En 8ºS, Recife

Como habíamos anunciado el martes a las 6 de la mañana, hora local, levamos ancla y pusimos rumbo a Recife.

El lunes aprovechando la bajamar para evitar las corrientes, a las 10 de la mañana, soltamos amarras y en una operación muy rápida, salimos de la trampa donde nos habíamos metido al llegar a Jacaré. Motores avante,  a toda,  para coger buena arrancada y salir por la bocana rozando los cabos de los barcos por el lado de babor, un pelín más y nos los tragamos otra vez. En medio del rio, aparte de respirar profundo y celebrarlo con unos saltitos, botamos o ferro y a descansar.

Lo de descansar es un decir. Antes de comer al abrir un grifo y ver que en lugar de agua salía aire, nos pusimos en lo peor. En los tanques, 0 litros, en la sentina de babor, 350 litros. Llevábamos desde la llegada a Jacaré ahorrando agua  porque la de la marina salía terrosa y no quisimos contaminar nuestros tanques, entonces lo que hacíamos era utilizar directamente el agua con dos mangueras, una puesta en la ducha y otra en la popa para llenar calderos para los wc y lavado de ropa y cacharros. ¡esto es un lujo asiático!.

Lo del lavado de ropa, a mano, no es voluntario. La lavadora se estropeó el primer día de Jacaré. Vino un técnico local,  cambió la bomba de agua y la dejó funcionando. Cuando volvimos a poner la lavadora, falló el programador o lo que sea, para cuando quiere y da vueltas en cámara lenta sin ton ni son. De momento no hay lavadora.

Cuando vimos que toda el agua ahorrada con tanto sacrificio se había ido a la sentina y encima había que achicarla, estuvimos a punto del suicidio. En casi tres horas, achicamos el agua, la primera parte para devolverla al tanque, ya que estaba limpia y el resto para botarla al rio. Además de localizar la avería, en el termo de agua caliente de babor y repararla. Sudamos como cochos, en castellano cerdos, para reparar la fuga. La brida que sujeta las resistencias y que se aprieta al chasis, mediante un puente curvado, con un tornillo en su parte central, se había ido aflojando y el agua salió con toda facilidad por su parte superior.

Nuestra tarde de relax, en medio del rio,  empezó ya de noche, comiendo a las seis.

La salida el martes fue movida, pero bien movida. En cuanto dejamos atrás el rio y durante 4 ó 5 horas, el mar que según el meteo de BuoyWeather tenía que venir del N, venía del SE, cuando nos estamos dirigiendo al S. O sea, mar en el morro. El viento previsto de 14 a 19 Kts. es de 8-12. Solo a vela llegaremos a puerto bien entrada la noche y con la marea en bajamar,  lo que hace imposible la entrada al Iate Clube de Cabanga al que nos dirigimos. Motor a 2.200 vueltas,  todo el trapo arriba y una ceñida de 30º de real, nos sitúan a una distancia de 15 millas de Recife. El viento rola al E y el final del trayecto lo hacemos un poco más cómodos, aunque no podemos apagar motor porque el viento baja de intensidad.

Navegadas 80 millas, a las cuatro y media de la tarde,  bien de día, estamos entrando por el canal de Recife, que en su parte final tiene una sonda muy escasa y es aconsejable entrar en marea llena. Hemos llegado con la marea alta y muy viva por estar en luna llena, sin dificultad alguna hasta la entrada en el Iate Clube,  que tiene una bocana de unos 20 metros y un atraque pintoresco. Estamos con dos largos de proa, muy largos,  a un murete no transitable y boyas en la popa. Para salir del barco tenemos que utilizar el dinghy, ya que estamos separados de tierra. Esta situación se debe a que al bajar la marea las proas se quedan hincadas en el fango y si estuviéramos más próximos en lugar de las proas se enfangarían otros elementos más delicados y las palas del timón podrían cascar. Los barcos de enfrente, que son los de los socios del Club,  si tienen un atraque normal.

Posición en Recife: Latitud 08º 04´77 S y longitud 034º 53´41 W

Con esta maravilla de atraque, nos han adelantado que el precio es de 50 euritos al día. El capi está encantado de la vida.

Hemos elegido esta marina por razones de seguridad y vigilancia, aquí recomiendan los derroteros y las guías no fondear ni quedarse en las otras dos marinas que aunque son casi regaladas de precio quedan en una zona más alejada del centro, hay que moverse en taxi y la seguridad es escasa o nula.

Como decían Tip y Coll, la próxima semana, hablaremos del gobierno.