Debajo del horizonte – 31 de marzo

Del día 27 apenas algo que reseñar. Todo el día lloviendo, frío que te cagas y vida a bordo, algo desanimados por el mal tiempo.

Intentamos conectarnos a través de la antena satelitaria para chequear correo y enviar la crónica y no fue posible. En el display aparece “bellow horizon”, es decir que estamos por debajo de la cordillera Darwin y ni los satélites nos ven. Gracias a Miguel, de la Rueda de Bahía Blanca, pudimos mandar mensaje de que todo está bien. Afortunadamente tenemos buena señal para la radio BLU y a través de ella podemos recibir meteo y noticias del exterior.

Buscando algo positivo a la situación, se preparó la nasa para intentar conseguir la cena. Con unos hermosos mejillones que se cogieron en la orilla y se machacaron, con buena pena por no poder comerlos ya que hay posibilidad de marea roja y alto peligro para los humanoides, botamos la nasa por primera vez, a unos 20 metros de profundidad.

El día 28 amaneció mejor. La mayor parte de la flota soltó amarras y siguió su camino, quedamos el LOJAN y nosotros. Poco después apareció el SELMA, un barco grande de chárter y el LOUIST, barco francés con un tripulante argentino, que había quedado la noche anterior delante del control Alcamar Yamana y como garrearon durante la noche, levaron ancla y vinieron a fondear aquí a las cinco de la madrugada.

Los Panautas se dieron un paseo largo, tipo palizón, para subir a un monte desde el que puede divisarse el glaciar, el lago y la caleta. Bajaron muy cansados y empapados. El glaciar no lo habíamos visto cuando llegamos a pesar de estar a media milla por estribor, porque las nubes estaban tan bajas que no pudimos percibir su presencia.

Los Pratis, mucho más conservadores y vagos, se conformaron con acercarse con el dinghy a la base del glaciar.

Por la tarde, después de una buena fabada en el PRATI, merienda en el LOJAN. Hicimos los honores al café, el panetone y las galletas que nos ofrecieron allí y les invitamos a compartir las centollas que habíamos capturado. Ni más ni menos que 7, un poco pequeñas pero llenas y sabrosas.

Cena elegante, de las de corbata, según se verá en las fotos cuando toque enviarlas. Menú: carro de centolla por persona y tortilla española. Daphne y Rainer agradecen mucho nuestra compañía y nos pegamos todos grandes peroratas en inglés aunque no sea la lengua materna de ninguno.

Día 29, otra vez con lluvia, zarpamos de Caleta Olla rumbo al Seno Pía. Una vez en el canal, conseguimos comunicación satelital y enviamos la crónica anterior.

La travesía, otra vez pasada por agua. Cruzamos por delante de 4 glaciares que en su confluencia con el Beagle sueltan cantidad de escombros, trozos de hielo o icebergs, que dificultan la navegación. Se deben ir sorteando para evitar la colisión con las proas y aún peor el rebote de los témpanos hacia abajo que luego emergen a la altura de las hélices o la pala del timón y aquí si pueden causar estragos. Son pequeños témpanos de hielo en superficie que ocultan grandes masas sumergidas, lo que les da un volumen impresionante y chocar con ellos es similar a pegársela contra una roca. Por tanto toda la travesía se hace con mucha atención, vigilancia permanente en el exterior y en los momentos más complicados, incluso uno a proa dirigiendo las maniobras.

A la entrada del Seno Pía, donde hay al menos 6 glaciares, el efecto de hielos flotantes es multiplicador.

El Seno Pía es un amplio canal de dos brazos, en forma de Y, con una longitud próxima a las 10 Nm en su brazo W. La entrada es complicada y las distintas cartas electrónicas que llevamos a bordo, están descompensadas, como ya nos habían advertido, con el barco navegando por tierra. Por tanto la navegación ha de ser a vista, a la luz del día y a velocidad reducida. El fondeadero Caleta Beaulieu dista unas 5 Nm de la entrada que se hacen muy largas. Está muy resguardado de los vientos dominantes del SW.

Largamos ancla con una sonda de 15 metros y con 3 cabos a tierra nos sentimos cómodos. Comemos y a dormir la siesta, lo mejor que se puede hacer en un día tan lluvioso.

El domingo, fiesta. Amanece sin llover, amenaza con salir el sol y en cuanto desayunamos ya estamos los cuatro montados en el dinghy rumbo a la base del glaciar que tenemos frente a la proa y que dista una media hora. El sol asoma sin vergüenza y nos regala unas vistas de antología. Las cumbres heladas van apareciendo, así como las cabeceras de glaciar que nos dejan boquiabiertos. Todo el camino haciendo fotos y videos a cual más hermoso. Desembarcamos a unos 500 metros de la base del glaciar y caminando entre los icebergs varados en tierra por la marea, plasmamos en los negativos y en nuestras retinas imágenes para recordar siempre. Por momentos como éste, aunque sean bien escasos, merece la pena llegar hasta aquí.

A la vuelta hicimos vermouth de domingo, con aceitunas rellenas, zamburiñas en salsa de vieira, Martini y hielo milenario del glaciar. Otro lujo más para este día.

Los tripulantes franceses del LOUIST trabajan para la famosa revista VOILES ET VOILEURS y quisieron hacernos una entrevista por ser un catamarán navegando por la Patagonia, algo muy infrecuente. Vinieron muy equipados de cámara de video grande, micrófonos inalámbricos y demás.

Por la noche hicimos fiesta a bordo para los tres barcos del fondeo. No hubo muy buena coordinación y todos aportamos menús farináceos: pizzas del PRATI, una torta del LOUIST que sustituyó a la centolla que pensaban traer y otra de Daphne en lugar de la ensalada ofrecida, en su caso le habían fallado los tomates. Menos mal que también traía un melón troceado que nos desatascó de tanta harina. La sangría, cortesía del PRATI, de unos 3 litros, todo un éxito. Está claro que al mal tiempo hay que poner buena cara, buena disposición y festejar todo lo que se pueda.

Nuestra posición en Caleta Beaulieu es:

Latitud.- 54º 47’797 S

Longitud.- 69º 37’751 W

Como seguimos “Bellow horizon” mandaremos la crónica cuando podamos.

2 thoughts on “Debajo del horizonte – 31 de marzo

  1. Esa navegación entre cascotes debe de ser de antología. Justamente hoy hemos estado viendo en la tele con las niñas un documental divulgativo sobre el deshielo de los glaciares antárticos; no es que sea lo mismo que vuestras fotos, pero nos hacemos a la idea ;). Lo mejor, como siempre, esos encuentros festivos de navegantes. Seguimos con ilusión vuestra crónica. Un abrazo para los cuatro.

  2. !Uf¡ por fin reaparecisteis. Parece que esa zona es buena para maniobras que ni los americanos del norte pueden detectar. Ahí llueve, aquí llueve. ¿Será un nuevo diluvio universal?. Ahí hay marea roja, aquí comienza otra marea roja en los polígonos mejilloneros. Tenemos muchas afinidades, por algo le pusieron a Chiloé Nueva Galicia.
    Seguid disfrutando, como disfrutamos nosotros con vuestras crónicas en las que nos transmitís la emoción de lo que estáis viendo.

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