distinguía su forma. Tenía que haber pasado por encima un huracán para movernos del fondeo.

Durante las primeras siete horas de travesía, vientos de F-2 por la proa, mayor arriba y un motor avante. La mar está bastante buena y el día soleado.

A mediodía rola y sube el viento, se pone de ESE y F-3 y 4. De ceñida, con mayor y génova, nos vamos comiendo, poco a poco, las 380 millas que nos separan del destino, a rumbo directo.

Hemos salido bastante fuera para evitar la ingente cantidad de lanchitas que faenan dentro de la plataforma pesquera hasta una sonda de 50 metros, a partir de ahí baja en picado hasta los dos o tres mil metros. Estamos a 20 millas de la costa y nos cruzamos con un buen número de mercantes, día y noche. No nos aburrimos nada.

Hablando de divertirse, el capi ha tenido un percance con el súper GLUE-3, que forma parte de su equipo básico, se le cayó, con el tapón abierto, por el suelo, por mi pierna, por mi zapato, por algún que otro mueble, en fin, un desperrío. El, siempre tan metódico y curioso con todo, casi sufre un ataque al ver como ha quedado el suelo oscuro del cata. Desde ese momento, cada vez que no está ocupado en sus funciones de capitán, está probando con distintos sistemas hasta que ha conseguido que vaya saliendo, con una paciencia infinita y un curro considerable.

24 de noviembre

Además de terminar con la empanada gallega, que algunos han envidiado, día completo de navegación a vela con portantes de F-3 y 4 y bordos largos por coincidir el viento y el destino en la misma dirección y sentido.

25 de noviembre

Más de lo mismo, tanto la mar como el viento como el tiempo en general han sido buenos, bastante moderados. Yo me he pasado la travesía ataviada con un sombrero tipo “La casa de la pradera” para que el sol no me vea la cara, donde han aparecido unas manchitas blancas como las que ya tuve en la espalda durante la estancia en el Caribe. Me contaron que eran hongos producidos por el sol. Al llegar a Salvador visitaré a un dermatólogo, pero de momento al sol le he puesto en cuarentena.

En nuestra previsión de 2 días y medio de travesía, habíamos contemplado vientos de F-4 y 5, casi por el través, no ha sido así y en lugar de dos días y medio, tardaremos tres, pero en estas condiciones firmamos para seguir navegando el resto de nuestros días en la mar.

26 de Noviembre

A las 6 de la mañana estábamos doblando el fuerte de San Marcelo que da entrada al Centro Náutico de Bahía, donde estamos atracados.

IMG_3736 Amanecer, llegando a Bahía
Salvador de Bahía IMG_3740

Como pensamos estar al menos hasta primeros de año en Salvador de Bahía, tiempo habrá de ir contando lo que vemos y hacemos en este lugar.

Besos a los perros y patadas a los niños.

Más desde Suape

Viernes día 20, después de bañarnos en la playa de Suape, como había poco ambientillo, a pesar de la proximidad del finde, decidimos buscar un lugar más adecuado para almorzar.

Recorrimos el pueblo sin éxito y nos lanzamos a caminar hasta las playas del otro lado del Cabo de San Agosthinho, lugar en el que se produjo en el día 26 de Janeiro de 1.500 el descubrimiento no-oficial de Brasil, por parte de Vicente Yánez Pizón, después de más de dos meses de navegación desde Palos de la Frontera, según reza una placa que preside la plaza de Suape.

20091120 Cabo San Agostinho
20091120 Como en alfombra mágica
20091120 Como en alfombra mágica (1)

El camino se las trajo, largo, empinado, polvoriento hasta lo alto del promontorio, la bajada hacía la playa “isquiando gouños”, justo hubiera sido la delicia de mi hermano Luis a quien le encanta descubrir “nuevas tierras”, por suerte solo llevábamos, en la bolsa de la playa, lo justito.

La playa de Gaibú, muy larga y bonita, linda casi con las playas del S de Recife. En marea alta, como nosotros la vimos, las olas baten fuerte la orilla y la vista es espléndida.

20091120 Playa de Gaibú

Para comer tuvimos que estudiarnos los precios de la carta, a modo guiri, para no pasarnos del pequeño presupuesto que llevábamos en el bolsillo, pues no habíamos previsto comer en un restaurante. Muchos comían arroz con langosta y nosotros frango (pollo). En éste coincidimos con un grupo de personas, todos trajeados, encorbatados, blanquitos, blanquitos, ésto en la orilla de la playa, ¡que pena de eslovenos! La dueña del restaurante nos contó después que era una delegación oficial de aquel país y que a continuación de la comida, en la que no emplearon por encima de media hora, con sesiones de fotos incluidas, salían pitando para Río de Janeiro. ¡Que fatiga hijho!

El regreso lo hicimos en ómnibus, mucho más descansado, por solo 1.6 reales.

Sábado 21, madrugón. “al alba, con fuerte viento de levante…………”, bueno esta vez el viento es flojito, levamos ancla y ponemos rumbo al canal W (por error en la crónica anterior le habíamos denominado S) de la Isla de Tatuoca, durante milla y media seguimos el curso del río Tatuoca hasta llegar al puerto.

¡¡¡¡Yupi!!!! La sonda llegó a marcar 0.3 bajo las orzas. El resto del recorrido se hizo sin ninguna dificultad según estaba previsto por el trabajo de sondeo con el dinghy, realizado días atrás y ya estamos fuera del atolladero de las mareas, fondeados en mitad del puerto. La vista ahora si que es maravillosa, tenemos 6 gigantescas grúas amarillas a 60 metros, trabajos de movimientos de tierras, camiones pacá y pallá, ésto por una banda, por la otra a 300 m… los diques del puerto comercial.

20091121 El otro fondeo
20091121 El otro fondeo (1)

Aquí vamos a esperar hasta el lunes para que la altura de la ola baje de 3 a 1.5 m. aunque la frecuencia siga siendo la misma, 7 segundos. Para los de tierra adentro, esto quiere decir que cada 7 segundos viene una ola, eso es demasiado rápido y si encima las olas son grandes, el barco se convierte en un tiovivo y el confort a bordo desaparece. En condiciones normales este tipo de mar es perfectamente navegable, pero nosotros como no tenemos ninguna prisa, esperamos a que mejore. La travesía que nos espera es de 370 millas, que en las condiciones de meteo previstas, realizaremos en dos días y medio.

Domingo 22, estamos haciendo los preparativos para zarpar mañana. En la cocina, en elaboración, una buena empanada gallega y un pan de pallés. Después nos daremos otro bañito en la playa para decir adiós a Suape.

Vida en Suape

Este es un curioso lugar. Como ya decíamos a la llegada, el puerto, en el que entran continuamente grandes mercantes y petroleros, es el que parece estar fuera de lugar, pero no. El puerto es el que está donde está y a su alrededor actualmente están funcionando dos grandes astilleros donde se construyen barcos mercantes y plataformas petrolíferas, trabajan unas seis mil personas. En proyecto una refinería y una siderurgia (Avilés en ciernes). El hotel que tenemos enfrente tiene los días contados como tal. En el futuro será una residencia para técnicos de las fábricas que se construyan. Los lugareños de los villarejos que había antaño fueron trasladados a unos barrios construidos al efecto en Villarejo de Suape, el pueblo que hay detrás del hotel. Quedan, en la resistencia, los pocos habitantes que hay en la isla de Tatuoca, a la espera de un acuerdo económico más decente que los que hasta la fecha les vienen haciendo los de expropiaciones.

Hasta la actualidad este es un lugar de encanto. La vida aquí se hace plácida, feliz, natural y muy agradable, salvo los fines de semana en que las playas se llenan de gente vocinglera y de música a tope, si bien quedan bastante separadas de nuestro fondeo.

20091115 Atardecer

Un día hicimos una excursión río arriba en el dinghy, al estilo de la subida a Porto desde Navia, mi pueblo. Nos acordamos de nuestro amigo Pedro, el Almirante, antes simplemente Pedro Estremera, que este verano con su nueva lancha se habrá inflado a repetir el recorrido.

En dos ocasiones hemos ido a la playa que hay justo detrás del arrecife y comido en sus chiringuitos.

El agua del mar en la playa, lógicamente, está totalmente limpia, aunque no con la transparencia del Caribe. A la entrada del pequeño estuario empieza a mezclarse con agua de río y tiene aún menos transparencia, aunque sigue siendo limpia. En el fondeo y a la popa del cata nos bañamos continuamente, siempre con traje de baño porque aquí, en Brasil, la gente es muy religiosa y no ven con agrado el nudismo.

20091115-una-playa-de-suape
20091115 Otra playa

Desde que llegamos a Brasil es el primer lugar en que podemos hacer este tipo de vida que tanto echábamos de menos.

Después de varios intentos, hemos localizado a Marcos, lugareño que vive con su familia en la isla de Tatuoca, del que traíamos referencias de Luis del SURAZO, una persona que conoce, como la palma de su mano, los fondos del estuario y de las dos entradas. Es un tipo muy amable al que le encanta relacionarse con la gente de los veleros. Actualmente vive de la pesca y de pasear turistas en su pequeño velero, amarillo chillón, de unos cuatro metros, con el que se desplaza con la facilidad que lo haría por tierra en una bicicleta.

20091117 Gabriel
20091118 la familia de Marcos y su velero
20091118 Visita de Marcos y Nida

Nos ha enseñado a coger, bajo las piedras y el fango arenoso, pequeño camarón para pescar, nos regaló cangrejos de cáscara blanda para el mismo fin y de cáscara dura, de los que son azules y se llaman siri, ricos a tope, para el aperitivo de la patrona.

Le compramos, aunque no quería cobrarlo, una bolsa de “marisco” lo que en España llamaríamos chirla pequeña. Aquí se cogen, sin dejarlos crecer, en cantidades industriales, son pequeños, pequeños, bien sabrosos y el precio de un cubo de unos 20 litros, es de 2 €. y te los dan sin cáscara.

También hicimos un intento de utilizar los servicios de bares y restaurantes del hotel. Tienen un buen pantalán y detrás de él varios vigilantes jurados que impiden el paso a toda persona que no esté alojada. Como dato curioso, este hotel tiene helipuerto. Fuimos preguntando a los empleados que iban apareciendo y todos iban despejando balones hasta que llegó uno que nos dijo que quizás fuese posible, yendo a recepción que está en el extremo opuesto, conseguir un pase especial y siempre entrando por aquel lado, ésto después de una hora de pesquisas. Conclusión: obrigado, até mais. (Adiós, gracias).

Aunque ya lo hemos repetido muchas veces, a las 6 de la tarde es noche cerrada y a bordo nos dedicamos a la vida contemplativa, a escrutar el firmamento, ya conocemos, gracias al Celestrón, Canopus, Sirio, la constelación de Orión, por encima Rigel y por debajo Betelguese, que en esta latitud salen justo por el E y van ascendiendo hasta llegar al cenit a media noche, a partir de ahí suponemos que la trayectoria siga hacia el W pero sin nuestra compañía. También hacemos pinitos con la preparación de caipirinhas y luego nos las bebemos, siempre en la compañía de la música brasilera que suena en todas las emisoras. Cuando ya estamos casi dormidos, pensando que está a punto de amanecer, miras el reloj y todavía no son las ocho. Casi todos los días entre las 9 y las 10, roncando. ¡Ay Charly, quien te ha visto y quien te ve!

Este periodo de vida contemplativa, viene bien en espera de la marcha que llevaremos en Salvador de Bahía. Acabamos de recibir la buena noticia de que en Navidad nos acompañarán Loli, Andrés y Laura (la hermana de Magdalena y su familia) que van a quedarse hasta después de Reyes. Ficamos muito felizes.

20091116-suavemente-en-jangada

Teníamos prevista la partida para hoy viernes, pues los coeficientes de marea están bajando y la salida se puede complicar. Ayer por la tarde sacamos el meteo de Brasil del Buoy weather y dice que las olas son de unos tres metros y la frecuencia de 7 segundos. Mala mar, aplazamiento.

El próximo lunes la mar habrá mejorado pero las mareas empeorado, por esto tenemos pensado salir mañana sábado por el brazo S, que hemos sondado palmo a palmo desde el dinghy, hasta el puerto comercial, donde volveremos a fondear en espera de la mejoría de la mar. Estamos cambiando este estupendo fondeo natural por otro simplemente práctico pero es necesario coordinar mareas y meteo.

20091119 Fondeo idílico

Nos da un poco de pena marchar de este lugar que en muy poco tiempo va a desaparecer de los derroteros de la costa brasileña, como fondeo agradable.

Estancia en Recife (2)

Según el programa previsto salimos del Iate Clube de Cabanga, en la pleamar, con Roger en su dinghy a un costado para acompañarnos a la gasolinera y el fondeo.

Cuando el capitán fue a liquidar la cuenta, lloró un poco y de 50 €/día, consiguió una rebajilla que los dejó en 38 €/día, eso si, no admiten cartao (tarjetas de crédito) y se quedan con la mayor parte de nuestro efectivo.

En la gasolinera tampoco, aceptaban hasta la semana pasada y han dejado de hacerlo. Hay que coger el dinghy y Roger y Magdalena salen pitando para Recife a buscar pasta, mientras el capi queda amarrado a la espera. Salimos con toda la tranquilidad, con una boya por babor y por estribor unos dos metros libres y una resaca, por ir demasiado despacio, nos mete contra el último barco del pantalán que muy graciosamente nos hinca su ancla en la aleta de estribor, junto al puesto de gobierno. Susto inicial, empujamos como burros para sacar el ancla enemiga de los guardamancebos y al fondeo. Un ratito después aparece el comodoro de ese pantalán y nos dice que hemos dañado uno de los pilares que sujeta el pantalán y que habrá que ver los daños reales para la indemnización. Cuando ve que también nosotros tenemos dañado el gelcoat, recula y dice que seguramente no será nada. De momento no ha vuelto.

Noche cerrada, a las 7 de la tarde, amarrados a una boya del Pernambuco Iate Clube donde no nos querían cobrar nada por una sola noche, con una propinilla todo resuelto.

Hemos entretenido el rato preparando la ruta de mañana, que solo tiene 24 millas y 22 Waypoints, de los cuales 18 son para la entrada por detrás del arrecife de Suape, facilitados por el LUTHIER que ha estado allí la semana pasada.

14 de noviembre

A las 9.30 de la mañana, hora local, sin más incidentes que reseñar y sin indemnización que discutir, salimos por la bocana del puerto de Recife rumbo a Suape.

20091114 Entre el arrecife y la playa
20091114 Salida de Recife
20091114 Salida de Recife (1)

Viento del NE de fuerza 3-4, mar del E y rumbo S. Navegación bastante buena y a dos millas de Suape, el viento cayó y entramos a motor. La aproximación de garabatillo. Primero se entra a un puerto comercial de grandes mercantes y por estribor hay un arrecife y pegadito una playa. Por entre ambos hay que navegar 1,5 millas. Aunque estábamos en pleamar la corriente entrante seguía siendo fuerte y saltaban las olas por encima del arrecife que llevábamos por estribor a unos quince metros. Por babor la playa, con pendiente muy suave. El calado escaso, llegamos a pasar por zonas de 60 cms. bajo el barco. Con un poco de susto y motores con buena velocidad para evitar sorpresas con las resacas, llegamos a un estuario formado por las desembocaduras de los ríos Tatuoca y Massangana. Aparentemente inofensivo después de lo del arrecife, pero también con bancos de arena que en bajamar afloran. Los waypoints facilitados por el Luthier, fueron muy útiles. Sin ellos tendríamos que haber fondeado a la entrada y pedir ayuda a un lugareño del que traíamos referencias.

20091114 Salida de Recife (2)
20091114 Salida de Recife (3)

Estamos fondeados delante de un hotel de poca altura, agradable apariencia, rodeado de cocoteros y manglar. Las playas de este estuario son bien lindas.

De los 360º posibles, solamente hay una referencia industrial por la vista de la parte alta de las grúas del puerto, apenas 10º del horizonte. Los otros 350º, tudo naturaza.

Posición: 08º21´847 S y 034º57´735 W