En breve zarparemos hacia el Cabo Buena Esperanza

28 de noviembre

Seguimos en Knysna, en una boya bastante alejada del Club de Yates y la Marina. Estamos al otro lado del taro.

Para ir allí es necesario dar una buena vuelta porque hay bajos en mitad del recorrido y como el agua es oscura y sin ninguna visibilidad, hay que seguir el camino de los barcos fondeados para no embarrancar el dinghy.

Efectivamente el sitio es muy animado, a pesar de no estar en temporada alta, cosa que ocurrirá en Navidad, enero, febrero. Ahora hay mucho Inserso y similar.

Rodeando la Marina, un montón de bares, restaurantes y tiendas. A diez minutos andando está la ciudad con sus calles, sus comercios y demás.

El jueves hicimos una incursión a la lavandería y al supermercado, ¡que originales!

El viento sopló y sopló con lo que el viernes, justo cuando nos estaban repostando gasoil, nos dijeron que teníamos que ir a la boya porque el pantalán podía no aguantar y romperse. De hecho habían estado atracados unos pescadores el día anterior, con un monstruito de pesca deportiva de esos de “ático con vistas” que rompieron un tramo del pantalán y se largaron temprano sin decir ni mu, creemos, por lo que la gente del Yacht Club estaba muy enfadada.

Compensaron el echarnos sin acabar de repostar el gasoil, cosa que hacen desde una gasolinera a base de garrafas, acompañándonos a la boya. Vinieron 3 personas con nosotros, conocedores del estado de las boyas y con experiencia para cazarlas, en un momento en que el viento soplaba inmisericorde.

El resto del día quedamos enclaustrados, ni pensar en usar el dinghy.

El viento soplando en el lagoon de Knysna

Día gris, lluvioso, feo, fresco y con malas noticias acerca del COVID-19.

Sam, inmediatamente se puso en lo peor y sin encomendarse a Dios ni al diablo, se compró, vía Internet, su billete de vuelta a Mauricio.

Tuvo que utilizar un taxi water para salir a tierra y sin nuestra conformidad, se marchó.

Ayer mejoraron las condiciones meteorológicas. El barco vecino, de un inglés que vivía en Zimbabue 🇿🇼 y ahora anda por estos lares, up and down, nos hizo una visita y nos invitó a dar un paseo en su coche.

Encantados de la vida, aceptamos.

Vino con su pareja, ella es sudafricana y fuimos a comer a Buffels Bay, hermosa playa de surferos, con chiringuito en lo alto.

En Buffels Bay con los amigos del SANGOMA

Por la tarde recorrido al W, a la zona por la que entramos navegando, The Heads, ahora vista desde tierra. Son unos acantilados que se abren entrando a un pequeño estuario, donde estamos fondeados. Vistas preciosas de vegetación, rocas, arena y casas en enclaves espectaculares.

Los catamaranes que hacen el paseo turístico van a la entrada a recibir de vez en cuando el tren de olas, (las tres Marias) que aparecen de vez en cuando y a la gente les ponen como motos y dan alaridos como en un parque acuático.

En uno de los recodos, la típica pregunta ¿estáis hablando español? Pues claro.

Belen con su marido y otra pareja de amigos estaban haciendo un rico botellón, de gin-tonic, copas de balón, ¡que elegancia! hielos y picoteo, sobre las rocas.

Nos contó que lo hacían con frecuencia en ese lugar. Lleva viviendo aquí casi 20 años, casada con un sudafricano.

Es de Manresa y nos alegramos todos del encuentro y de charlar con alguien en nuestro idioma.

Botellón a la española

Nos ofreció su colaboración para cualquier cosa que pudiéramos necesitar. Pasamos un rato muy entretenido y agradable a pesar de estar sufriendo un mareo de tierra de alto nivel, provocado por el batir de las olas, el swell y el poco tiempo que llevamos en seco. Quizá también influyeran las cervezas 🍻y dos botellas de vino 🍷que soplamos entre tres. 😉

Ante el cierre de vuelos desde Sudáfrica a Europa, nos pusimos en contacto con el Consulado Español 🇪🇸 en Ciudad del Cabo. Nos pidieron que adjuntáramos nuestros datos y que nos mantendrían informados.

Nuestra prioridad es instalar el barco en puerto seguro y luego buscar nuestro vuelo ✈️ de regreso a casa.

Donde estamos ahora no hay lugar en la marina, solamente fondeo y en fondeo no queremos dejar el barco para larga estancia.

Tenemos que intentar arribar a False Bay, 2 días de navegación si el meteo lo permite, o con un día más Saldanha, puerto muy seguro, 60 Nm al N de Ciudad del Cabo, en nuestro océano, el Atlántico.

Para llegar a Saldanha desde False Bay hay que doblar el Cabo de Buena Esperanza, también llamado De las Tormentas, en inglés Cape Hope.

Parece que mañana hay una posibilidad, saliendo no muy temprano y con el viento comme si, comme ça.

Por supuesto en la idea de encontrarnos algún susto por el camino.

Esperaremos el meteo de esta noche y el de mañana a primera hora, que cambia tanto que resulta difícil fiarse, para ponernos en marcha. ⛵️

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