Adios a Indonesia

Domingo, 6 de octubre de 2019

Toca despedirse de Indonesia 🇮🇩 para continuar nuestra vuelta a casa. Ha sido mes y medio en el que hemos disfrutado en tierra y muy poco navegando, por la falta de viento, las fuertes corrientes y la abundancia de lanchas pesqueras, sobretodo por la noche.
¿Lo mejor de Indonesia? Sin ninguna duda sus gentes. Son amigables por naturaleza. Sonríen siempre, disfrutan de lo que tienen, algunos bien poco, por cierto, pero así y todo, siempre presentan su mejor cara, su mejor sonrisa 😃. Nos han dejado un recuerdo muy agradable y nos han hecho reflexionar 🤔 ellos son felices con cualquier cosa, mientras nuestra sociedad occidental, con muchos más recursos, se dedica a vivir cabreada 😡 con el más mínimo motivo.

En un principio habíamos pensado zarpar desde Bali, pero ahora, como novedad, se puede tramitar el zarpe desde Lombok, sin necesidad de salir de la Marina. Las autoridades vienen aquí: – Aduanas, para comprobar que es el mismo barco que entró en su día, hacen unas fotos y comprueban el AIS, que es obligatorio para todos los barcos extranjeros que navegan por aguas indonesias. Inmigración viene a las oficinas de la Marina para sellar los pasaportes.
Un empleado de la Marina se desplaza al puerto cercano para traer el zarpe de las oficinas del Harbour Máster. Más fácil imposible.

No hemos querido ir a Bali porque lo visitamos como turistas hace 30 años. Fue nuestro primer destino verdaderamente exótico y nos dejó un recuerdo maravilloso.
Ahora, todo el mundo dice que está colapsado, con turistas haciendo colas interminables para visitar los lugares de interés, densamente poblado y con alta contaminación por el tráfico. Hemos preferido quedarnos con el buen recuerdo.

A las 8 de la mañana, antes de que se levante el viento, que todos estos días nos está vapuleando, como fenómeno local, ha llegado alguna tarde hasta los 25 kts, nos preparamos para zarpar. Hay que soltar las amarras de popa e ir recogiendo la cadena del ancla que tenemos largada por proa.
El fondo es de lodo y cada poco hay que parar para ir limpiando la cadena. En Brasil nos enseñaron a sacudirla fuerte, con el bichero, por tramos, para que suelte el fango.
Sin ningún problema salimos hacia el Estrecho de Bali, cruzándonos con un montón de botes de pesca locales que nos saludaron y despidieron con la mejor de sus sonrisas.

Entre Nusapenida y Lombok la corriente a favor, de 2 kts. empieza a afectarnos. El viento comienza a soplar e izamos. De momento vamos de maravilla, sol, viento, corriente a favor. Enseguida el viento sube de intensidad, hasta más de 18 kts y el choque con la corriente provoca los temidos escarceos.
Tuvimos puntas de velocidad superiores a los 12 kts con olas de 5 m que nos vapulean a su antojo. Para mi fue una experiencia estresante, iba agarrada como una lapa, pero veía que Carlos y Piet, que estaban controlando la navegación, estaban tranquilos y eso me dio un poco de respiro.
Alguna ola nos saltó de babor a estribor y nos dejó bien saladitos, pero eso fue todo. Duró casi dos horas y me quedé con el estómago encogido.
Poco a poco el viento perdió fuerza y la corriente, al salir del estrecho, dejó de influir, con lo que todo se calmó.

El resto del día discurrió entre vientos miserables y no viento. Unas horas a vela, con el code 0, otras a motor y toda la noche, con viento de 1kt., motoreando.

Tras 24 horas de navegación, a las 8 de la mañana, hora local del día 7 de octubre, estamos en la posición : Latitud.- 08° 55’93 S
Longitud.- 113° 55’76 E

Hemos recorrido 126 Nm.
Nos faltan 1.026 a Cocos Keeling
Como hay poco viento, pasamos mucho calor 🥵 y cruzamos los dedos para que se cumplan, por fin, las previsiones meteorológicas y soplen los 12-14 kts. ofrecidos.

Navegando por el Sur de Bali, aún pudimos conectarnos a Internet para saber que Marc Márquez, tan admirado en estos lares, había vuelto a proclamarse campeón de mundo 🌎 mundial de moto 🏍 GP. 👍👍

Ahora hasta Cocos Keeling solo nos enteraremos de lo que nos queráis contar los familiares y amigos.

Hasta mañana 😉

MH.

Lombok

Cuando llegamos a Lombok, en domingo, hace casi dos semanas, abarloados al pantalán de la Marina da Ray, inmediatamente saltamos a tierra para conocer a nuestros vecinos y compartir un rato en el restaurante de la marina.

Mucha gente esa noche, atraídos por una presentación de otros navegantes sobre sus experiencias en el Paso del Norte. Buen ambiente.

Al día siguiente, siguiendo las indicaciones del personal de la marina, echamos el ancla por proa y pusimos la popa al pantalán con sus correspondientes cabos. Todo fácil y cómodo. Tenemos agua y luz. Un auténtico lujo, sobre todo lo del agua. Está claro que en esta isla abunda el agua, nada que ver con las anteriores, sobre todo con West Timor y su aspecto desertico.

En medio de la noche, un fuerte golpe nos sobresaltó. Carlos que estaba despierto y había estado oyendo un motor de lancha que se acercaba despacio, saltó como un resorte diciendo,

¡¡¡Nos han embestido, nos han roto el botalón!!!!.

Inmediatamente estábamos los tres sobre la proa y bajo nosotros había un bote de pesca local con un pobre hombre, muy asustado, que decía ¡no, papa, no, papa! La expresión que usan para dirigirse a las personas mayores.

Aparentemente no teníamos ningún daño importante y el hombre arrancó el motor y salió a toda velocidad en la oscuridad de la noche.

Llevaba una caja con un poco de pescado, posiblemente había estado faenando toda la noche y se durmió en la vuelta a casa.

Suelen pasar bastante cerca de la marina, pero éste está claro que no eligió el rumbo.

El susto fue mayúsculo y al día siguiente comprobamos que había quedado en eso, otro susto. A soltar el aire y seguir cruzando los dedos.

 

 

 

Como estos, fue el que nos encontramos dejado del cata.

 

La marina está situada en una isla llamada Gili Gede, donde hay varios resorts pequeñitos y algunos restaurantes. Un camino estrecho y en algunos lugares casi inexistente, la rodea.

Cerca de nosotros hay un restaurante con propietario francés, un lugar lleno de encanto y buena comida.

Para las compras de avituallamiento hay que ir en taxi a la capital, Mataran, lo que supone hora y media de viaje más el cruce en lancha hasta tierra firme.

Aquí, además de las motos en abundancia, hay pequeños carricoches de caballos, donde se desplazan, sobre todo las señoras, con sus compras del mercado.

El tráfico de motos es, como siempre, omnipresente y curioso. Familias enteras, hasta 5 personas, sobre pequeñas motos. En uno de estos casos, uno de los críos iba jugando con una consola, como si estuviera en el sofá de su casa.

Trasportan cualquier cosa, si hace falta sujetándolo con una mano y conduciendo solo con la otra.

El caso más exagerado de transporte en moto que hemos visto.

También hemos visto transportar tubos atravesados y nadie se queja, ni pita, ni nada.

En el camino a Mataran nos ha llamado la atención el numero ingente de mezquitas. No avanzamos 300 metros sin que aparezca una mezquita. Dicen que tienen más de mil en la isla.

En esta foto hay cuatro en ese pequeño espacio.

Aunque pocos, hay algún templo hindú

El problema es que sus rezos, cinco veces al día, los transmiten por megafonía y resulta muy aburrido.

Desde la marina oímos tres diferentes rezos, canticos o lo que toque. Forman una cacofonía muy poco agradable. Sobretodo el cántico de alrededor de las cinco de la mañana. Ese se lleva la palma.

 

En Mataran hay un Mall bastante grande y un hipermercado donde hemos encontrado bastantes cosas para organizar la despensa de cara a la travesía del Indico que estamos a punto de iniciar.

También hemos conseguido el repuesto necesario para reparar la desaladora y una bomba de presión para agua sanitaria que había dejado de funcionar. Aunque no es exactamente la misma, la nuestra era de 24 V y la nueva es de 12 V, Carlos está trabajando para adaptarla y seguro que funcionará.

 

Hemos hecho una excursión hasta la zona más atractiva de la isla, el volcán Rinjani.

Recorrimos la costa occidental de la isla, con sus playas famosas, como Sengigi, de arenas negras volcánicas. Vistas desde la altura, tomamos la decisión de no ir con el barco. Mucho coral, mucha piedra y nada tan excepcional que merezca la pena.

La zona norte de la isla fue la más afectada por el seísmo de agosto de 2018. Hay obras por todas partes y se han dado mucha prisa para tener las carreteras operativas, tras el desplome de los puentes.

 

El volcán Rinjani, tiene 3.726 m de altitud y es famoso para los aficionados a las excursiones extremas, hikking, trecking, etc. Nosotros nos alojamos en Senaru, en las estribaciones del Monte y con acceso a las famosas cataratas.

El hotel, de construcción tradicional, también sigue en obras tras el terremoto.

En la excursión por la zona, nos acompañaron dos guías locales, mujeres. Nos contaron que forman parte de una asociación que lucha por los derechos de las mujeres y su equiparación con los hombres. Presumieron de lo conseguido hasta la fecha y estaban de lo más feliz con su trabajo de guías.

En una aldea tradicional nos mostraron el lugar en que se llevan a cabo las ceremonias importantes y los casamientos.

“Aquí se sienta el marido y su mujer se arrodilla a sus pies y se los lava. Después con esa misma agua, ella se lava la cara y al final, se la bebe.”

Abrimos los ojos, como platos y preguntamos ¿Eso es el avance del que nos habéis hablado? Ellas dijeron: Son nuestras costumbres. Esto está bien.

No opinamos nada más y nos dedicamos a disfrutar del “tonturismo”.

Sendas difíciles, escaleras tremendas, tramos angostos, algún que otro susto, por la posibilidad de meter el pie en el agua, vamos, lo habitual en estos casos en que además parecen disfrutar si te llevan por el sitio más complicado.

Vimos las dos cataratas que suelen visitarse, ya que la tercera dicen que es muy complicada, no quiero imaginarme como será.

Acabamos comiendo en medio de un arrozal y volviendo al hotel con las rodillas machacadas. No pienso someterme a más jornadas como esta. Al final todo es parecido y mis articulaciones cada vez lo soportan peor.  Espero acordarme.

 

El regreso lo hicimos por carreteras de montaña, a través de la selva de los monos y con tramos en obras, en algunos casos con la carretera prácticamente desaparecida.

 

Como final, fuimos al Sur, a la playa de Tanjung Aan, de arena blanca y no tan turística como la cercana Kuta. Bonito entorno en marea baja.

Ayer volvimos a Mataran para hacer las últimas compras y estamos preparando todo para salir de Indonesia, rumbo a Cocos Kiling, este fin de semana.

MH

Por el Sur, buscando el viento

Fondeo en Loh Liang (Komodo)

 

Los famosos dragones, ahora en fotos

Nos ponemos en ruta a las 6 de la mañana. Por la experiencia previa queremos tener la corriente a favor en el pasaje entre Rindja y Komodo, hacia el sur.

Las corrientes, fuertes, nos son favorables, aunque de vez en cuando nos sacan de rumbo sin previo aviso y vamos expectantes entre tantas islas, islotes, rocas sueltas y demás que jalonan el camino.

 

Para completar la situación el viento, que entra justo por la proa, sube hasta los15 kts. y provoca escarceos contra la corriente.

Saliendo del dichoso pasaje, en una zona en que tiene más de 8 Nm de amplitud, cuando esperábamos navegación más tranquila, el barco arrumba, él solo, hacia el S, sin haber modificado el rumbo W que llevábamos. Íbamos a motor porque el viento había desaparecido prácticamente. Pruebas y más pruebas, incluso un giro de 360° y el rumbo sobre tierra es siempre S o SE.

Durante más de una hora seguimos así, sin poder controlar el rumbo, hasta que la corriente pierde un poco de fuerza y podemos ganar SW.

Durante las pruebas dejamos el barco a la deriva, motor parado, e iba a 6 kts. hacia el S. Lo que quiere decir que la corriente era de más de 6 kts.

Con vientos muy suaves y génova, nos hemos dejado llevar durante 5 horas a rumbo SW, si no puedes vencerla, únete a ella y después, por fin, hemos arrumbado al W.

El viento de F-1-2-3, o sea, vela de milagro + motor. De momento por el S tampoco hay viento. Hemos decidido esta ruta, aunque no tiene fondeos intermedios, buscando el viento.

Por fin, al anochecer, se establece un viento de F-3 del SE y apagamos el dichoso motor. Avanzamos despacio, 4-5 kts pero es suficiente.

En el cambio de guardia entre Piet y Carlos y ante la previsión de vientos más fuertes, izan mayor para dar estabilidad al barco.

El viento en lugar de subir, baja y tras tres horas con una media de 3 kts. arriamos mayor e incluso enrollamos génova. A trancas y barrancas hemos hecho 11 horas a vela, algo es algo.

Un par de horas a motor y el viento aparece para quedarse. 👍

Navegación tranquila, velocidades que nunca superan los 6 kts ni bajan de los 3 kts, con lo que nos damos por contentos.

Las noches, con algún grupo de barcos pesqueros en nuestro rumbo, siempre iluminados.

Al calamar

Nos hemos separado lo más posible del Alas Strait, entre Sumbawa y Lombok, para evitar que las corrientes nos afecten en exceso.

La entrada en el Lombok Strait, con Bali en su orilla W, empieza con la corriente a favor. Necesitamos hora y media para llegar a destino, dice el capitán. Pues va a ser que no, en media hora cambia el sentido de la corriente y a empujar con los dos motores y la vela. El viento llega a los 25 kts y así y todo no pasamos de los 5 kts de velocidad.  Tuvimos la suerte de que ya estábamos dentro del estrecho y pudimos seguir, a pesar de las dificultades.

La guinda del pastel la pusieron los barquitos locales. No sabemos si sería una regata o su procesión del Carmen, pero nos cruzamos con más de 100 barcos, la mayoría a vela, con vistosos colores y maniobras que en algún momento nos pusieron nerviosos.

Ya en la bahía de Gili Gede, donde está la Marina a la que nos dirigimos, aparece el último obstáculo, está minada de boyas de algún tipo de granja marina.

Con todo y con eso, llegamos sanos y salvos a una marina donde no contesta nadie al VHF y donde vemos un montón de barcos en boyas. Ninguna libre. Echar el ancla entre ellos no parece muy seguro, así que nos abarloamos a un pantalán y mañana será otro día.

Estamos en la Marina Da Ray en la posición

Latitud.- 08° 45’72 S

Longitud.- 115° 55’90 E

Hemos navegado 58 horas para recorrer 278 Nm desde Komodo y hemos conseguido navegar a vela 43 horas ⛵️

MH

Hacia Komodo

El martes teníamos la orza reparada, aparentemente bien. 👍

Levantamos el fondeo y nos acercamos al pequeño pantalán donde ha estado durante la reparación.

De nuevo los cabos del catamaran y la ayuda de un árbol en tierra, hacen que la maniobra se realice con rapidez y seguridad. Orza en su sitio y de nuevo al fondeo.

  

Al equipo de montaje se unió Julien, del velero Le Bule, él y su pareja Camille, son nuestros vecinos de fondeo. Compartimos velada y cena en el PRATI la noche anterior y fue invitado al evento.

 

 

 

Hacemos una última incursión a la ciudad para ver el ambiente nocturno y su mercado de pescado, que al estilo del de Kupang, son puestos callejeros, con brasa para preparar pescados y mariscos, pero con mucho menos ambiente, quizá por ser un día de semana.

Muchos calamares, algunas gambas, peces coloreados y unas moscas negras poco apetitosas.

Mucho tráfico de vuelta a casa y poco más que reseñar. Hasta aquí ha llegado nuestra estancia en Flores.

Miércoles 18 de septiembre, temprano, levamos ancla para seguir nuestra ruta.

En principio, un paseito de 16 millas hasta la Isla de Rindja. Esta isla pertenece al archipiélago de Komodo y parece que en ella hay más dragones que en la isla principal, con lo que resulta más fácil verlos.

El fondeo es en una bahía profunda y estrecha, llamada Loh Buaya, donde se encuentra la oficina del Parque Nacional del Dragón de Komodo y de donde parten las excursiones.

Como imaginamos que habrá barcos de turistas ocupando el fondeo, decidimos venir temprano.

Nos quedamos cortos en nuestras peores perspectivas. Nos encontramos con una auténtica feria de barcos grandes, de madera, con anclas largadas por todas partes, con largos cabos, que cada vez que cambiaba el viento, cosa que ocurrió varias veces en poco rato, levantaban el fondeo y lo cambiaban en un santiamén. Todos en movimiento y nosotros en el medio sin ver donde quedarnos. Lo intentamos una vez y garreamos.

Al final nos enteramos de que allí nadie se quedaba por la noche, solo durante la visita a tierra para ver los dragones, pero claro, nosotros teníamos que dejar el barco solo durante la excursión y en semejante sitio, ni de coña. Así que tras una hora deambulando y jugándonos el tipo, decidimos cambiar de idea y seguir navegando hasta Komodo Island.

Hicimos otras 16 millas, que nos costaron más de 4 horas, con las corrientes atacando y desviando el barco de su rumbo, como si de un barquito de papel se tratara.

Navegación incómoda, con mucho calor 🥵, muy poco viento 💨 y ganas de llegar a cualquier sitio tranquilo.

Esta es la zona más turística, con el reclamo del famoso dragón. El aeropuerto está en Laboan Bajo y desde allí vienen los barcos a Rindja y Komodo. Así que esta zona está llena de barcos de todo tipo y los fondeos están restringidos en muchas playas que forman parte del Parque Nacional del Dragón de Komodo. Hay islas y más islas. La navegación, todo el tiempo en cubierta, nos costó quemarnos un poco. Carlos se ha quemado la frente por debajo del sombrero. Es de rejilla para que transpire y los rayos de sol se colaron en plan ladino.

En otra zona que intentamos fondear, nos avisaron que era solo para buceadores, otra actividad muy abundante.

En fin, que seguimos navegando, pasando junto a la Pink Beach, de la que no vimos la arena rosa y Raía Point, otro de los atractivos turísticos, para nadar entre rayas.

Fondeamos en el fondo de la Sora Lia Bay, en Loh Liang.

Nuestra posición es:

Latitud.- 08° 34’201 S

Longitud.- 119° 30’373 E

Desde el fondeo vemos un pantalán grande, de hormigón, al que llegan los barcos para dejar a sus pasajeros en tierra durante la visita al Parque Nacional. Hay que registrarse, pagar una entrada e ir siempre acompañados de un guía.

Los barcos entran y salen continuamente, sobre todo durante la mañana, cuando dicen las informaciones generales que los dragones están más activos.

El fondeo resulta bastante tranquilo, estamos solos en una playa tremendamente larga.

Visitamos a los dragones, que son bastante feos y apenas se mueven. Nos hacemos las fotos y los vídeos de rigor y asunto zanjado.

http:/https://www.youtube.com/watch?v=NLN_BO3sshQ

http:/https://www.youtube.com/watch?v=3PbxY7pvjJg

http:/https://www.youtube.com/watch?v=DpYpx3urXdg

Los hemos visto junto al único restaurante de la zona. Creemos que el dueño los alimenta, aunque digan que está prohibido, y los tiene cerca como reclamo. Están libres y se mueven a voluntad.

Los grupos de excursionistas vienen todos a hacerse las fotos allí, porque parece ser que está muy complicado verlos durante la caminata.

Cumplido este trámite, que parecía necesario estando tan cerca, mañana seguiremos navegando hacia la Isla de Lombok. Esta vez hemos decidido ir por el sur, buscando el viento y navegar dos días seguidos.

MH

Enviado desde mi iPad

Labuan Bajo en Flores Island

El día de nuestra arribada a Labuan Bajo, nos quedamos en el fondeo más alejado de la ciudad, la luz empezaba a bajar y viendo la cantidad de barcos locales que había en nuestra derrota, no nos atrevimos a seguir.
En este fondeo, había en ese momento 10 ó 12 veleros, de distintos países, la mayoría unidos por un rally a través de Indonesia 🇮🇩 y con final en Singapur 🇸🇬 .
Barcos de Holanda 🇾🇪,  Suecia 🇸🇪,  Francia 🇫🇷,  Nueva Zelanda  🇳🇿,  Australia, 🇦🇺,  Estados Unidos 🇺🇸,  Escocía 🏴󠁧󠁢󠁳󠁣󠁴󠁿 y ahora España 🇪🇸.
Al día siguiente, al dinghy y de exploración.
Habíamos leído que Labuan Bajo es el lugar más turístico de la zona. Aquí está el aeropuerto que permite visitar el Parque Nacional del Dragón de Komodo, donde además del famoso animal, hay lugares especiales para buceo y snorkel. Le dijimos a Piet que estábamos llegando a Marbella 🤣🤣🤣
Casi media hora de dinghy, entre barcos y más barcos, de los que pasean turistas y los que llevan a los lugares de buceo. La cantidad es impresionante y pensando que estamos en la temporada alta, no entendemos como puede haber tanto barco sin actividad.

El puerto es una locura, botes por cualquier sitio que van y vienen a su bola, suciedad, boyas y cabos flotantes, vamos, un poco de todo.


Hay unos pantalanes, altos sobre el agua, denominados puentes, con escaleras en algunos puntos y allí dejamos el dinghy.

http:/https://www.youtube.com/watch?v=zCOM7jVVRVY

http:/https://www.youtube.com/watch?v=_GvcZZ9FjmY

Tenemos una Guía de Indonesia, que solo tiene 8 años y su información ya no vale. Hablaba de un dinghy’s dock y de unas boyas enfrente de la ciudad, que no tienen nada que ver con la realidad actual.
Pequeños negocios, tiendas de todo tipo, cantidad de agencias ofreciendo paseos a bucear y visitar las playas, suciedad, mucha gente, muchas motos y las furgonetas coloreadas que transportan al personal.

En el supermercado más grande, encontramos bastantes cosas para comprar, incluso algún queso, cosa que en Kupang no había ni en el Carrefour.

Entre la calle principal, atestada de negocios y la zona costera, discurren unas callejas, estrechas, mugrosas, a distintos niveles, sin que se les vea el final. La gente nos miraba extrañada y fisgaban nuestras bolsas de la compra con total descaro.

Cuando volvemos a bordo, no hay nadie en los barcos que nos rodean, los dinghies están en la playa, cerca del hotel y allá nos vamos para conseguir informaciones de interés.
El hotel, Puri Sari Beach, agradable y muy tranquilo, recibe encantado a los navegantes. Allí charlamos con los suecos que están felices a remojo en la piscina. Ellos nos remiten a otro catamaran, esta vez australiano, que tiene el contacto para comprar combustible, al margen de los barcos del rally que tienen su propia organización.
Cenamos con un grupo de navegantes y pasamos una buena velada. La comida de Indonesia nos está encantando. El arroz lo bordan, los calamares 🦑 saben a calamar y los guisos son muy de nuestro gusto. Además hemos conseguido preparar “tinto de verano” pidiendo cada cosa por separado. Todo Ok.
Regreso a la playa. Los dinghys están unos en seco y otros dentro del agua, con sus anclas, dependiendo de cuánto tiempo lleven ahí.
Al día siguiente se van la mayoría de los barcos, solo quedamos dos.
Volvemos al hotel, dejando el dinghy en la playa y desde allí hay un transporte a la ciudad, mucho más cómodo que buscar donde dejar el dinghy con tranquilidad.
Concertamos la compra del diésel y tenemos que visitar los cajeros para conseguir el efectivo.
Cena de nuevo en el hotel. Esta vez los tres solos.
Por la noche llueve, novedad. Poco, pero llueve.
Hoy se marchó el otro barco. Todo el fondeo para nosotros.
Han venido a traernos el diésel y ver el tema de la orza.

Aqui la gasolinera flotante.

 

Dicen que pueden hacer la reparación y entre todos, con la driza de code 0 y otra maniobra con la driza de mayor,  en los dos agujeros por los que pasa el cabo normal de maniobra de la orza, la han sacado y colocado  en el techo de su barco 🤞🤞🤞🤞
y dicen que lo tendrán listo para el lunes.
Una vez que la orza está fuera del casco, se necesitan 3 personas para ir controlándola y dejándola en plano. Más una o dos personas para maniobrar los winches de mayor y de Code 0.
Como el barco en el que trajeron las garrafas de diésel tiene un techo potente, de madera, colocaron unos listones y allí la emplazaron para el transporte al taller.


Por la tarde visitamos el taller.


Hemos decidido cambiar el fondeo para estar al lado del taller.
Estamos fondeados en un lugar llamado Waecico, que está, como el fondeo anterior, a 2 Nm de la ciudad, solo que en distinta orientación.

http:/https://www.youtube.com/watch?v=dhTTOtsE-oE

Nuestra nueva posición es:
Latitud.-      08° 27’658 S
Longitud.- 119° 52’217 E
Tenemos 15 m de sonda. En la playa el Sylvia Hotel.

El tema de la orza va bastante bien, esperamos instalarla hoy y mañana partir hacia Komodo.