5 de abril – Tobago, al habla

Como decíamos ayer….. Aquí estamos disfrutando de este lugar apacible y bonito a rabiar. La bahía, grande y abrigada, tiene al fondo un grupo de casitas, Charlotteville, con una calle principal abarrotada de pequeñísimas tiendas, en chiringuitos aislados unos de otros, la mayoría de menos de 10 metros cuadrados, el mercado del pez, donde solo caben los pescaderos, la gente está fuera de la puerta, la gasolinera, que ayer, por ser domingo estaba cerrada, algún “restaurante”, eso ponen en el rótulo y un par de supermercados donde no se puede comprar cervezas. Hay que comprarlas en el bar y lo dicen como la cosa más lógica del mundo. Tienen poca variedad de productos y aún menos cantidad. Ayer en el que entramos, tenía 3 litros de leche. En la calle, en una camioneta, venden patatas, cebollas, plátanos y poco más. De fruta na de na.

Nos rodean altos montes con vegetación abigarrada y diseminadas en ellos casitas, entre las que destacan una rosa, otra roja y una amarillo canario, el resto está bastante mimetizado con el terreno, en la noche solo suponen puntos de luz que embellecen la bahía.

Caminando por la playa llegamos a Cambletton, otro pequeño núcleo, donde hay un montón de bungalows, casas de huéspedes y algún bareto. Hay establecimientos cerrados, quizá no estamos en la estación alta de turismo, realmente, a pesar de ser semana santa, no se ve demasiada gente pululando por aquí.

Entre las dos poblaciones, rondarán los quinientos habitantes. Las playas están cuidadas y tienen instalados bancos de hormigón, bien diseñados y construidos, para solaz de los bañistas. Ah, por cierto, se bañan todos juntos en un círculo mínimo, bien cerca del puesto de socorro en Camblettón, en las otras playas, lo hacen igual pero sin socorrista, siempre bien agrupaditos y charlando en el agua.

También hay bancos en alguna posición elevada, a media ladera, a modo de mirador, para disfrutar de la bahía.

Diseminados por el azul de la bahía, lanchas de pesca, todas provistas de dos largas varas de cañavera, instaladas permanentemente a ambos costados, el sistema de pesca es al curry y parece que cuando se engancha algún pez deben usarlas para hacer de amortiguador. Hay también un par de lanchas para paseo y llevar a los turistas a hacer snorkel y buceo.

Ahora somos cinco veleros aquí. Uno que está solito y sin bandera, dos ingleses, un francés y un español.

Del barco más próximo, STELLA MARIS, Peter, inglés y Caren de Estonia.

Del francés, con nombre bien difícil, Pierre, francés y Towe, danesa.

Los del otro barco inglés, no tenemos el gusto.

Anoche hubo party en el barco francés y charlamos y bebimos hasta altas horas, las once de la noche, desde la seis de la tarde en que empieza a anochecer. Todos nos entendemos de maravilla, en inglés, a excepción de Peter (Pitha…. que como es de la Inglaterra, al S de Londres, habla raro). Nos reímos un montón y lo pasamos estupendo.

Ayer, mientras echábamos un vistazo al pescado a la venta, una chica nos preguntó si éramos españoles, ella lo es. Así conocimos a una pareja, ella de Madrid y el de la Francia, que trabajan en la Guayana y que están aquí de vacaciones. Les invitamos a visitar el barco y tomar unas cervecitas. Les encantó la idea. Habían estado contemplando desde lejos el cata y preguntándose como sería vivir en él. Respondimos a muchas de sus dudas. Probablemente hoy volvamos a verles en la barbacoa que hay a mediodía en el pueblo.

Ayer, amanecimos a golpe de sermón. Pegaba unas voces el cura, pastor o lo que sea, que aterrorizaba a todo bicho viviente, esto a las 7 de la mañana. Nosotros que estamos a medio kilómetro del pueblo salimos de la cama temblando, acojonaos. Pobres de los que estaban al lado. Un sermón en toda regla, como los que nos caían de pequeños, allá por los años sesenta.

De la Rueda Argentina, hay que contar que están de vacaciones de Semana Santa y los barcos españoles nos hemos dedicado a parlotear en la frecuencia absolutamente de todo. Hablamos de navegación, de vientos, de comida de gente común, etc. de vez en cuando entran radioaficionados de tierra, Manuel, un mejicano del Golfo, Gabriel, desde la Patagonia, y otros. Les hace ilusión hablar con barcos en distintos lugares del mundo y valoran mucho la calidad de la comunicación.

Bien curioso resultó, que al de la Patagonia, Magdalena, de broma, le envió saludos para su primo el de Comodoro Rivadavia. El contestó que reside a quince kilómetros de Comodoro y nosotros conocemos el lugar. Preguntó el nombre del primo, por si lo conocía. Oh casualidad, sus padres son los vecinos de Poly. Rápidamente les llamó por teléfono, habló con el primo Poly, nos transmitió sus cariños y la noticia de que su madre, la tía Timi, está pasando una temporada con ellos. Decía Gabriel que al principio Poly no entendía nada, no me extraña. Guillermo, desde el TIN TIN, en mitad del Pacífico se moría de risa y se hacía cruces.

Después charlamos con Alberto, del TOBAGO, que tiene una mujer mejicana, bien simpática y que comentaban admirados las casualidades de la vida. Vamos de unas en otras.

A partir de mañana, que todo vuelve a la normalidad, iremos a una oficina de Información al Turista que hemos visto también en el pueblo y procuraremos hacer la visita de la isla. Este parece el mejor lugar para dejar el barco y sobre todo ahora que tenemos buenos vecinos.

3 thoughts on “5 de abril – Tobago, al habla

  1. ¡Se acabó laSemana Santa! Mañana al curre.
    Quería informar que mañana, en TV2 hay un programa sobre españoles en el mundo y en esta ocasión coincide con «Trinidad-Tobago «. Creo que es a las 22 horas hora local + o -.
    El que tenga interés puede aprovecharlo.
    Un asaludo
    Kurucho

  2. Ya estamos de nuevo en el trabajo después de una muy corta Semana Santa. Vuestras últimas crónicas han sido apasionantes. Creo que ni Salgari me había «metido» tanto en una aventura. Ahora toca un merecido descanso.
    Un fuerte abrazo desde Ferrol y buenos vientos,
    Jesu

  3. Hemos visto el programa de Españoles por el Mundo «Trinidad-Tobago», después del mal partido del Arsenal. ¡ Que sitio tan bonito y que buen ambiente! disfrutarlo a tope.

    Un abrazo.

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