Turismo por la Isla Sur de New Zealand – 4

 

Por la mañana, muy temprano, comenzamos nuestro día de “torturismo” para visitar Milford Sound, en Fiorland, ese lugar que aparece en todos los folletos turísticos de New Zealand.

Más de cinco horas de autobús, con paradas para desayunar, para ir al servicio, para hacer fotos dos o tres veces, pero una pesadez de viaje. Carretera de curvas y recurvas, con mucho tráfico. Cada vez que paramos coincidimos con varios autobuses que están haciendo la misma ruta y a la misma hora. Somos una manada multinacional, con predominio de chinos por ser su Año Nuevo.

Camino a Milford Sound

 

Por fin abordamos un catamarán para darnos el paseo por el fiordo. Como primera actividad, comida de self services y buscar buenos lugares para hacer fotos, entre tanta gente no siempre es fácil. Porque realmente somos muchos.

Así y todo, el recorrido es bonito, sobre todo cuando el barco se aproxima a la cascada más famosa de todas, la que sale en todas las fotos y se paró para que la disfrutáramos con ducha incluida.

 

 

 

 

 

Milford Sound

 

El regreso lo organizamos en avioneta, por aquello de probar de todo y para librarnos de otras cinco horas en autobús.

Esto sí que lo hemos disfrutado, nos han dado un paseo por el fiordo y la cordillera, con cumbres nevadas, paredes afiladas, algún glaciar y después, en un saltico, ya estábamos en Queenstown.

El regreso a Queenstown

 

Tres días en Queenstown nos han sabido a poco. Da gusto pasear por sus calles, visitar sus tiendas y comer y cenar en lugares con tanto ambiente.

Otro de los atractivos de esta ciudad y sus alrededores, es la posibilidad de realizar gran variedad de turismo de aventura. Uno de los más famosos es el salto en modalidad bungy, amarrados por los pies, se tiran desde un puente.

Nosotros visitamos el del Arrow River, donde se tiran desde un puente suspendido, llamado Kawarau, de 43 m de altura. Hay gran expectación y la gente hace fila para vivir la experiencia. Nosotros, solo miramos.