Ayer nos las prometíamos tan felices en el fondeo de Isla Dama, amaneció espléndido y después del desayuno comenzamos con las tareas habituales en fondeo, hacer agua potable, poner la lavadora y pequeñas revisiones. El capi se tiró al agua, primer baño en el Pacífico, para ver la hélice de babor, puesto que daba humo blanco el motor en marcha y a veces de debe a que pueda haber algo enganchado. La hélice, despejada pero los ánodos de sacrificio de ambos motores, que se instalaron hace un mes en Valdivia, prácticamente han desaparecido. Problema. Se sospecha algún tema eléctrico por lo que se inspecciona el motor de babor y aparece la sorpresa de que en sentina hay aceite. Ya se fastidió el día plácido de fondeo. Revisión, limpieza, más limpieza, dejarlo todo inmaculado y ya por la tarde puesta en marcha para comprobar por donde pierde el aceite. La pérdida se produce por un orificio de 1 mm. situado en la parte inferior del turbo. Nada que hacer. Pequeña depre y a funcionar con un solo motor, que en el caso de un catamarán hace muy difícil las maniobras sin arrancada. Esperamos que en Antofagasta se pueda encontrar la solución. Para completar lo idílico del fondeo, cientos de pequeñas lanchas cargadas de turistas, llegaron a la isla durante todo el día. Resultó una pesadez. Esta mañana levantamos el fondeo y a navegar con poco viento. A la altura de la Isla Chanaral, tuvimos la suerte de avistar ballenas. Un par de lanchitas con turistas iban siguiendo el rastro e indicándonos la posición del cetáceo. Como aún íbamos a motor, pudimos dar un par de vueltas para ver el espectáculo. La verdad que nos tocó bastante de lejos y en las imágenes del video que filmamos, ni se ven las ballenas. En cuanto el viento subió a 8 kts. izamos velas y empezamos a navegar muy despacio durante 5 horas. A media tarde, de súbito, el viento se puso en fuerza 6 y rachas de 7. No nos pilló desprevenidos de milagro. Ahora navegamos con mayor rizada y foque haciendo unos 7 kts. mantenidos. La previsión es que en la noche bajará la intensidad del viento, pero aquí nunca se sabe, los pronósticos no son muy fiables. Nos dirigimos a un fondeo llamado Bahía Inglesa donde esperamos llegar a lo largo de la mañana de mañana. Allí estarán Luis y Carmen que vienen a pasar el fin de semana con nosotros. Posición a las 20,00 hora local Latitud.- 28º 22´71 S |
Monthly Archives: enero 2016
Isla Damas
Acabamos de fondear, por primera vez desde hace muchos meses. El último fondeo lo habíamos hecho en Melinka, un pequeño archipiélago al sur de Chiloé. El pasado sábado, por la tarde, tramitamos en la Capitanía del Puerto de Coquimbo el zarpe hacía Antofagasta, para salir el domingo por la mañana. Esa noche fuimos invitados por un matrimonio inglés, vecinos de fondeo y amigos de Luis para cenar en su casa. Ron y su mujer tienen un casoplón precioso. Es una curiosa pareja que lleva 36 años viviendo en Chile sin perder su elegante acento british. Nos homenajearon con una estupenda cena, regada como corresponde y ya sobre la marcha pensamos en cambiar el día de zarpe. Se dio también la circunstancia de que el domingo daba un meteo un poco comprometido, con vientos de hasta 35 kts. aunque por la popa. Cambiamos de planes, organizamos un aperitivo-semi almuerzo en el PRATI y nos despedimos de los amigos. Efectivamente el domingo, incluso en el fondeo de La bahía de La Herradura, tuvimos viento fuerte por la tarde. Lunes amanece tranquilo y soltamos el amarre de la boya. Ya en navegación, a unas 3 millas, damos el zarpe vía VHF a Capitanía de Puerto de Coquimbo. Estamos navegando con mar calma y vientos de 5 kts, por supuesto a motor. ¡Sorpresa! Zarpe denegado. El puerto está cerrado por mal tiempo. Les contamos que nosotros ya estamos fuera y que la situación es de calma absoluta. Nos dan pequeña tregua para que tramitemos la autorización a través del Presidente del Club Náutico directamente con el Capitán de Puerto. Mientras, seguimos navegando. A unas 6,5 Nm de la costa nos llama Michel Coppeta, el presidente del Club, y nos dice que tenemos que dar la vuelta. Que ha hablado con el Capitán de Puerto y el Gobernador , que les ha contado que somos navegantes de vuelta al mundo y que incluso hemos doblado Hornos (Mirá vós) y que no ha tenido éxito. Sin hacer más críticas, solo decir “SIN COMENTARIOS”. A ver si tenemos suerte y la autoridad marítima lee esta crónica y se avergüenza. Durante la tarde cambió la situación y se abrió el puerto para embarcaciones de más de 25 Tn. de Registro Bruto. De esta forma, las embarcaciones que pasean turistas, tienen autorización para salir de puerto. Los veleros se ve que no tenemos influencias. A todo esto, todo el día siguió absolutamente calmo. Esta mañana, a las ocho, volvió a cambiar la situación y se abrió el puerto para embarcaciones de más de 15 Tn. ¡vaya suerte!, ¡vaya suerte!¡ Vaya suerte! Ahí estamos nosotros y se nos autorizó el zarpe. ¡Viva la libertad! Cita de Montesquieu “No existe tiranía peor que la ejercida a la sombra de las leyes y con apariencias de justicia”. Hemos navegado, como estaba previsto, con mar calmo y vientos flojos, más bien muy flojos, hasta la última hora, menos de 8 kts. y en esta última llegaron a 14 kts. 50 millas de relax y cielo despejado. Incluso para completar la excursión, hemos llegado de día al fondeo. A las 19 hora local. Estamos fondeados en la Posición : Latitud.- 29º 14´170 S Longitud.- 71º 31´336 W Esta isla Damas, cercana a la costa y que nos recuerda un poco a las Columbretes, tiene una longitud de una milla, es reserva natural y parece que por aquí hay avistamientos de ballenas y delfines. Mañana veremos. Hoy es el cumpleaños de la first mate, gracias por las felicitaciones. Esta noche tomaremos una copita de champán para celebrarlo e improvisaremos alguna delicatesen. |
Paseando por Chile
Año nuevo. (Ilustrado)
¡¡¡¡¡¡¡¡ Feliz Año !!!!!!!! Ya estamos en 2016, va a hacer 2 años que arribamos a Chile. Fue a principios de febrero del 2014, cuando avistamos Puerto Williams y nos prendamos de los encantos de uno de los confines del mundo. Recordamos con agrado aquellas casitas de planta baja, todas con su chimenea humeante, incluso en verano. Pasamos jornadas espléndidas navegando el Beagle, fondeando en caletas, visitando glaciares, con nuestros amigos los Panautas. Tenemos recuerdos especiales del último mes que pasamos en Puerto Williams, con el otoño en puertas, luz baja, arboles rojizos, soledad, naturaleza, sosiego. Paseos en las tardes por los alrededores y noches en aquel acogedor bar del Micalvi, donde apenas quedábamos 4 gatos. Si, ése será uno de los lugares a recordar para siempre. El PRATI quedó bien custodiado y guardado allí todo el invierno. A primeros de 2015 emprendimos la ruta de los canales chilenos y tomando rumbo norte fuimos descendiendo latitudes hasta llegar a Puerto Montt, lugar de recalada de casi todos los veleros que hacen el cono sur, entre otras cosas como centro de reparaciones y preparación para el zarpe, bien hacia el norte, o lo más frecuente, a Polinesia. Esto fue por abril. A primeros de mayo llegamos a Valdivia, donde pasamos un mes bajo la lluvia, días tristes y monótonos, aislados en la Estancilla, a 12 km de la ciudad, sin ganas de movernos del barco, en una situación un tanto depre, mientras fuimos preparándolo para su nueva estadía invernal. Aquella selva valdiviana nos comía el ánimo, nos dejaba sin ganas. En junio, vuelta “papaña”. En una crónica anterior hicimos un relato sucinto, con bastantes fotografías, del periplo por nuestro país, con nuestro amigo de Ushuaia, Gustavo Biancalana. A finales de noviembre de nuevo tomamos tierra en Chile y volvimos a nuestro PRATI. Sorpresa agradable, el barco lo hemos encontrado en un estado estupendo. Ni humedades ni nada parecido. Todo ok. Sacamos el barco al varadero del astillero Alwoplast, que tenemos en el pantalán de al lado para hacer antifouling y mantenimiento de los sail drives, especialmente el cambio de las gomas de estanqueidad de los mismos. |
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Así de limpio salió del agua dulce |
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Reparación de las proas |
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Listo para volver al agua |
Mientras tanto, comenzamos a disfrutar de Valdivia. |
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El fuerte español de Niebla |
Nada que ver con la ciudad que dejamos en junio, siempre pasada por agua. No es que ahora no haya llovido, pero han sido 3 o 4 veces en un mes, algo totalmente asumible y los días soleados sobre el río Calle Calle son una imagen muy linda. Desde la terraza del hotel Dreams, en el que estuvimos durante el tiempo de varada, disfrutamos continuamente de las vistas solariegas del río, de los continuos ir y venir del sinfín de remeros de banco móvil de los 4 ó 5 clubs de remo que hay en Valdivia. Nos han contado que de aquí han salido y salen remeros excepcionales con medallas en pruebas internacionales. Los leones marinos han seguido engordando y engordando y empiezan a parecer elefantes. Los hay que deben pesar 500 kgs. con la comida gratis y abundante de los puestos de pescado del Mercado Fluvial, que constantemente están limpiando el pescado y largando hacia atrás los despojos, para alegría de estos amigos que solo tienen que abrir la boca y tragar. |
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El río Calle Calle |
La ciudad alegre y bulliciosa, al son del calorcillo del verano. La Ultima Frontera, es un bar-restaurante muy pintoresco, en una antigua casa solariega con estancias de distintos colores y decoraciones, en plan muy naif y con ambiente universitario. Justo donde mejor encajamos, al menos para verlo. Gente joven, animación, cervezas artesanales ricas, ricas y unos bocatas que te cagas, se convirtió en nuestro lugar predilecto en Valdivia, tomando el relevo al Dublin de Ushuaia. La Marina de la Estancilla, ahora está más divertida. Hemos llegado a coincidir 6 ó 7 barcos extranjeros con los que hicimos los consabidos asaditos, para ir celebrando despedidas y cualquier otra cosa. En una de las celebraciones, el PRATI obsequió a la concurrencia con una chiquita sangría de 5 litros. Todos encantados y encandilados al final de la fiesta. |
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Asaditos de despedida |
Fin de fiesta en el PRATI |
Justo a nuestra popa, el velero SKUA, barco chileno, cuyos armadores tienen incluso la propiedad de un glaciar, el Skua, frente a la caleta Amalia, allá por el Campo de hielos Sur. Decimos, en broma, que son propietarios, pero en realidad solamente son propietarios del nombre, que pidieron para ese glaciar allá por los años 90, en honor a su familia y les fue concedido, figurando ahora en las cartografías oficiales. Con Mónica y Robert hemos compartido buenos ratos de charla, tragos, cenas y experiencias. |
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En el velero SKUA |
Gente entrañable que madrugó para largar nuestras amarras de Valdivia. |
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La despedida de la Estancilla |
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Desde la popa del PRATI |
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La Nochebuena a bordo, con Rodrigo |
El día de Navidad, pusimos rumbo norte. Nos dirigimos a Coquimbo, a seiscientas y pico millas para encontrarnos con nuestros amigos del velero SURAZO, a los que conocimos en 2.009 en las costas del Nordeste brasileiro. Un padre y sus dos hijos que regresaban de su larga vuelta al mundo. Familia entrañable y cariñosa, con la que hemos mantenido el contacto a lo largo del tiempo. El año pasado nos visitó toda la familia en Ushuaia. La travesía hasta aquí fue buena como inicio de la nueva temporada. Vientos muy flojos, menos de 10 kts. justo, justo por la popa y bordos y más bordos para que el barco pudiera llegar a moverse. Las 600 millas iniciales se convirtieron en 777 y empleamos 6 largos días y 18 horas en el recorrido. El viento, fresco, apareció justo el último día. Y así llegamos por los pelos, a las 3,30 h. de la madrugada del día 31 a celebrar las fiestas de fin de año con ellos en su casa de Coquimbo. Aquí estaban en la boya Luis y Sebastián aguardando la llegada del PRATI para darnos abrazos. Con ellos y con Rodrigo, su amigo que nos acompañó desde Valdivia, nos tomamos una botellita de champán para ir haciendo boca. Ya por la mañana y descansados lo justito, nos visitaron Luis y Carmen, su mujer y nos llevaron a comer con ellos. Una buena siesta y en pie para celebrar la salida y entrada de año. En el patio de su casa, Luis Cánovas, de orígenes hispanos como se deduce por su apellido, preparó una estupenda paella sobre un fogón de brasas, bajo los olivos. Como aperitivo nos puso un pulpo a la gallega de rechupete. No recordábamos en los últimos tiempos un cefalópodo tan sabroso. Después de la cena, con unos leños nuevos sobre las brasas para contrarrestar el relente nocturno, bebimos y charlamos hasta tarde. Solo faltaba el hijo mayor, Matias y su familia, que viven en Porvenir, en pleno Estrecho de Magallanes y que celebraron su primera nochevieja con su pequeñín. |
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En la cocina de los Cánovas |
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La paella de Nochevieja |
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Al rescoldo de las brasas y la amistad |
Hoy, año nuevo, tarde soleada, nos acaba de pasar por el costado saludando, el velero de la familia Cánovas que se están dando un paseíto por la bahía. Luego vendrán a vernos. Estamos en boya en el Club Náutico de La Herradura, bahía muy cerrada y tranquila, a excepción de vientos del Norte. Durante el verano, siempre hay sures. Nuestra Posición es: Latitud.- 29º 58´804 S Longitud.- 71º 21´854 W Temperaturas diurnas veraniegas, playas que circundan la bahía con mucha gente disfrutando del verano, noches húmedas y con relente. El PRATI amanece mojado. Que aproveche esta humedad porque llover, aquí, no llueve. Tenemos en proyecto visitar, por carretera, Valparaíso y Viña del Mar, ya que hemos pasado de largo y son lugares que merecen una visita. Desde Coquimbo seguiremos ruta a Antofagasta, en fecha aún por determinar. Allí volveremos a hacer excursión, en ese caso al desierto de Atacama. Luego serán Iqueque y Arica, última recalada en Chile. En Perú no tenemos intención de entrar, parece que los trámites son complejos y muy caros. Por tanto Ecuador es la meta siguiente para el PRATI. Los Pratis si que se adentrarán en Perú por medios terrestres. Ya iremos viendo y contando. Planes fijos, ninguno. Estamos, como siempre, abiertos a cualquier posibilidad. |
Año nuevo
¡¡¡¡¡¡¡¡ Feliz Año !!!!!!!! Ya estamos en 2016, va a hacer 2 años que arribamos a Chile. Fue a principios de febrero del 2014, cuando avistamos Puerto Williams y nos prendamos de los encantos de uno de los confines del mundo. Recordamos con agrado aquellas casitas de planta baja, todas con su chimenea humeante, incluso en verano. Pasamos jornadas espléndidas navegando el Beagle, fondeando en caletas, visitando glaciares, con nuestros amigos los Panautas. Tenemos recuerdos especiales del último mes que pasamos en Puerto Williams, con el otoño en puertas, luz baja, arboles rojizos, soledad, naturaleza, sosiego. Paseos en las tardes por los alrededores y noches en aquel acogedor bar del Micalvi, donde apenas quedábamos 4 gatos. Si, ése será uno de los lugares a recordar para siempre. El PRATI quedó bien custodiado y guardado allí todo el invierno. A primeros de 2015 emprendimos la ruta de los canales chilenos y tomando rumbo norte fuimos descendiendo latitudes hasta llegar a Puerto Montt, lugar de recalada de casi todos los veleros que hacen el cono sur, entre otras cosas como centro de reparaciones y preparación para el zarpe, bien hacia el norte, o lo más frecuente, a Polinesia. Esto fue por abril. A primeros de mayo llegamos a Valdivia, donde pasamos un mes bajo la lluvia, días tristes y monótonos, aislados en la Estancilla, a 12 km de la ciudad, sin ganas de movernos del barco, en una situación un tanto depre, mientras fuimos preparandolo para su nueva estadia invernal. Aquella selva valdiviana nos comía el ánimo, nos dejaba sin ganas. En junio, vuelta “papaña”. En una crónica anterior hicimos un relato sucinto, con bastantes fotografías, del periplo por nuestro país, con nuestro amigo Gustavo Biancalana, el de Ushuaia. A finales de noviembre de nuevo tomamos tierra en Chile y volvimos a nuestro PRATI. Sorpresa agradable, el barco lo hemos encontrado en un estado estupendo. Ni humedades ni nada parecido. Todo ok. Sacamos el barco al varadero del astillero Alwoplast, que tenemos en el pantalán de al lado para hacer antifouling y mantenimiento de los sail drives, especialmente el cambio de las gomas de estanqueidad de los mismos. Mientras tanto, comenzamos a disfrutar de Valdivia. Nada que ver con la ciudad que dejamos en junio, siempre pasada por agua. No es que ahora no haya llovido, pero han sido 3 o 4 veces en un mes, algo totalmente asumible y los días soleados sobre el río Calle Calle son una imagen muy linda. Desde la terraza del hotel Dreams, en el que estuvimos durante el tiempo de varada, disfrutamos continuamente de las vistas solariegas del río, de los continuos ir y venir del sinfín de remeros de banco móvil de los 4 ó 5 clubs de remo que hay en Valdivia. Nos han contado que de aquí han salido y salen remeros excepcionales con medallas en pruebas internacionales. Los leones marinos han seguido engordando y engordando y empiezan a parecer elefantes. Los hay que deben pesar 500 kgs. con la comida gratis y abundante de los puestos de pescado del Mercado Fluvial, que constantemente están limpiando el pescado y largando hacia atrás los despojos, para alegría de estos amigos que solo tienen que abrir la boca y tragar. La ciudad alegre y bulliciosa, al son del calorcillo del verano. La Ultima Frontera, es un bar-restaurante muy pintoresco, en una antigua casa solariega con estancias de distintos colores y decoraciones, en plan muy naif y con ambiente universitario. Justo donde mejor encajamos, al menos para verlo. Gente joven, animación, cervezas artesanales ricas, ricas y unos bocatas que te cagas, se convirtió en nuestro lugar predilecto en Valdivia, tomando el relevo al Dublín de Ushuaia. La Marina de la Estancilla, ahora está más divertida. Hemos llegado a coincidir 6 ó 7 barcos extranjeros con los que hicimos los consabidos asaditos, para ir celebrando despedidas y cualquier otra cosa. En una de las celebraciones, el PRATI obsequió a la concurrencia con una chiquita sangría de 5 litros. Todos encantados y encandilados al final de la fiesta. Justo a nuestra popa, el velero SKUA, barco chileno, cuyos armadores tienen incluso la propiedad de un glaciar, el Skua, frente a la caleta Amalia, allá por el Campo de hielos Sur. Decimos, en broma, que son propietarios, pero en realidad solamente son propietarios del nombre, que pidieron para ese glaciar allá por los años 90, en honor a su familia y les fue concedido el nombre, figurando ahora en las cartografías oficiales. Con Mónica y Robert hemos compartido buenos ratos de charla, tragos, cenas y experiencias. Gente entrañable que madrugó para largar nuestras amarras de Valdivia. El día de Navidad, pusimos rumbo norte. Nos dirigimos a Coquimbo, a seiscientas y pico millas para encontrarnos con nuestros amigos del velero SURAZO, a los que conocimos en 2.009 en las costas del Nordeste brasileiro. Un papá y sus dos hijos que regresaban de su larga vuelta al mundo. Familia entrañable y cariñosa, con la que hemos mantenido el contacto a lo largo del tiempo. El año pasado nos visitó toda la familia en Ushuaia. La travesía hasta aquí fue buena como inicio de la nueva temporada. Vientos muy flojos, menos de 10 kts. justo, justo por la popa y bordos y más bordos para que el barco pudiera llegar a moverse. Las 600 millas iniciales se convirtieron en 777 y empleamos 6 largos días y 18 horas en el recorrido. El viento, fresco, apareció justo el último día. Y así llegamos por los pelos, a las 3,30 h. de la madrugada del día 31 a celebrar las fiestas de fin de año con ellos en su casa de Coquimbo. Aquí estaban en la boya Luis y Sebastián aguardando la llegada del PRATI para darnos abrazos. Con ellos y con Rodrigo, su amigo que nos acompañó desde Valdivia, nos tomamos una botellita de champán para ir haciendo boca. Ya por la mañana y descansados lo justito, nos visitaron Luis y Carmen, su mujer y nos llevaron a comer con ellos. Una buena siesta y en pie para celebrar la salida y entrada de año. En el patio de su casa, Luis Cánovas, de orígenes hispanos como se deduce por su apellido, preparó una estupenda paella sobre un fogón de brasas, bajo los olivos. Como aperitivo nos puso un pulpo a la gallega de rechupete. No recordábamos en los últimos tiempos un cefalópodo tan sabroso. Después de la cena, con unos leños nuevos sobre las brasas para contrarrestar el relente nocturno, bebimos y charlamos hasta tarde. Solo faltaba el hijo mayor, Matias y su familia, que viven en Porvenir, en pleno Estrecho de Magallanes y que celebraron su primera nochevieja con su pequeñín. Hoy, año nuevo, tarde soleada, nos acaba de pasar por el costado saludando, el velero de la familia Cánovas que se están dando un paseíto por la bahía. Luego vendrán a vernos. Estamos en boya en el Club Náutico de La Herradura, bahía muy cerrada y tranquila, a excepción de vientos del Norte. Durante el verano, siempre hay sures. Nuestra Posición es: Latitud.- 29º 58´804 S Longitud.- 71º 21´854 W Temperaturas diurnas veraniegas, playas que circundan la bahía con mucha gente disfrutando del verano, noches húmedas y con relente. El PRATI amanece mojado. Que aproveche esta humedad porque llover, aquí, no llueve. Tenemos en proyecto visitar, por carretera, Valparaíso y Viña del Mar, ya que hemos pasado de largo y son lugares que merecen una visita. Desde Coquimbo seguiremos ruta a Antofagasta, en fecha aún por determinar. Allí volveremos a hacer excursión, en ese caso al desierto de Atacama. Luego serán Iqueque y Arica, última recalada en Chile. En Perú no tenemos intención de entrar, parece que los trámites son complejos y muy caros. Por tanto Ecuador es la meta siguiente para el PRATI. Los Pratis si que se adentrarán en Perú por medios terrestres. Ya iremos viendo y contando. Planes fijos, ninguno. Estamos, como siempre, abiertos a cualquier posibilidad. |