PRATI en Samoa W

Ya estamos fondeados en la bahía de Saluafata, a la que llegamos de día.

Setenta metros de cadena nos unen a Samoa. Es un lugar bastante abierto y seguimos navegando aunque ahora muy suavemente.

Estamos muy contentos de haber llegado y descansar esta noche, por fin.

Para celebrarlo, el termo de estribor ha soltado un latiguillo y ha botado a la sentina 300 litros de agua calentita, con la que nos íbamos a dar la ducha del mes.

Carlos está achicando, lo que la bomba automática no chupa. Después habrá que cambiar los circuitos para recibir el agua de babor. Hay que ducharse si o si. El Charly,  según sus declaraciones, huele a perro muerto y descompuesto. La first mate se siente como Isabel la Católica antes de la toma de Granada.

PRATI en Apia (Samoa W)

Estamos instalados en la marina de Apia, Samoa W.

El fondeadero donde nos quedamos ayer era muy abierto y el swell entraba sin obstáculos, viento de una dirección y olas d otra. Dormimos mejor que navegando, pero no tan bien como hubiéramos querido.

Tras el desayuno, levamos ancla y de nuevo a vela recorrimos 15 Nm. en un par de bordos, para entrar en el puerto de Apia. Al fondo vimos la marina. Los vecinos ayudaron en el atraque y estamos instalados en el final del pantalán, lo que suele llamarse la T.

La Marina tiene un pantalán central y fingers, con espacio para unos 25 barcos, monobarcos. Catamaranes, pues la mitad, claro.

Estábamos aún poniendo en orden cabos y defensas, cuando apareció el único barco español que hemos encontrado a lo largo del Pacífico , el ADRIANA, de Alberto, navegante solitario.

El responsable de la Marina vino a visitarnos, solo viene cuando ve aparecer algún barco, y puso en marcha el procedimiento de entrada al país.

!Sorpresa! Acabamos de perder un día.

Resulta que aquí y aunque solo estamos en el 171° W, hemos saltado la línea imaginaria del cambio de acá pallá y nos hemos puesto por delante. Aquí tenemos una hora menos que en Polinesia y un día más.

El caso es que estamos a viernes y todo cierra más temprano.

Fueron llegando a bordo los distintos funcionarios, todos sonrientes, amables, con sus faldas tobilleras que aún no sabemos cómo se llaman, creemos que lava-lavas, rellenamos varios impresos y pasamos el trámite de agricultura, salud y cuarentena. Abajo la bandera amarilla.

Después tocó el turno de aduanas, aquí la propia funcionaria nos llevó a sus oficinas, porque nuestro zarpe internacional ponía destino Tonga, no Samoa, y hay que hacer un pequeño escrito explicando el cambio de destino. Todo ok.

Luego, rápido, rápido, en el taxi del nuevo secretario que hemos adoptado, fuimos los 3 españoles a inmigración. Ahora sí, estamos oficialmente en Samoa W.

Al regreso, tenemos bar, restaurante y discoteca justo al lado, frente a los barcos. Nos instalamos allí a las 5 de la tarde y no nos movimos hasta las 11 de la noche. Buen comienzo.

El ambiente tremendo, las risas como telón de fondo. Que buen rollo.

No sabemos hasta que hora duraría, seguro que hasta las tantas, hay varias discotecas o disco bares, cara al puerto. Ambiente, ambiente del bueno.

Pero nosotros aún necesitamos ponernos al día del sueño acumulado. O sea, que tras varias cervezas, botellita de vino y cubanas, a la cama.

Estamos en Posición :
171° 45’58 W y 13° 49’65 S

RESUMEN DE LA TRAVESÍA DEL PRATI, POLINESIA A SAMOA

Millas navegadas:  1.479.-
Horas navegadas: 224
Velocidad media: 6,6 Kts.
Horas navegadas a vela: todas, salvo approaching.
Consumo aproximado de gasóleo: 15 litros
Vientos: fuertes, portantes, de dirección ESE a ENE. 5 días seguidos, los últimos de la travesía, de 25 a 35 Kts.

A partir del 3° día de navegación y con vientos rancheados de veintitantos Kts. tomamos el 2° rizo en mayor, planchando la vela con los matafiones y foque. Con este aparejo reducido, llegamos a tener planeadas de 12 Kts. Lo normal era navegar a 6-7-8 Kts.

La mar dura, bien dura.

El piloto automático, una vez reajustados los parámetros de mal tiempo y aceptados por el piloto, cosa que no siempre ocurre, funcionó a la perfección.

Hemos navegado la Zona de Convergencia sin ninguna tormenta, algún chubasco que otro y nubosidad abundante.

Sensaciones:

El capi cuando empezó a subir el viento, se angustió y se pasó sudando violentamente toda la noche, hasta comprobar que el piloto respondía correctamente, ante las enormes guiñadas que ponía el barco por encima de los 45°. La alarma de desvío de rumbo, sonó varias veces, presuponiendo que el piloto no aguantaría y entraríamos en orzadas con semejantes intensidades de viento. Pánico a bordo.

Para que se entienda mejor, como muchos sabéis, pero otros no, se trata de una tripulación mayorcita de edad, 64 y 66 years old. Autodidactas en edad madura. No tuvimos la suerte de tener algún maestro.

Con estos vientos de que hablamos, una tripulación avezada vendría casi fumando un puro, nuestro caso no es así.
El segundo día entró en pánico el resto de la tripulación.

Seguramente recordaremos está mala travesía for ever. Ahora, repetidamente hacemos respiraciones profundas de alivio al estar amarrados en puerto.

Primeros días en Apia

Sábado día duro a bordo. Reparación del termo, reparación del generador, achique y limpieza de los dos cofrets de popa, en uno de ellos embarcamos 120 litros de agua "salada", en el otro apenas 10 litros. Tuvimos que sacar absolutamente todo fuera para endulzar, achicar y limpiar. Van abarrotados de cabullería, cajas diversas, garrafas de combustible, etc. Etc. Aún hoy, martes, estamos secando cabos y terminando esta faena.

Esta mañana se han llevado el foque para reparar la banda UV que el último día de travesía quedó destrozada.

El sábado por la tarde volvimos a instalarnos en el bar del pantalán, se llama EDGE APIA MARINA.

Estábamos de tertulia con Alberto, alucinando por el personal que había alrededor, gordas transexuales, aquí llamadas fa’afafines y el de la mesa de al lado preguntó sorprendido: ¿estáis hablando español?

Nos presentamos, y él es un madrileño, Juan, que trabaja en una compañía de telecomunicaciones española, que lleva por este área del Pacífico más de un año y que resulta muy amable y simpático.

Nos contó que el día anterior había sido la elección de miss fa’afafine, que presidió, échale hilo a la cometa, el primer ministro y dos monjas. Nos enseñó fotos del evento.

Se habían concentrado de las dos Samoas, W y la Americana. El fiestón posterior a la elección celebrada en otro local, fue de tal tamaño, que a nosotros nos sorprendía desde el barco, a unos 80 metros, las risotadas, voces, jolgorio, fiesta, fiesta, fiesta.

El sábado siguió la celebración con unas borracheras de alto nivel. Estamos hablando de personas de gran tamaño en su mayoría, algunas superan los 200 Kts de peso y sus borracheras eran muy alegres pero hacían que su inestabilidad esférica nos hiciera temer riesgos de aplastamiento si alguna se tropieza y se  nos viene encima.

Difícil echarlas a la hora del cierre.

El domingo cierra todo y permanecemos a bordo descansando.

Juan nos ofrece toda su colaboración y quedamos emplazados para el lunes a la tarde en que vendrá a buscarnos para darnos un paseo por los lugares de interés de Apia capital.

Nosotros, lunes por la mañana, nos fuimos paseando hasta El Centro, 15 minutos a pie hasta la catedral católica y el edificio del Gobierno.

También aquí coinciden fiestas. Asistimos a unas competiciones y juegos divertidos entre peñas.

En general la gente es muy risueña y de risa fácil y sonora. Sus carcajadas se escuchan for everywhere, en este caso jaleando a sus equipos, las voces, risotadas y bailoteos fueron amenizándonos la mañana.

A la tarde, según lo previsto, vino Juan y nos hizo de cicerone. Luego, tapeos, chorizo y latas de sardinas Made ni spain,  con vino, a bordo del PRATI.

Larga tertulia en la que Juan nos contó curiosidades de la cultura del país,  que resumiremos más adelante y nosotros le contamos las batallitas de travesías con mal tiempo. Él se marchó un poco antes, porque tiene que madrugar y trabajar, pero Alberto y nosotros, seguimos hasta las 2 de la mañana. !Que mala vida llevamos desde nuestra arribada!

Aún nos quedan algunos trabajos en salas de motores y luego a disfrutar de no hacer nada. Fiestas, visitar la isla y pasarlo lo mejor posible.