Turismo por la Isla Sur de New Zealand – 5

 

 

Estamos recorriendo la región de Central Otago, viñedos, campos de frutales, vacas, ovejas. Es una zona rica y una buena parte de las frutas y verduras que hemos comido en New Zealand vienen de aquí.  Sobre todo, las cerezas de las que hemos disfrutado esta temporada, con calidad y presentación perfecta. Sus vinos, son famosos, sobre todo la variedad Pinot Noir y las vacas, que nos miran desde los lados de la carretera, parecen de concurso de belleza, con su aspecto serio y esas caras anchas y claras de las variedades Souther Angus y similar.

 

Central Otago

 

Dunedin, nuestro destino final, dista bastante de Queenstow, por lo que hacemos una parada intermedia en un pueblo llamado Lawrence.

Antaño, allí hubo una explotación minera, de oro y fue una zona próspera y de mucha población. En plena fiebre del oro llegó a 20.000 habitantes, ahora son apenas 400 y hay un café, un restaurante y un bar. El bar, bien curioso, tipo Saloon del oeste, con música, billares, gente que se emborracha y mucho jolgorio. Encima, cenamos bastante bien, unas ricas hamburguesas.

Aquí pernoctamos en un palacete de época, en modalidad Bed&Breakfast.

Estos lugares, al menos los que nosotros hemos conocido, están regentados por parejas de jubilados que complementan su pequeña pensión con esta actividad. Nos han contado que la pensión de jubilación estatal es de 600 € y necesitan incrementar ingresos, sobre todo si quieren mantener sus casas, algunas preciosas como esta de Lawrence.

El sistema de pensiones de New Zealand es mixto, como ya va ocurriendo en todos los países avanzados y la parte que aporta el estado son esos 600 €, que, con el nivel de vida de aquí, no dan para nada.

 

Dunedin es nuestro último destino, es una ciudad que se escribe muy fácil, pero que resulta casi impronunciable, cada uno lo dice diferente y a cuál más retorcido.

Aquí se asentaron los primeros europeos, por lo que presume de ser la primera ciudad fundada en New Zealand.

Nada que contar de Dunedin, a excepción de un recorrido en tren turístico por la cuenca de un rio de montaña, que, exceptuando la estación del tren, que es un edificio estilo escocés precioso, del resto del recorrido, ni comentario.

La Estación de ferrocarril de Dunedin

 

 

A propósito de trenes, hemos tomado con éste 4 trenes. Todos han salido con un retraso de entre media y una hora. Eso sí, te lo dicen por megafonía y nadie rechista ni se pone nervioso.

 

Desde aquí, de nuevo en avión vía Auckland, regreso a Whangarei, a nuestro PRATI y a nuestra vida, a seguir sufriendo la informalidad bastante generalizada de las varias empresas que vienen a hacer trabajos a bordo.

Para compensar la informalidad, precios altos. Se libran apenas un par de ellos.

Pero de eso hablaremos en otro momento.