Monthly Archives: marzo 2012
18 de marzo Río de Janeiro a Bahía de Ilha Grande
Aún de noche, antes de las 5 de la mañana, hora local, soltamos la boya del Iate Club, para desandar lo andado, quince días antes y salir del abrigo de la Bahía de Guanabara. |
Sorteamos algunos pesqueros, dentro de la bahía, que no sabíamos si estaban faenando o no y en una hora empezamos a avanzar con Copacabana, Ipanema y Leblon, por nuestro través de estribor. Con las primeras luces se apagó la que hace brillar en la noche al Corcobado y nos despedimos de él, hasta siempre.
PRATI navegando hacia la Bahía de Ilha Grande, desde Rio de Janeiro
En esta visita a Río, no pudimos visitarle como otras veces. A pesar de que fuimos a la estación de la que sale el tren que lleva a lo alto, había una demora de casi 4 horas para encontrar una plaza en ese tren. Las agencias de viaje lo copan todo y además nos dijeron que arriba estaba a tope con lo que se nos quitaron las ganas. Parece que la única opción para gente por libre, es estar allí a las 8 de la mañana, cuando arranca el primer tren y aún no hay aglomeraciones. El inconveniente es que para estar allí a las 8, tendríamos que levantarnos a las 6 y va a ser que no. |
El viento, muy flojo, de componente W. avanzamos primero a motor, después sacamos las velas para acompañar al motor y esperamos el role al S que estaba previsto. Como no se produjo, nuestro avance fue lento y un poco somnoliento. Pasamos cerca de la playa más grande que hayamos visto nunca, la formada por la Restinga de Marambaia de más de 20 millas de extensión y donde el capi, prismáticos en ristre, solo vio a tres personas. No se puede decir que sea una playa concurrida. Cuando vimos que la tarde caía y que aún estábamos lejos, arrancamos el segundo motor y así y todo el barco superaba difícilmente los 6 kts. Conseguimos llegar con luz al fondeo elegido, Abraao Pequenho. Una pequeña ensenada al lado de Abraao, que es el lugarejo, capital de la Ilha Grande. En esta ensenada solo se ven tres casas, en la playa, un precioso velero clásico fondeado delante de una de ellas, una vegetación exuberante y tranquilidad. |
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Navegamos 64 millas, en 13 horas y estamos en la Posición :Latitud: 23º 07`976 S
Longitud: 44º 09`246 W |
Cuando a la mañana siguiente, con el agua transparente que nos rodea, vimos el estado del casco y las hélices del PRATI, comprendimos la no velocidad del día anterior. La estancia en Río, con aguas oscuras, verdes algunos días y por lo que se ve, llenas de vida, han dejado su huella. Así que el pobre capi, se está dando una paliza para limpiar el casco. Por otra parte vemos que el antifouling no está ya bien y hemos contactado para sacar el barco del agua y dar un nuevo antifouling. Desde la popa, a la hora del desayuno, vimos llegar el transporte escolar a recoger a los pequeños que estaban esperando en el embarcadero. Una lancha de lo más guapa se los llevó a la escuela mientras sus padres se volvían tranquilos a casa. |
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Después del trabajo, junto a Cristina y Javier, de la PEREGRINA, que vinieron a visitarnos, nos encaminamos a una de las casitas de la ensenada que se transformó durante la mañana en un bar restaurante de lo más acogedor y allí disfrutamos de las cervecitas, los petiscos y demás. Los taxi boat traen gente desde Abraao, para pasar el día en esta playa tan tranquila. El silencio de la zona, solo lo rompen los pájaros, algunos monos aulladores, de los que nos han hablado y de cuando en cuando algún motor. En la isla, parece ser que no hay coches, solo el camión de la basura y poco más. Las escunas llevan y traen a la gente, de paseo, a la capital, Angra y donde haga falta. |
También suele fondear aquí un crucero y suelta a sus miles de pasajeros a explorar el entorno. Hoy, cuando estamos escribiendo, día 20 de marzo, no hay crucero, todo el horizonte es nuestro. Carlos lleva 6 horas bajo el agua, en estos dos días y aún el casco tiene la parte inferior de la panza abarrotada de caracolillo, alfombra marrón de algas y demás, que en algunos casos llega a tener 2 cms. Cada vez que aparece en superficie, da un espectáculo con los bichos que se lo comen literalmente. Especie de camarones mínimos se pegan como lapas a la ropa, a la piel y a donde pillan. Incluso después de haber estado en agua dulce y detergente, cuesta despegarlos de todas partes. Solo resta otra jornada para dejar el casco limpio y esperar que no se vuelva a colonizar de inmediato. Como ahora nos bañaremos cada día y el agua es transparente, al primer conato se le podrá poner remedio. Planes y/o programa: ninguno, solo disfrutar lo que se pueda de este lugar del que todo el mundo habla maravillas y que desde nuestro primer fondeo estamos totalmente de acuerdo con esas opiniones.
El fondeo de Abraao Pequenho |
Río de Janeiro, again
Río de Janeiro
Una vez amarrado el barco, nos dirigimos al Iate Club para dar nuestra entrada. Allí nos dicen que necesitamos ser invitados por un socio y nos preguntan si conocemos algún socio del Iate Club que nos pueda dar su aval. Casualmente habíamos conocido en el Caribe, el año pasado, a un brasilero de Río, navegante de catamarán, cuya referencia dimos sin saber si sería socio de este club. Resulta que lo es y quedamos en comunicarnos con él, que reside en Florida, EE UU, para decirle que nos ayude en este tema. Nuno, que es una persona amable y muy eficiente, rápidamente se puso en contacto con el Club y ahora somos sus convidados. Con esta condición tenemos tres días de cortesía, o sea estancia gratuita y a partir del 4º día nos cobrarán 30 reales (13 €/día). Regalado y si además tenemos en cuenta que este Iate Club tiene unas súper instalaciones a las que viene muchísima gente de la ciudad para disfrutarlas, mucho más. En el precio está incluido el transporte en lancha desde la boya al Club, las 24 horas del día. |
A más y más, nos conceden la estadía de 3 días en un pantalán para que tengamos luz y agua a discreción. Difícil mejorar. Con los dominantes del W, teniendo en cuenta que estamos amarrados a boya con el consiguiente borneo, tenemos por un costado el Pan de Azúcar y por el otro el Cristo del Corcovado. Por este último hemos tenido las dos tardes, una puesta de sol de película. En ambos lugares las nubes lamen las laderas ocultando y mostrando la belleza del entorno, dando lugar a una fotografía espectacular. Por la noche la montaña del Corcovado se esconde en la oscuridad y queda como flotando en el cielo, bien iluminado, el Cristo Redentor. Como si se tratara de una aparición. |
Carlos está que no cierra la boca, emocionado, feliz, haciendo fotos y videos a discreción y como que no acaba de creerse que está en semejante lugar, habiendo llegado a bordo de su velero desde España.
Desde el fondeo en el Iate Club de Rio de Janeiro |
A medio día, recién puesto el pie en tierra firme, nos metimos entre pecho y espalda, en el Iate Club, una feijoada que no se la saltaba un gitano a pies juntos. La feijoada es una especie de fabada negra con acompañamiento de todas las partes del cerdo, menos el cordel. Como es costumbre, la feijoada se sirve a modo de buffet y vas seleccionando los distintos compangos para con las judías negras: Lingüicinha, Mmmm…. Paio, Mmmm…. costelinha salgada, Mmmm…., costelinha de porco, Mmmm…., rabinho de porco, Mmmm…., farofas, Mmmm….. y mais e mais….Mmmm. Resultado inmediato, siesta gigantesca y alka selzer a granel. Al atardecer nos fuimos a Ipanema, a la Rua de Vinicius de Morais, donde hay un ambiente excelente de picoteo, cervecinhas y música. |
Cenamos en La Garota de Ipanema y rematamos fiesta en el local llamado Vinicius de Morais, donde actuaba Maria Creuza. Es un local chiquitín, de techos bajos, recoleto, situado en primera planta, donde además de copas tienen algún picoteo. Maria Creuza, una señora madurita, de la época de Vinicius, nos dejó boquiabiertos. Que manera de decir las canciones, que voz maravillosa, que músicos acompañándola, que swing, que emoción. No seríamos mucho más de 30 personas en la sala, que nos rompimos las palmas de las manos aplaudiendo a rabiar. Al final repartió besos, se hizo fotos con todo el mundo y continuamente reía y disfrutaba al estilo de Montserrat Caballé. Incluso tienen algún parecido físico. Que mujer tan linda, que belesa. Que noche inolvidable. En Río, la suerte está con nosotros.
Ahora la misma vista nocturna |
Esta pasada noche, hemos dormido de tirón hasta la 11 de la mañana. Contribuyen las copas, que después de un mes de abstinencia hacen estragos y la tranquilidad de estar amarrado a una boya con calma chicha en la ensenada. Tenemos la intención de disfrutar de Río unos cuantos días. Nos visitará Nuno y quizá también venga Demoño Gojo. |
3 de marzo.- de Vitoria a Bahia da Ilha Grande, con escala en Río de Janeiro.
La estancia en Vitoria ha sido más fú que fá. En el fondeo, cada día amanecía tranquilo y calmo, para inmediatamente después dar paso al viento que aumentaba todo el día e iba haciendo que las olas se formaran y que los embarques y recorridos en dinghy fueran siempre un poco salpicados, además de incomoda la vida a bordo. Si al viento le sumamos los cien recorridos que hacían los prácticos, cada día, a toda leche como en ellos es habitual, pegados a nuestro costado, está claro que no era un fondeo idílico.
Panorámica de Vitoria desde el fondeo Hacemos aquí una queja a nivel mundial del comportamiento de esos “señores” que desprecian olímpicamente al resto de la ciudadanía nautica. Los hemos sufrido en todas partes, van a toda pastilla, tanto a la ida como a la vuelta. Les importa un pimiento el shock que provocan en los barcos fondeados o atracados en su área de influencia. Montan una ola que en algunas ocasiones nos han tirado cosas dentro del barco. Lo que no consigue un temporal, lo consiguen estos tipos. En el Iate Clube, avisaron a la policía de nuestra llegada y amablemente vinieron a hacernos la entrada en el país, para que no saliéramos a tierra antes de tener el visado en el pasaporte. (shiiiiiiiiii……… Se nos olvidó comentarles que la noche anterior ya habíamos tomado unas cuantas cervezas y algunas caipirinhas, en la zona aledaña, acompañados de los Peregrinas). Los mismos policías nos dijeron que solo debíamos acercarnos, sin prisa, a la Capitanía de los Portos, con unos documentos que nos facilitaron en el Iate Club y que todo estaba resuelto. |
Así que a la mañana siguiente, bien temprano, nos dirigimos a la susodicha Capitanía. Para hacer corto el relato, durante 8 horas, hicimos 6 recorridos en taxi, conocimos los distintos estamentos oficiales, fuimos y volvimos varias veces al mismo lugar, fuimos fotocopiados hasta la saciedad, en algunos sitios hubo conclaves y reuniones para decidir lo que había que hacer, todo el mundo quería quedarse con nuestros papeles, para que acabaran diciéndonos que tres días después teníamos que volver a la Alfandega (Hacienda) a ver si estaba todo correcto. Solo habíamos presentado el expediente y alguien tenía que estudiarlo para dar su aprobación. Taba yo ahí……..van a esperar sentaos. |
Volvimos desconsolados, cabreados y decididos a no hacer otro papel hasta que vayamos a salir del país. Todo el mundo fue muy amable, pero nadie sabía lo que había que hacer. Nos quedó claro que este no es un puerto habitual de entrada y que andaban todos perdidos. Como además le tienen cariño a los papeles y rápidos, lo que se dice rápidos, no lo son, pues ya está todo dicho: un coñazo. |
El fondeo ha presentado otro problema: una fuerte contaminación. Por las mañanas, con la manguera de agua salada, limpiamos la cubierta que en poco rato vuelve a aparecer gris y asquerosilla por la mezcla de sal y polvo gris. Hay un enorme complejo fabril a barlovento muy contaminante que nos ha tocado de pleno. |
Se hace un nuevo apaño a la driza de mayor que había vuelto a soltar la camisa, Para ello otra vez subir a ese movimentado palo que da ganas de llorar. Aunque le gritamos a los prácticos antes de que nos pegasen la pasada, a toda velocidad, unos hacían caso y otros no y las costillas del capi se golpearon de lo lindo contra el mástil. Es la enésima vez que dice que no vuelve a subir al palo, que tiene la friolera de 24 metros de altura, También pegamos unos parches sobre la rotura del foque y, trasvasamos unas cuantas garrafas de gasoleo a los tanques, ya que la ubicación del puesto de carburante, del Iate Club, no es cómoda ni segura. Así nos garantizamos poder llegar a destino si el viento se pusiera en huelga y decidimos que ya estuvo bien de Vitoria.
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Con todas estas maravillas que hemos comentado, cada día por dejar el dinghy en el Iate Club, nos cobraron el equivalente a 18 €. En este precio está incluido el uso de las instalaciones del Club y salir por su puerta. Nosotros que no las usamos, también pagamos los 18.
Foto dedicada a los Panautas, por sus amigos los macetas
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1 de marzo, a las 10 y media de la mañana, después de un rato de charla con Cristina y Javier, que han pensado hacer lo mismo que nosotros, levamos ancla y nos dirigimos al Sur. Navegación buena, con vientos portantes y la voluntad de salir lo más lejos posible de la costa para evitar las zonas de plataformas petrolíferas y los posibles pescadores locales.
Otro atardecer |
El viento que se mantiene ENE – NE de F-4-5, no nos deja alejarnos lo suficiente y aparecemos, por la noche, en el medio de la mayor zona de plataformas de la costa brasilera. Dicen que hay más de 100, parece que se navegue por el infierno. Todo lleno de luces y quemadores de gas en lo alto de cada chimenea. El capi tiene una guardia de las de hacer época. Sorteando plataformas y la multitud de barcos que las acompañan. Incluso después del cambio de guardia, sigue de guardia. Es demasiado lo que hay alrededor. |
En un momento concreto, en la pantalla del radar, en un radio de 12 millas, aparecen 30 ecos de AIS. Es decir plataformas fijas, barcos con equipo de prospección, extracción o lo que sea y barcos satélites de apoyo a todo este sistema. En ese momento el viento es F-5-6, vamos arreados y cualquier maniobra puede ser delicada. Hay que anticiparse mucho y así y todo pasamos a 0,3 Nm. de alguna plataforma.
Carrera de obstáculos en en pantalla del radar |
Superadas las dichosas plataformas, el viento y el mar suben de fuerza y empezamos a ir como volando, con un rizo en la mayor y solo un poco de génova. Los 10-11 nudos de media de velocidad, se convierten en normales y los rociones también. Toda la contaminación de Vitoria, se la lleva el mar que además nos bazuquea de lo lindo. Hacemos un bordo, a unas setenta millas del Cabo Santo Tomé, para arrumbar al WSW dirigiéndonos al S de Cabo Frío, sin acercarnos a la costa para mantenernos alejados de la zona de plataformas.
Track Santo Tomé a Cabo Frio
En el bordo siguiente, hacia el W, seguimos navegando de aleta, si nos ponemos de través, como sería lo ideal para arrumbar a Río de Janeiro, nuestro destino, volaríamos y tendríamos unos golpes de mar que serían bien duros. Así y todo, la navegación resulta desagradable, las olas son importantes y de vez en cuando el barco parece perder el control haciendo surfing sobre ellas. Otras pasan desde el través a la bañera, dejándola anegada y de vez en cuando por la proa se ven tales montañas de agua, que parece que no van a dejarnos pasar. Sin embargo el barco sigue su recorrido, a toda velocidad y a medida que pasan las horas, vuelve la estabilidad, el viento baja y el mar también. Estuvimos 7-8 horas entre F-5-7.
Navegando entre plataformas petrolíferas |
Habíamos salido de Vitoria en la idea de ir directos a Angra y Parati (Bahia da Ilha Grande), pero en la Rueda apareció Maribel del Cibeles y nos dijo que era una pena no entrar por Río. Que ella lo recordaba como uno de los lugares mágicos para entrar con el velero. Alejandro lo corroboró y como a nosotros Río nos encanta, pensamos enseguida que tenían razón y que bien merecía una escala. |
Así que ahora, a las 2 de la mañana, hora local, después de recorrer 341 millas en 39 horas y con 26 millas para llegar a la entrada de la Bahía de Guanabara, cuando el viento se despidió definitivamente, como es habitual en esta zona, nos estamos encaminando, despacito a motor, para que amanezca antes de la llegada y que podamos realmente disfrutar de las vistas. |
Hemos batido record, haciendo 224 millas en un día, a pesar del rizo de mayor y del génova reducido. En condiciones normales hubiéramos navegado con el foque, pero el capi no se fía de los apaños hechos y no lo hemos usado. El génova rizado ha funcionado perfectamente. |
Con la bahía de Guanabara a la vista, aparece un viento de 6 kts. y génova fuera. Así, muy despacio, sin el ruido del motor, vamos entrando en Río de Janeiro. Pasamos junto al Pao de Azucar y nos instalamos en una boya cerca del Iate Club, en la ensenada de Botafogo.
Aproaching a Rio de Janeiro |
Nuestra Posición en la boya a las 10 hora localLatitud: 22º 56´749 SLongitud: 43º 10´274 WTemperatura del aire: 33,4ºTemperatura del agua 23ºMillas navegadas en las últimas 46 h: 374 Nm (a rumbo directo hubieran sido 290)Millas navegadas desde Melilla: 17.474Distancia a aquí mismo, no coraçao dos cariocas, Brasil: cero.
Saludo de Charly, ante el Pan de Azucar
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