Contra todas las previsiones, el viento aún siendo flojito, F-2-3 y picando algunas veces F-4, acompañado por pequeños chubascos, hizo posible la navegación a vela de forma continua.

Ya por la mañana, pudimos a través del Sail Mail sacar un meteo Ugrib que cambió todas las previsiones anteriores. Indica vientos del N, NE y NW de 10 kts. en los dos próximos días y de 15 kts. en el tercero. Lo que está claro es que las previsiones meteorológicas en esta zona casi ecuatorial son una mera aventura. Lo que aciertan siempre es la salida de un posible huracán, unas veces llega a serlo y otras no.

En vista de lo visto y como lo que queremos en cruzar de una vez, pabajo que vamos sin parar en Praia, aunque tengamos poco pan y pocos plátanos. Lo del pan lo solucionaremos a bordo, los plátanos los cambiamos por manzanas que tenemos alguna más.

Navegación buena, sin avistar un solo barco hasta las inmediaciones de Praia, en que tuvimos que usar la VHF para advertir al carguero La Rabida, de la Isla de Madeira, que estábamos en rumbo de colisión. El capi le preguntó por sus intenciones y el interlocutor, en español, contestó que iban hacía Praia, a lo que el capi replicó que si había visto en el radar el rumbo de colisión (nosotros llevábamos estribor y vela, es decir prioridad total) a lo que contestó: caemos a estribor. Gracias. Corto y fuera.

A las 17 h. por el través de Praia, sube el viento a F-5 y puntas de F-6, el mar va subiendo poco a poco y lo que se presumía una encalmada, leches de bollito, a la hora de esta crónica estamos navegando con vientos de F-5 del NE y aunque no vamos a rumbo, avanzamos dentro del 3º cuadrante y camino a nuestro destino en Fernando de Noronha. Ahora ya no queda tierra por medio, el salto es refinitivo. Solo hay 1.248 millas por delante.

Lo que si tenemos son todas las estrellas sobre nuestras cabezas. La noche es espectacular.