Seguimos hacia el Norte

Ayer nos las prometíamos tan felices en el fondeo de Isla Dama, amaneció espléndido y después del desayuno comenzamos con las tareas habituales en fondeo, hacer agua potable, poner la lavadora y pequeñas revisiones.

El capi se tiró al agua, primer baño en el Pacífico, para ver la hélice de babor, puesto que daba humo blanco el motor en marcha y a veces de debe a que pueda haber algo enganchado. La hélice, despejada pero los ánodos de sacrificio de ambos motores, que se instalaron hace un mes en Valdivia, prácticamente han desaparecido. Problema. Se sospecha algún tema eléctrico por lo que se inspecciona el motor de babor y aparece la sorpresa de que en sentina hay aceite. Ya se fastidió el día plácido de fondeo.

Revisión, limpieza, más limpieza, dejarlo todo inmaculado y ya por la tarde puesta en marcha para comprobar por donde pierde el aceite. La pérdida se produce por un orificio de 1 mm. situado en la parte inferior del turbo. Nada que hacer. Pequeña depre y a funcionar con un solo motor, que en el caso de un catamarán hace muy difícil las maniobras sin arrancada. Esperamos que en Antofagasta se pueda encontrar la solución.

Para completar lo idílico del fondeo, cientos de pequeñas lanchas cargadas de turistas, llegaron a la isla durante todo el día. Resultó una pesadez.

Esta mañana levantamos el fondeo y a navegar con poco viento. A la altura de la Isla Chanaral, tuvimos la suerte de avistar ballenas. Un par de lanchitas con turistas iban siguiendo el rastro e indicándonos la posición del cetáceo. Como aún íbamos a motor, pudimos dar un par de vueltas para ver el espectáculo. La verdad que nos tocó bastante de lejos y en las imágenes del video que filmamos, ni se ven las ballenas.

En cuanto el viento subió a 8 kts. izamos velas y empezamos a navegar muy despacio durante 5 horas. A media tarde, de súbito, el viento se puso en fuerza 6 y rachas de 7. No nos pilló desprevenidos de milagro. Ahora navegamos con mayor rizada y foque haciendo unos 7 kts. mantenidos. La previsión es que en la noche bajará la intensidad del viento, pero aquí nunca se sabe, los pronósticos no son muy fiables.

Nos dirigimos a un fondeo llamado Bahía Inglesa donde esperamos llegar a lo largo de la mañana de mañana. Allí estarán Luis y Carmen que vienen a pasar el fin de semana con nosotros.

Posición a las 20,00 hora local

Latitud.- 28º 22´71 S

Longitud.- 71º 22´24 W

Isla Damas

Acabamos de fondear, por primera vez desde hace muchos meses. El último fondeo lo habíamos hecho en Melinka, un pequeño archipiélago al sur de Chiloé.

El pasado sábado, por la tarde, tramitamos en la Capitanía del Puerto de Coquimbo el zarpe hacía Antofagasta, para salir el domingo por la mañana.

Esa noche fuimos invitados por un matrimonio inglés, vecinos de fondeo y amigos de Luis para cenar en su casa. Ron y su mujer tienen un casoplón precioso. Es una curiosa pareja que lleva 36 años viviendo en Chile sin perder su elegante acento british. Nos homenajearon con una estupenda cena, regada como corresponde y ya sobre la marcha pensamos en cambiar el día de zarpe.

Se dio también la circunstancia de que el domingo daba un meteo un poco comprometido, con vientos de hasta 35 kts. aunque por la popa.

Cambiamos de planes, organizamos un aperitivo-semi almuerzo en el PRATI y nos despedimos de los amigos.

Efectivamente el domingo, incluso en el fondeo de La bahía de La Herradura, tuvimos viento fuerte por la tarde.

Lunes amanece tranquilo y soltamos el amarre de la boya. Ya en navegación, a unas 3 millas, damos el zarpe vía VHF a Capitanía de Puerto de Coquimbo. Estamos navegando con mar calma y vientos de 5 kts, por supuesto a motor. ¡Sorpresa! Zarpe denegado. El puerto está cerrado por mal tiempo. Les contamos que nosotros ya estamos fuera y que la situación es de calma absoluta. Nos dan pequeña tregua para que tramitemos la autorización a través del Presidente del Club Náutico directamente con el Capitán de Puerto. Mientras, seguimos navegando.

A unas 6,5 Nm de la costa nos llama Michel Coppeta, el presidente del Club, y nos dice que tenemos que dar la vuelta. Que ha hablado con el Capitán de Puerto y el Gobernador , que les ha contado que somos navegantes de vuelta al mundo y que incluso hemos doblado Hornos (Mirá vós) y que no ha tenido éxito.

Sin hacer más críticas, solo decir “SIN COMENTARIOS”. A ver si tenemos suerte y la autoridad marítima lee esta crónica y se avergüenza.

Durante la tarde cambió la situación y se abrió el puerto para embarcaciones de más de 25 Tn. de Registro Bruto. De esta forma, las embarcaciones que pasean turistas, tienen autorización para salir de puerto. Los veleros se ve que no tenemos influencias.

A todo esto, todo el día siguió absolutamente calmo.

Esta mañana, a las ocho, volvió a cambiar la situación y se abrió el puerto para embarcaciones de más de 15 Tn. ¡vaya suerte!, ¡vaya suerte!¡ Vaya suerte! Ahí estamos nosotros y se nos autorizó el zarpe. ¡Viva la libertad!

Cita de Montesquieu “No existe tiranía peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencias de justicia”.

Hemos navegado, como estaba previsto, con mar calmo y vientos flojos, más bien muy flojos, hasta la última hora, menos de 8 kts. y en esta última llegaron a 14 kts. 50 millas de relax y cielo despejado.

Incluso para completar la excursión, hemos llegado de día al fondeo. A las 19 hora local.

Estamos fondeados en la Posición :

Latitud.- 29º 14´170 S

Longitud.- 71º 31´336 W

Esta isla Damas, cercana a la costa y que nos recuerda un poco a las Columbretes, tiene una longitud de una milla, es reserva natural y parece que por aquí hay avistamientos de ballenas y delfines. Mañana veremos.

Hoy es el cumpleaños de la first mate, gracias por las felicitaciones. Esta noche tomaremos una copita de champán para celebrarlo e improvisaremos alguna delicatesen.

Paseando por Chile

09 pan en Coquimbo

                           Un pan, de los hechos a bordo

Siempre decimos que nuestra navegación y sobre todo nuestras singladuras tienen un ritmo que nada tiene que ver con el mar. Son las personas y los sentimientos los que marcan nuestras etapas.

Por este motivo, hace 18 días que arribamos a Coquimbo y aún no tenemos fecha para partir, aunque ya empezamos a planteárnoslo.

La presencia de nuestros amigos Carmen y Luis y los buenos ratos pasados en su casa, con ellos y el montón de amigos que les visitan con asiduidad, han ido haciendo muy especial la parada en este lugar.

El Club de Yates no tiene pantalanes, solo dispone de boyas de fondeo, sin servicios de agua o luz. En tierra tiene un buen restaurante, piscina y canchas de tenis, así como los servicios habituales de duchas.

03 fondeo del Club de Yates de Coquimbo

                                                               Fondeo en el Club de Yates de Coquimbo.

Por mediación de Jesús en LTP, Peleón, nos ha recibido especialmente amable su amigo, el presidente del Club, Michel Copetta.

08 Coquimbo

En la casa de Michel, Presidente del Club de Yates, con maravillosa vista a la bahía y a los veleros

Con nuestros amigos hicimos un recorrido por el Valle de Elqui, un extenso vergel entre montañas donde se cultivan sobre todo uvas. Está jalonado de pueblos con ambiente vacacional y destilerías de pisco, una especie de aguardiente, bebida nacional de Chile.

01 Valle de Elqui

                                                               en una destilería llamada los Nichos

02 Valle de Elqui

                                          el Valle de Elqui

En Coquimbo hicimos una visita turística y nos contaron que este lugar fue refugio de piratas, por el buen abrigo que ofrece la Bahía de la Herradura y que aún las leyendas hablan de tesoros escondidos.

06 Coquimbo

                                                  Mural con la historia de piratas y tesoros de Coquimbo

 05 Coquimbo

                                  Plaza de Coquimbo

07 Coquimbo

                                                                         Vista de sus famosas escaleras decoradas

Desde aquí organizamos una visita a Viña del Mar y Valparaíso. Como habíamos pasado de largo, para llegar a la Nochevieja con nuestros amigos, no conocimos esos lugares que merecen, por supuesto, una visita.

En los días que estuvimos allí, un oleaje tremendo azotó las playas de Viña del Mar. No tenía nada que ver el viento, más bien flojo, con las olas que azotaban continuamente el litoral. El primer día, no pudimos pegar ojo. Nuestro hotel estaba en primera línea de mar y el ruido de las olas era insoportable. A la mañana siguiente descubrimos entre los jaboncitos y esas cosas que ponen los hoteles, unos tapones para los oídos, está claro que son necesarios en ocasiones como estas. A partir de ese momento el descanso fue mejor.

Las olas saltaron a la costanera, arrastraron arena y piedras y no por eso la gente dejaba de mojar sus pies en el agua.

10 Viña del Mar
11 Viña del Mar

                                                             Playa de Viña del Mar y vista desde el hotel

12 Viña del Mar

Su famoso reloj de flores, en el que todos nos fotografiamos

13 Viña del Mar
14 Viña del Mar
15 Viña del Mar

                                                           Marejada en las playas de Viña del Mar

16 Viña del Mar

                                  el Castillo Wulff

17 Mauricio y su señora en Viña del Mar

                            Mauricio y su mujer, amigos de Puerto Williams, nos visitaron en Viña

Grata sorpresa el haber encontrado junto a nuestro hotel un restaurante de comida española, El Txipirón, donde un par de noches pudimos disfrutar de una buena cocina. Su dueño, Gonzalo, hijo de españoles, pasó un tiempo en España y ha sabido traer a estas latitudes las especialidades hispanas.

Desde Viña del Mar visitamos Valparaíso. Están tan cerca que parecen una sola ciudad. Sin embargo el ambiente es bien distinto. Viña del Mar, es vacaciones, tranquilidad y bonitos edificios y restaurantes. Ambiente veraniego y de nivel burgués.

Valparaiso es vida, color, bullicio.

El Muelle Pratt, centro neurálgico de la ciudad, está siempre a tope de visitantes, gentes que embarcan, en lanchas para turistas, a recorrer la bahía en singladuras de media hora y algunas muy largas de hasta una hora.

 20 Valparaiso
21 Valparaiso

Muelle Pratt y Plaza Sotomayor con el monumento a los héroes de Iquique

Sus famosos cerros son una explosión de luz y color. Caminar por ellos es una experiencia agradable. Paleta multicolor. De que forma tan sencilla se cambia la fisonomía de una ciudad con construcciones humildes en laderas y cerros y se convierten en algo tan atractivo, solo aportando color y pinturas (graffitis) en sus fachadas.

 22 Valparaiso
23 Valparaiso
 24 Valparaiso
25 Valparaiso
 26 Valparaiso
27 Valparaiso
 28 Valparaiso
29 Valparaiso
30 Valparaiso
31 Valparaiso
32 Valparaiso
33 Valparaiso
 34 Valparaiso
35 Valparaiso
 36 Valparaiso

Valparaiso, Cerro Alegre y Cerro Concepción

Hicimos una visita guiada, caminando por las calle en compañía de una estudiante de turismo que trabaja a cambio de una propina.

Dos de los puntos de interés son los Cerros Alegre y Concepción. El acceso a estos cerros se puede hacer en ascensor, planos inclinados de muy antigua construcción, que no dan un aspecto de seguridad pero que funcionan, suben y bajan con precios muy populares.

En uno de ellos, apareció este caballero tocando su ukelele y contando un cuento corto y entretenido que nos dio un momento de felicidad.

37 Valparaiso

                                                                                            Ukelele

Una visita obligada en Valparaíso es la casa museo La Sebastiana, donde Pablo Neruda vivió. Está situada sobre un cerro y las vistas son espléndidas. No estaba permitido hacer fotos en su interior, alguna se nos escapó, así por lo bajini.

 38 La Sebastiana - Valparaiso
39 La Sebastiana
 40 la Sebastiana
41 la Sebastiana
 42 La Sebastiana

                       La Sebastiana

Aquí Pablo Neruda, pasó largas temporadas, disfrutó de esa vista maravillosa de la bahía, se dedicó a lo que tan bien hacía, escribir y a compartir las veladas con sus amigos.

La casa, como un palomar en lo alto de un cerro, está llena de objetos, de fetiches, de vidrieras, obras de arte, la casa de una persona muy especial en la que observamos alguna influencia de Picasso y Dalí.

Nuestro amigo Ángel (del velero Bahía las Islas) nos recomendó visitar también la casa de Neruda en Isla Negra. Está un poco lejos, a unos 100 km. y nos conformamos con conoce solamente esta de Valparaíso.

Dedicamos otra mañana a visitar el Museo Naval, donde se va narrando la vida del país de los dos últimos siglos, fundamentalmente el tema de su independencia y de la guerra con Bolivia y Perú, en la que aumentaron su territorio en unos 400 km. de costa. Ahora Bolivia está intentando recuperar en foros internacionales lo que perdió en la guerra.

43 Valparaiso
44 Valparaiso
45 Valparaiso
46 Valparaiso

             Cerro Artillería, donde está el Museo Naval

47 Museo Naval
48 Museo Naval
49 Museo Naval

                                                                                  Museo Naval

50 Valparaiso

                Otra casa de rabioso colorido

Al regreso a Coquimbo volvimos a pescar jaibas, la nasa volvió a ser protagonista. Las capturas abundantes auspiciaron reuniones a bordo para disfrutar del rico sabor de las jaibas y la empanada especial Prati.

04 Coquimbo, captura de jaimbas

                                                 Carmen, disfrutando por anticipado del festín de jaibas

51 cosecha de jaibas
52 empanada
53 jaibas
54 jaibas

                                                                            Jaibas y empanada

Vinieron a bordo Carmen, Luis y Manuel, un nuevo amigo del velero Carpe Diem.

55 amigos y jaibas
56 amigos y jaibas

                                                                      Carmen, Luis y Manuel en el PRATI

Ya de noche, apareció un velero, intentando navegar sin apenas viento. Les invitamos a compartir charla y un vinito y sin dudarlo se abarloaron al catamarán. El velero TEGLO capitaneado por Claudio a quien acompañaban su mujer y su hijo. Estampa bien bonita de afición a la vela. Envidia que nos da a los Pratis cuando vemos como algunos manejan sus veleros como si fuese una bicicleta y ya de noche para nota.

57 más amigos

 aquí nos acompaña también la tripulación del TEGLO

Habíamos pensado zarpar a principios de esta semana, pero el meteo dice que hasta el próximo sábado no tendremos viento. Después de tres semanas aquí no es cuestión de navegar a motor. Seguiremos controlando el meteo esperando buenos vientos para retomar la navegación hacia el norte.

Año nuevo. (Ilustrado)

¡¡¡¡¡¡¡¡ Feliz Año !!!!!!!!

Ya estamos en 2016, va a hacer 2 años que arribamos a Chile. Fue a principios de febrero del 2014, cuando avistamos Puerto Williams y nos prendamos de los encantos de uno de los confines del mundo. Recordamos con agrado aquellas casitas de planta baja, todas con su chimenea humeante, incluso en verano. Pasamos jornadas espléndidas navegando el Beagle, fondeando en caletas, visitando glaciares, con nuestros amigos los Panautas. Tenemos recuerdos especiales del último mes que pasamos en Puerto Williams, con el otoño en puertas, luz baja, arboles rojizos, soledad, naturaleza, sosiego. Paseos en las tardes por los alrededores y noches en aquel acogedor bar del Micalvi, donde apenas quedábamos 4 gatos. Si, ése será uno de los lugares a recordar para siempre.

El PRATI quedó bien custodiado y guardado allí todo el invierno. A primeros de 2015 emprendimos la ruta de los canales chilenos y tomando rumbo norte fuimos descendiendo latitudes hasta llegar a Puerto Montt, lugar de recalada de casi todos los veleros que hacen el cono sur, entre otras cosas como centro de reparaciones y preparación para el zarpe, bien hacia el norte, o lo más frecuente, a Polinesia. Esto fue por abril. A primeros de mayo llegamos a Valdivia, donde pasamos un mes bajo la lluvia, días tristes y monótonos, aislados en la Estancilla, a 12 km de la ciudad, sin ganas de movernos del barco, en una situación un tanto depre, mientras fuimos preparándolo para su nueva estadía invernal. Aquella selva valdiviana nos comía el ánimo, nos dejaba sin ganas.

En junio, vuelta “papaña”. En una crónica anterior hicimos un relato sucinto, con bastantes fotografías, del periplo por nuestro país, con nuestro amigo de Ushuaia, Gustavo Biancalana.

A finales de noviembre de nuevo tomamos tierra en Chile y volvimos a nuestro PRATI. Sorpresa agradable, el barco lo hemos encontrado en un estado estupendo. Ni humedades ni nada parecido. Todo ok. Sacamos el barco al varadero del astillero Alwoplast, que tenemos en el pantalán de al lado para hacer antifouling y mantenimiento de los sail drives, especialmente el cambio de las gomas de estanqueidad de los mismos.

01

                Así de limpio salió del agua dulce

02 reparacion de los rompehielos

                                                                          Reparación de las proas

03

                             Listo para volver al agua

Mientras tanto, comenzamos a disfrutar de Valdivia.

04
04b 

                         El fuerte español de Niebla

Nada que ver con la ciudad que dejamos en junio, siempre pasada por agua. No es que ahora no haya llovido, pero han sido 3 o 4 veces en un mes, algo totalmente asumible y los días soleados sobre el río Calle Calle son una imagen muy linda. Desde la terraza del hotel Dreams, en el que estuvimos durante el tiempo de varada, disfrutamos continuamente de las vistas solariegas del río, de los continuos ir y venir del sinfín de remeros de banco móvil de los 4 ó 5 clubs de remo que hay en Valdivia. Nos han contado que de aquí han salido y salen remeros excepcionales con medallas en pruebas internacionales. Los leones marinos han seguido engordando y engordando y empiezan a parecer elefantes. Los hay que deben pesar 500 kgs. con la comida gratis y abundante de los puestos de pescado del Mercado Fluvial, que constantemente están limpiando el pescado y largando hacia atrás los despojos, para alegría de estos amigos que solo tienen que abrir la boca y tragar.

07
07b 

                                   El río Calle Calle

La ciudad alegre y bulliciosa, al son del calorcillo del verano. La Ultima Frontera, es un bar-restaurante muy pintoresco, en una antigua casa solariega con estancias de distintos colores y decoraciones, en plan muy naif y con ambiente universitario. Justo donde mejor encajamos, al menos para verlo. Gente joven, animación, cervezas artesanales ricas, ricas y unos bocatas que te cagas, se convirtió en nuestro lugar predilecto en Valdivia, tomando el relevo al Dublin de Ushuaia.

La Marina de la Estancilla, ahora está más divertida. Hemos llegado a coincidir 6 ó 7 barcos extranjeros con los que hicimos los consabidos asaditos, para ir celebrando despedidas y cualquier otra cosa. En una de las celebraciones, el PRATI obsequió a la concurrencia con una chiquita sangría de 5 litros. Todos encantados y encandilados al final de la fiesta.

05 
05b

                            Asaditos de despedida

06 fin de fiesta en el PRATI

                                                                         Fin de fiesta en el PRATI

Justo a nuestra popa, el velero SKUA, barco chileno, cuyos armadores tienen incluso la propiedad de un glaciar, el Skua, frente a la caleta Amalia, allá por el Campo de hielos Sur. Decimos, en broma, que son propietarios, pero en realidad solamente son propietarios del nombre, que pidieron para ese glaciar allá por los años 90, en honor a su familia y les fue concedido, figurando ahora en las cartografías oficiales. Con Mónica y Robert hemos compartido buenos ratos de charla, tragos, cenas y experiencias.

09

                                  En el velero SKUA

Gente entrañable que madrugó para largar nuestras amarras de Valdivia.
11
                                                                       La despedida de la Estancilla
 08
                            Desde la popa del PRATI
 10 Nochebuena
                                                              La Nochebuena a bordo, con Rodrigo

El día de Navidad, pusimos rumbo norte. Nos dirigimos a Coquimbo, a seiscientas y pico millas para encontrarnos con nuestros amigos del velero SURAZO, a los que conocimos en 2.009 en las costas del Nordeste brasileiro. Un padre y sus dos hijos que regresaban de su larga vuelta al mundo. Familia entrañable y cariñosa, con la que hemos mantenido el contacto a lo largo del tiempo. El año pasado nos visitó toda la familia en Ushuaia.

La travesía hasta aquí fue buena como inicio de la nueva temporada. Vientos muy flojos, menos de 10 kts. justo, justo por la popa y bordos y más bordos para que el barco pudiera llegar a moverse. Las 600 millas iniciales se convirtieron en 777 y empleamos 6 largos días y 18 horas en el recorrido. El viento, fresco, apareció justo el último día.

Y así llegamos por los pelos, a las 3,30 h. de la madrugada del día 31 a celebrar las fiestas de fin de año con ellos en su casa de Coquimbo. Aquí estaban en la boya Luis y Sebastián aguardando la llegada del PRATI para darnos abrazos. Con ellos y con Rodrigo, su amigo que nos acompañó desde Valdivia, nos tomamos una botellita de champán para ir haciendo boca.

Ya por la mañana y descansados lo justito, nos visitaron Luis y Carmen, su mujer y nos llevaron a comer con ellos. Una buena siesta y en pie para celebrar la salida y entrada de año.

En el patio de su casa, Luis Cánovas, de orígenes hispanos como se deduce por su apellido, preparó una estupenda paella sobre un fogón de brasas, bajo los olivos. Como aperitivo nos puso un pulpo a la gallega de rechupete. No recordábamos en los últimos tiempos un cefalópodo tan sabroso. Después de la cena, con unos leños nuevos sobre las brasas para contrarrestar el relente nocturno, bebimos y charlamos hasta tarde. Solo faltaba el hijo mayor, Matias y su familia, que viven en Porvenir, en pleno Estrecho de Magallanes y que celebraron su primera nochevieja con su pequeñín.

 12
13
                                                                        En la cocina de los Cánovas
14
 14b
                                                                      La paella de Nochevieja
15 

              Al rescoldo de las brasas y la amistad

Hoy, año nuevo, tarde soleada, nos acaba de pasar por el costado saludando, el velero de la familia Cánovas que se están dando un paseíto por la bahía. Luego vendrán a vernos.

Estamos en boya en el Club Náutico de La Herradura, bahía muy cerrada y tranquila, a excepción de vientos del Norte. Durante el verano, siempre hay sures.

Nuestra Posición es:

Latitud.- 29º 58´804 S

Longitud.- 71º 21´854 W

Temperaturas diurnas veraniegas, playas que circundan la bahía con mucha gente disfrutando del verano, noches húmedas y con relente. El PRATI amanece mojado. Que aproveche esta humedad porque llover, aquí, no llueve.

Tenemos en proyecto visitar, por carretera, Valparaíso y Viña del Mar, ya que hemos pasado de largo y son lugares que merecen una visita.

Desde Coquimbo seguiremos ruta a Antofagasta, en fecha aún por determinar. Allí volveremos a hacer excursión, en ese caso al desierto de Atacama. Luego serán Iqueque y Arica, última recalada en Chile.

En Perú no tenemos intención de entrar, parece que los trámites son complejos y muy caros. Por tanto Ecuador es la meta siguiente para el PRATI. Los Pratis si que se adentrarán en Perú por medios terrestres.

Ya iremos viendo y contando. Planes fijos, ninguno. Estamos, como siempre, abiertos a cualquier posibilidad.

Año nuevo

¡¡¡¡¡¡¡¡ Feliz Año !!!!!!!!

Ya estamos en 2016, va a hacer 2 años que arribamos a Chile. Fue a principios de febrero del 2014, cuando avistamos Puerto Williams y nos prendamos de los encantos de uno de los confines del mundo. Recordamos con agrado aquellas casitas de planta baja, todas con su chimenea humeante, incluso en verano. Pasamos jornadas espléndidas navegando el Beagle, fondeando en caletas, visitando glaciares, con nuestros amigos los Panautas. Tenemos recuerdos especiales del último mes que pasamos en Puerto Williams, con el otoño en puertas, luz baja, arboles rojizos, soledad, naturaleza, sosiego. Paseos en las tardes por los alrededores y noches en aquel acogedor bar del Micalvi, donde apenas quedábamos 4 gatos. Si, ése será uno de los lugares a recordar para siempre.

El PRATI quedó bien custodiado y guardado allí todo el invierno. A primeros de 2015 emprendimos la ruta de los canales chilenos y tomando rumbo norte fuimos descendiendo latitudes hasta llegar a Puerto Montt, lugar de recalada de casi todos los veleros que hacen el cono sur, entre otras cosas como centro de reparaciones y preparación para el zarpe, bien hacia el norte, o lo más frecuente, a Polinesia. Esto fue por abril. A primeros de mayo llegamos a Valdivia, donde pasamos un mes bajo la lluvia, días tristes y monótonos, aislados en la Estancilla, a 12 km de la ciudad, sin ganas de movernos del barco, en una situación un tanto depre, mientras fuimos preparandolo para su nueva estadia invernal. Aquella selva valdiviana nos comía el ánimo, nos dejaba sin ganas.

En junio, vuelta “papaña”. En una crónica anterior hicimos un relato sucinto, con bastantes fotografías, del periplo por nuestro país, con nuestro amigo Gustavo Biancalana, el de Ushuaia.

A finales de noviembre de nuevo tomamos tierra en Chile y volvimos a nuestro PRATI. Sorpresa agradable, el barco lo hemos encontrado en un estado estupendo. Ni humedades ni nada parecido. Todo ok. Sacamos el barco al varadero del astillero Alwoplast, que tenemos en el pantalán de al lado para hacer antifouling y mantenimiento de los sail drives, especialmente el cambio de las gomas de estanqueidad de los mismos.

Mientras tanto, comenzamos a disfrutar de Valdivia. Nada que ver con la ciudad que dejamos en junio, siempre pasada por agua. No es que ahora no haya llovido, pero han sido 3 o 4 veces en un mes, algo totalmente asumible y los días soleados sobre el río Calle Calle son una imagen muy linda. Desde la terraza del hotel Dreams, en el que estuvimos durante el tiempo de varada, disfrutamos continuamente de las vistas solariegas del río, de los continuos ir y venir del sinfín de remeros de banco móvil de los 4 ó 5 clubs de remo que hay en Valdivia. Nos han contado que de aquí han salido y salen remeros excepcionales con medallas en pruebas internacionales. Los leones marinos han seguido engordando y engordando y empiezan a parecer elefantes. Los hay que deben pesar 500 kgs. con la comida gratis y abundante de los puestos de pescado del Mercado Fluvial, que constantemente están limpiando el pescado y largando hacia atrás los despojos, para alegría de estos amigos que solo tienen que abrir la boca y tragar.

La ciudad alegre y bulliciosa, al son del calorcillo del verano. La Ultima Frontera, es un bar-restaurante muy pintoresco, en una antigua casa solariega con estancias de distintos colores y decoraciones, en plan muy naif y con ambiente universitario. Justo donde mejor encajamos, al menos para verlo. Gente joven, animación, cervezas artesanales ricas, ricas y unos bocatas que te cagas, se convirtió en nuestro lugar predilecto en Valdivia, tomando el relevo al Dublín de Ushuaia.

La Marina de la Estancilla, ahora está más divertida. Hemos llegado a coincidir 6 ó 7 barcos extranjeros con los que hicimos los consabidos asaditos, para ir celebrando despedidas y cualquier otra cosa. En una de las celebraciones, el PRATI obsequió a la concurrencia con una chiquita sangría de 5 litros. Todos encantados y encandilados al final de la fiesta.

Justo a nuestra popa, el velero SKUA, barco chileno, cuyos armadores tienen incluso la propiedad de un glaciar, el Skua, frente a la caleta Amalia, allá por el Campo de hielos Sur. Decimos, en broma, que son propietarios, pero en realidad solamente son propietarios del nombre, que pidieron para ese glaciar allá por los años 90, en honor a su familia y les fue concedido el nombre, figurando ahora en las cartografías oficiales. Con Mónica y Robert hemos compartido buenos ratos de charla, tragos, cenas y experiencias. Gente entrañable que madrugó para largar nuestras amarras de Valdivia.

El día de Navidad, pusimos rumbo norte. Nos dirigimos a Coquimbo, a seiscientas y pico millas para encontrarnos con nuestros amigos del velero SURAZO, a los que conocimos en 2.009 en las costas del Nordeste brasileiro. Un papá y sus dos hijos que regresaban de su larga vuelta al mundo. Familia entrañable y cariñosa, con la que hemos mantenido el contacto a lo largo del tiempo. El año pasado nos visitó toda la familia en Ushuaia.

La travesía hasta aquí fue buena como inicio de la nueva temporada. Vientos muy flojos, menos de 10 kts. justo, justo por la popa y bordos y más bordos para que el barco pudiera llegar a moverse. Las 600 millas iniciales se convirtieron en 777 y empleamos 6 largos días y 18 horas en el recorrido. El viento, fresco, apareció justo el último día.

Y así llegamos por los pelos, a las 3,30 h. de la madrugada del día 31 a celebrar las fiestas de fin de año con ellos en su casa de Coquimbo. Aquí estaban en la boya Luis y Sebastián aguardando la llegada del PRATI para darnos abrazos. Con ellos y con Rodrigo, su amigo que nos acompañó desde Valdivia, nos tomamos una botellita de champán para ir haciendo boca.

Ya por la mañana y descansados lo justito, nos visitaron Luis y Carmen, su mujer y nos llevaron a comer con ellos. Una buena siesta y en pie para celebrar la salida y entrada de año.

En el patio de su casa, Luis Cánovas, de orígenes hispanos como se deduce por su apellido, preparó una estupenda paella sobre un fogón de brasas, bajo los olivos. Como aperitivo nos puso un pulpo a la gallega de rechupete. No recordábamos en los últimos tiempos un cefalópodo tan sabroso. Después de la cena, con unos leños nuevos sobre las brasas para contrarrestar el relente nocturno, bebimos y charlamos hasta tarde. Solo faltaba el hijo mayor, Matias y su familia, que viven en Porvenir, en pleno Estrecho de Magallanes y que celebraron su primera nochevieja con su pequeñín.

Hoy, año nuevo, tarde soleada, nos acaba de pasar por el costado saludando, el velero de la familia Cánovas que se están dando un paseíto por la bahía. Luego vendrán a vernos.

Estamos en boya en el Club Náutico de La Herradura, bahía muy cerrada y tranquila, a excepción de vientos del Norte. Durante el verano, siempre hay sures.

Nuestra Posición es:

Latitud.- 29º 58´804 S

Longitud.- 71º 21´854 W

Temperaturas diurnas veraniegas, playas que circundan la bahía con mucha gente disfrutando del verano, noches húmedas y con relente. El PRATI amanece mojado. Que aproveche esta humedad porque llover, aquí, no llueve.

Tenemos en proyecto visitar, por carretera, Valparaíso y Viña del Mar, ya que hemos pasado de largo y son lugares que merecen una visita.

Desde Coquimbo seguiremos ruta a Antofagasta, en fecha aún por determinar. Allí volveremos a hacer excursión, en ese caso al desierto de Atacama. Luego serán Iqueque y Arica, última recalada en Chile.

En Perú no tenemos intención de entrar, parece que los trámites son complejos y muy caros. Por tanto Ecuador es la meta siguiente para el PRATI. Los Pratis si que se adentrarán en Perú por medios terrestres.

Ya iremos viendo y contando. Planes fijos, ninguno. Estamos, como siempre, abiertos a cualquier posibilidad.