indonesia, allá vamos

Ayer, día 21 de agosto, fue el día que elegimos para dejar Australia y poner proa a Indonesia.

Madrugamos para estar a las 8,30 en las oficinas de la Australian Border Force, con los que teníamos una cita concertada a esa hora. Previamente les habíamos enviado nuestros documentos y ya tenían todo preparado. Comprobaron que éramos los mismos que en los pasaportes y en diez minutos teníamos el zarpe.

Todos los trámites burocráticos en Australia han resultado perfectos. Formales, serios con los procedimientos, fáciles, simpáticos en el trato y sin demoras ni problemas. Chapeau para Australia.

La estancia, como ya he dicho varias veces, nos ha gustado y nos ha quedado un poco corta, pero las fechas se nos echan encima y hay que salir de la zona de ciclones con el margen suficiente para evitarnos problemas.

Antes de las diez entramos de nuevo en la esclusa. Hoy, con viento en la Marina, parecía que la entrada era aún más angosta. Menos mal que el capitán controla, porque asustaba un poco. Dicen que el ancho son 10 metros, nosotros tenemos 7,90 y añadiendo las defensas por ambos costados, entramos rascando. Eso sí, rascando sólo las defensas.


Esta esclusa está pensada para aprovechar la vaguada en que se edificó la Marina y la urbanización que la rodea. En la Marina la profundidad es de poco más de 4 metros y las mareas en esta zona llegan a los 7 metros. La esclusa mantiene constante la profundidad y a cambio exige esta maniobra, un poco justa para un catamaran como PRATI. También limita la eslora a 30 m. pero eso no nos afecta.

Tras la esclusa, amarramos en el pantalán de la gasolinera para rellenar los tanques. Otra cosa a valorar, self-service con tarjeta de crédito, como es habitual, y sin embargo limpia, sin una gota derramada por ninguna parte, mangueras perfectamente enrolladas y listas para el uso, o sea, otro diez.

Nos vamos de Australia con una idea bien distinta de la que teníamos. Como turistas, el año pasado, nos había pintado muy bien, pero con el barco nos temíamos que resultara distinto. Pues no, tienen una mala prensa entre los navegantes que para nada se corresponde con la realidad que hemos vivido.

Y vuelta a navegar.


El viento flojo en los inicios, sin hacer mucho caso de las previsiones. Cuando largamos el génova surgió el primer problema.
El cabo del enrollador de génova es el más complicado que tenemos a bordo. Está hecho con dos cabos de menas diferentes, perfectamente unidos por un profesional experto en el tema. El motivo es que para que entre bien todo el cabo en su enrollador no puede ser de 12 mm. que es el que se adapta perfectamente a los stoppers y winches. Así que la solución fue esa unión de dos cabos. Con el fino aligeramos el enrollador y el más gordo es el que hace firme en el stopper.

En New Zealand se pusieron nuevos y no quedó la unión en el sitio correcto. Como eso daba un poco de lata, ahora, tranquilos en la Marina, decidimos mejorarlo. Hubo un error y cuando llegó el momento de usarlo, había quedado corto. Así que nos hemos pasado las tres primeras horas de la travesía para subsanar el problema. Como es un tema delicado, llevó su tiempo, haciendo una prolongación del cabo de 12 mm para la zona donde no hay tensión y quitando algunas vueltas de las que siempre quedan almacenadas en el enrollador. Al estar ya navegando, es más difícil. Que bueno ser tres a bordo.

Durante 4 horas tuvimos que ir a motor, con viento de F-2 y después, con vientos flojos hasta el amanecer, continuamos solo a vela.
Al amanecer, justo para mi guardia, subió la intensidad a F-5-6 y así seguimos, con olas grandes, cielo rabiosamente azul y calor, como no podía ser menos.
A las 10 de la mañana, hora local, con casi 24 horas navegando, estamos en la posición

Latitud: 11° 5381 S
Longitud: 129° 0331 E

Hemos hecho 123 Nm y nos quedan unas 350 Nm a Kupang, capital de Timor W, donde haremos la entrada oficial en Indonesia.

MH