Navegando a Polinesia desde Ecuador. Día 8°

Esta pasada noche el cata navegó cómodamente con vientos estabilizados entre 18 y 20 Kts. entrando por la aleta de babor, aunque la ola seguía siendo la misma, muy alta y molesta. Navegación incómoda  a la que ya nos vamos acostumbrando.

Al amanecer y haciendo repaso en común de la navegación nocturna, nos felicitamos por considerarla buena, realmente no es así, porque olas de más de 4 m. no hacen una navegación buena, pero con las salidas de rumbo del piloto de ayer y la incertidumbre que se plantea de cara a futuro, veníamos un poco acojonadillos. Por separado los dos pensamos las mismas cosas pero pusimos cara de póquer y ni las comentamos.

Cuando el barco va subiendo una de esas olas, de frente no escarpado, pero casi y llega a la cresta, te planteas que va a pasar en la bajada. Si el barco se atravesará demasiado, si el autopiloto será capaz de controlar, si toma demasiada velocidad, pincha una proa en la ola siguiente, pierde estabilidad y pasa por ojo, es decir, se da la vuelta. Ahí se abren las incógnitas de qué ocurriría a partir de ese momento, en el medio del océano  Pacífico, sin posibilidad material de rescate alguno y si tienes suerte inicialmente, con la  balsa salvavidas, todavía lo ves más negro. Decía un navegante conocido que la balsa es un artilugio que sirve para que una familia, de forma romántica, todos unidos, se vaya muriendo lentamente. Eso no es así, hay datos constatados de náufragos sobre balsas salvavidas que han superado los 180 días y fueron rescatados.

Cuando se piensa fríamente, ni las circunstancias meteorológicas, ni el estado real del mar,  ni la condición normal de un velero,  hacen que esa situación sea posible. Es el miedo, la noche, la soledad de la guardia, lo que hace desvariar a nuestras mentes y encogerse a nuestros estómagos.

La frecuencia de ola que marca el pronóstico meteorológico es de  entre 16 y 20 segundos, la realidad es bien distinta. Cada 5 ó 6 segundos te aparece otra ola con ángulo distinto y luego otra y otra. Esto sucede entre las olas altas que si son las que marcan los pronósticos. Esa idea que tenemos de una ola suave que viene cada tantos segundos es un poco quimérica,  la realidad es que entre ola y ola el mar se presenta confuso, hay otras olas cruzadas, más pequeñas que enturbian ese cuadro idílico de las olas todas en la misma dirección y en armonía. Al menos el mar que estamos teniendo estos días.

Estamos pasando ahora por un par de fenómenos  que nos llevan de 28 a 8 Kts., alternándose lluvia, sol, vientos rancheados, chubascos, calma casi chicha, todo eso en pocos minutos.

Cosa similar ocurre cuando estás cruzando el Atlántico y te entra un chubasco fuerte bajo el que tienes todas estas condiciones juntas, pero hay una condición que no se cumple aquí, cuando pasa el chubasco, con fuerte cantidad de lluvia, el mar queda plano y aquí  el mar sigue dando lata y la ola está tan alta como antes del chubasco.

Volvemos a la previsión meteorológica que para hoy y mañana daba vientos de entre 18 y 20 Kts. continuos y constantes, está claro que no se cumple.

Aunque la Zona de Convergencia  Intertropical (ITCZ) no afecta directamente a este área, nos hacemos la pregunta de si no tendrá algo que ver en estos casos. Las formaciones nubosas son densas y nos recuerdan las que vivimos por Cabo Verde.

Ante estas circunstancias de inestabilidad, seguimos navegando con foque y dos rizos en mayor. Despacito y buena letra.

Nuestra Posición a las 16 h UTC del día 24/06/2016:
Latitud.-    10° 08’07 S
Longitud.- 101° 59’23 W
Temperatura del agua: 27,9 a 28,2°
Temperatura del aire: 25,2 a 26,6°
Navegadas  en las últimas 24 h. 166 Nm.
Acumulado a origen: 1.386 Nm
Millas a destino: 2.049