Samoa y Tonga

Las casi tres semanas que pasamos en Apia (Samoa W) fueron tranquilas y relajantes. La Isla es verdaderamente bonita y cuidada. A pesar de la pobreza, de la que todas las informaciones hablan y de un paro que dicen que está en el 60%, parecen un pueblo feliz.

Hicimos un recorrido en coche por toda la isla y nos sorprendió la limpieza y lo cuidado que está todo. El césped recortado siempre en las orillas de la carretera, flores y plantas de color adornando por doquier, como si hubiera un concurso para elegir el paraje mejor cuidado.

Las casas, en su mayoría, no tienen paredes, solo techos, suelos y columnas. Eso sí, suelen tener una para la familia y otra para las visitas y los huéspedes.

Las iglesias abundan hasta extremos difíciles de entender. En cualquier paraje, en lugares con dos casitas, hay una iglesia o dos.

Según parece, las familias dan parte de sus ingresos, aunque sean pocos, a su iglesia y normalmente en los oficios religiosos leen las cantidades que cada familia ha aportado. Esto es para que se sientan libres de dar lo que quieran……

El inconveniente, para nosotros, es que no hay buenos fondeos y los veleros se concentran en Apia únicamente, con lo que tras la visita a la isla y el periodo de relax, para olvidarnos de la travesía desde Huaine, que fue realmente mala, no había mucho más que hacer.

Esa travesía de Bora Bora a Tonga, es llamada "The dangerous Middle". A nosotros nos pintó muy dura y a  todos los navegantes de otros veleros, con los que hemos hablado, les pasó más o menos lo mismo. Algunos, con parada intermedia en las Islas Cook, tuvieron que abandonar los fondeos y seguir la travesía por ser peor el remedio que la enfermedad.

Desde Apia, se abren los destinos, unos hacia Fiji y otros a Tonga. El PRATI, como estaba previsto, arrumbó a Tonga.

Tras los dos días en el fondeo de Port Maurelle, el lunes, día 25, nos vinimos a Neiafu para hacer la entrada oficial al país.

En el canal de entrada, una especie de fiordo, largo, profundo y totalmente protegido, fondeado un gran crucero. Lanchas de desembarco que van y vienen.

20170924 09'48 20 1-crucero

Nos abarloamos al muelle pesquero, ya que el muelle principal estaba ya ocupado por varios veleros. Eran las 10 de la mañana.

Pronto apareció a bordo el funcionario de "Salud". Nos pidió, por primera vez en nuestras travesías, certificados de vacunación. Nos preguntó si estábamos sanos y expidió el certificado correspondiente que costó 40 €.

Y a esperar. Y a seguir esperando. Defensas arriba y arriba porque la marea está bajando.

Seguimos esperando.

A más de las 4 de la tarde, aparecieron los dos funcionarios que faltaban. El de la "Cuarentena" y el de "Aduanas-Inmigración". Ambos, como ya era muy tarde y nosotros su último trabajo ese día, despacharon rapidito y sin poner ningún inconveniente. Esta vez, tarifa baratita, 8 € y ya podemos arriar la bandera amarilla.

El fondeo es espectacular, hay por encima de 60 barcos, la mayor parte en boya, en profundidades de más de 30 m. Otros cerca de las orillas, al ancla.

Como llegamos los últimos, estamos bien al fondo y mientras pescábamos la boya, descubrimos un vecino conocido, el Maya, con quien ya estuvimos en Rikitea, tiempo ha.

Este es el puerto natural más protegido en el que hemos estado. Es una rada natural, en zigzag, a la que es imposible que entre el mar que está a unas 6 Nm.

Hay un montón de bares y restaurantes. Un mercado de frutas y verduras y varias tiendecitas, con suministros de alimentación básicos, regentadas por orientales.

Neiafu, la capital del archipiélago de Vavau, tiene una población de 5.000 habitantes.

Muy pintoresca la cabaña de cerdos, algunos sueltos por las calles, y que son cuidados y respetados.

Localizamos inmediatamente la "Basque Tavern". Papu, el propietario, es un guipuchi que llegó en 1.988, con 12 años de edad, navegando con su padre y sus tíos. Dos barcos, el de los tíos de 36 pies y el del padre de 25. Y aquí se quedaron.

Sus tíos, Maria y Eduardo, tienen en la isla de Tapana, un restaurante famoso por su paella y por las fiestas que se montan con Eduardo a la guitarra. Iremos pronto.

Estas noches estamos disfrutando de la conversación en castellano y de la cocina española. Con ingredientes muy distintos, pero con sabores españoles.

La Taberna está ubicada en lo alto de la ladera y tiene muy buen ambiente y bonitas vistas al fondeo.

Estamos en la Posición :
18° 39’122 S
173° 59’142 W

Fondeados en Vavau (Tonga)

A la 13, hora local, largamos ancla en el fondeadero de Port Maurelle, en la isla de Vavau, norte de Tonga.

Como hoy es sábado y las autoridades no atienden, nos hemos quedado en este fondeo de camino a Neiafu, que es la capital del archipiélago.

Hemos navegado plácidamente con vientos de 8 a 12 Kts. por el través de babor y también algo de ceñida.

Hemos recorrido 351 Nm en 54 horas.

Salimos de Apia a motor, en contra de viento y ola, para bordear la isla y hacia el este para ganar barlovento. Soltamos amarras a las 7 y hasta las 13 horas, en que doblamos la punta E. y sorteamos los islotes de la zona, no pudimos izar velas y poner rumbo directo a Tonga.

Lo de rumbo directo no fue una simple expresión, vinimos como con tiralíneas. Máxima desviación en las 351 millas navegadas, menor al 1%.

Esta mini travesía ha sido de las que levantan el ánimo.

Estamos en la Posición :
18° 42’002 S
174° 01’856 W

El lugar es un escondite muy abrigado y por eso estamos rodeados de veleros, hasta 14 en este momento.

Estamos llegando a final de temporada y sospechamos que todos los fondeaderos de Tonga, estén abarrotados.

Afortunadamente hay muchos y buscando, seguro que encontraremos alguno más solitario.

Primeros días en Apia

Sábado día duro a bordo. Reparación del termo, reparación del generador, achique y limpieza de los dos cofrets de popa, en uno de ellos embarcamos 120 litros de agua "salada", en el otro apenas 10 litros. Tuvimos que sacar absolutamente todo fuera para endulzar, achicar y limpiar. Van abarrotados de cabullería, cajas diversas, garrafas de combustible, etc. Etc. Aún hoy, martes, estamos secando cabos y terminando esta faena.

Esta mañana se han llevado el foque para reparar la banda UV que el último día de travesía quedó destrozada.

El sábado por la tarde volvimos a instalarnos en el bar del pantalán, se llama EDGE APIA MARINA.

Estábamos de tertulia con Alberto, alucinando por el personal que había alrededor, gordas transexuales, aquí llamadas fa’afafines y el de la mesa de al lado preguntó sorprendido: ¿estáis hablando español?

Nos presentamos, y él es un madrileño, Juan, que trabaja en una compañía de telecomunicaciones española, que lleva por este área del Pacífico más de un año y que resulta muy amable y simpático.

Nos contó que el día anterior había sido la elección de miss fa’afafine, que presidió, échale hilo a la cometa, el primer ministro y dos monjas. Nos enseñó fotos del evento.

Se habían concentrado de las dos Samoas, W y la Americana. El fiestón posterior a la elección celebrada en otro local, fue de tal tamaño, que a nosotros nos sorprendía desde el barco, a unos 80 metros, las risotadas, voces, jolgorio, fiesta, fiesta, fiesta.

El sábado siguió la celebración con unas borracheras de alto nivel. Estamos hablando de personas de gran tamaño en su mayoría, algunas superan los 200 Kts de peso y sus borracheras eran muy alegres pero hacían que su inestabilidad esférica nos hiciera temer riesgos de aplastamiento si alguna se tropieza y se  nos viene encima.

Difícil echarlas a la hora del cierre.

El domingo cierra todo y permanecemos a bordo descansando.

Juan nos ofrece toda su colaboración y quedamos emplazados para el lunes a la tarde en que vendrá a buscarnos para darnos un paseo por los lugares de interés de Apia capital.

Nosotros, lunes por la mañana, nos fuimos paseando hasta El Centro, 15 minutos a pie hasta la catedral católica y el edificio del Gobierno.

También aquí coinciden fiestas. Asistimos a unas competiciones y juegos divertidos entre peñas.

En general la gente es muy risueña y de risa fácil y sonora. Sus carcajadas se escuchan for everywhere, en este caso jaleando a sus equipos, las voces, risotadas y bailoteos fueron amenizándonos la mañana.

A la tarde, según lo previsto, vino Juan y nos hizo de cicerone. Luego, tapeos, chorizo y latas de sardinas Made ni spain,  con vino, a bordo del PRATI.

Larga tertulia en la que Juan nos contó curiosidades de la cultura del país,  que resumiremos más adelante y nosotros le contamos las batallitas de travesías con mal tiempo. Él se marchó un poco antes, porque tiene que madrugar y trabajar, pero Alberto y nosotros, seguimos hasta las 2 de la mañana. !Que mala vida llevamos desde nuestra arribada!

Aún nos quedan algunos trabajos en salas de motores y luego a disfrutar de no hacer nada. Fiestas, visitar la isla y pasarlo lo mejor posible.