Fin de la travesía, desde el fondeo de Rikitea

Al fin ancla al fondo y a descansar.

Las 30 millas que faltaban cuando escribimos la crónica anterior, se complicaron. Primero el viento cayó más de lo previsto, nuestro cálculo de arribada con buena luz se puso en duda, tuvimos además un error con la hora local y la de puesta de sol, que nos restaba una hora de luz. En lugar de continuar solamente a vela, añadimos motor para ganar tiempo. Así llegamos hasta el punto N del atolón. Descendimos la cara NE con un través de 12 kts. sin motor, solo a vela. En la boca del canal principal de entrada arriamos velas, viento en la proa y los dos motores avante. Nos sorprendió que siendo marea entrante, la corriente vena  en contra, más potencia para llegar con la dichosa luz. El sol empezaba a ocultarse tras el monte a cuya falda está Rikitea. Por fin, por nuestro babor aparece el fondeo con una docena de barcos al ancla. Por la proa avistamos boyas de cultivos perleros, vira a babor, vira a estribor, libra aquellas roja, cuidado con la negra. Cuando nos damos cuenta, estamos fuera del canal secundario.

  • cuidado, cuidado, veo sombras oscuras qué sonda tenemos?
  • 1,7 m.
  • RRRRRrrrrrrrrrrrr.

El barco que va con poca arrancada, se queda parado, mejor dicho, varado. Estamos varados sobre un campo de coral. El agua es tan transparente, que aún con poca luz, se ve hasta el mínimo detalle de las formaciones coralinas. Se respira hondo y damos atrás con potencia. Nada. Crujido de rotura de coral?, de casco? Damos unos momentos para pensar, nuevo intento de salida atrás, con más potencia. Tampoco. Sorpresa, el motor de babor se ha quedado sin tracción. Habremos reventado el Sail drive? En estos instantes, montados sobre el coral, lo vemos todo negro. Hemos navegado sin ningún contratiempo importante medio mundo para quedar varados en el primer fondeo polinésico. El capi, se da cuenta de que el motor no se ha quedado solamente si tracción, simplemente se ha parado. Arranca de nuevo y funciona todo.

Aparece Luc, porque ha visto desde su catamarán que entrábamos mal y salió, a toda prisa en su dinghy,  a echar una mano. Queda pasmado cuando ve de cerca la situación. Saca el remo del dinghy y sondea a la altura de la amura de estribor y no da más de 60 cm. de agua. Nervios para los tres. Plantea tirar con un cabo desde la popa. Ante el continuo crujido y la orza de estribor que se mueve sola, sube y baja con la pequeña ola existente, hacemos un tercer intento y el barco se mueve atrás. Otra vez a respirar hondo. Luc busca la salida con su dinghy, entre nervios y tras dar un poco más atrás, podemos virar y seguirle. Nos conduce hasta el canal secundario y así, a escasos 200 m. estamos en el fondeo. Sonda 20 m. y 70 de cadena.

Rápidamente inspección de ambas salas de motores para ver si hay rotura y va de agua. Sorprendentemente todo está seco y sin atisbo de daño alguno en los Sail drives. Posición de manos en oración y cierta tranquilidad nerviosa. Las sentinas centrales de ambos cascos, secas también.

Ya está oscuro. Aparecen a saludar Dominique y Frederic, del CAP A CAP, ven con sorpresa lo ocurrido y nos dan ánimos. Nos traen como regalo de bienvenida, a la usanza local, una cesta hecha de hojas verdes de palma, llena de frutas tropicales, al igual que lo había hecho Luc minutos antes. Vale más que zozozobre  a que zozofalte. Vaya palabreja el zozozobre, mira  que mencionar la cuerda en casa del ahorcado.

Preguntan cómo estamos de cansados, porque hay fiesta en el pueblo. Cansados estamos pero nos aguantamos y decidimos quitarnos de en medio el problema y tomar aire fresco en tierra. Por cierto, fresquito, fresquito. Sobre lo que traíamos puesto, una chaqueta y desembarco.

Hay un campo de hierba rodeado de casetas de feria que nos recordó la "Jira de Navia" cuando se celebraba frente a las Aceñas. Para los que no son de aquella zona, la jira, el capi la recuerda escrita así, es una romería campestre donde te emborrachabas estupendamente, con un montón de sidra de la mala que era la que llegaba al occidente astur, solamente en las festividades, más o menos. El personal un poco distinto. Más gorditos, más adornados y mucho mas polinésicos. Esto si es la auténtica Polinesia.

Hubo un desfile de trajes tradicionales, confeccionados en su mayor parte con fibras vegetales y hojas de árboles. Chicas lindas, una de las modelos exhibiendo su panza de embarazada, muy brillante y adornadas todas con coronas de verde y flores. Todo esto no es para turistas, es fiesta local, de ellos para ellos. Aquí no hay turismo, solo unos pocos veleros.

Cenamos, invitados por nuestros amigos,  no se admiten tarjetas y no hay banco ni cajero automático. El lunes, en Correos, podremos hacer cambio de euros a francos polinésicos.

Volvimos temprano a bordo y vuelta a inspeccionar las salas de motores y sentinas. Siguen sin novedad. La verdad es que nos fuimos, escapando de una posible realidad indeseada, pero teníamos el gusanillo de volver rápidamente.

Hicimos nuestras plegarias para que los daos no fueran importantes y nos fuimos a dormir,  recansados.

Con las primeras luces y tras el desayuno, que hay que reponer fuerzas, gafas de buceo, aletas y al agua.

La cara de satisfacción con que apareció el capi en superficie, impagable. En babor, que fue el motor que se quedó sin tracción, cola de motor, técnicamente Sail drive, impecable, hélices impecables,  solamente una pala de las cuatro está un poquito más limpia que las otras tres, como recién pulida y sin ningún daño. La pequeña orza que protege la hélice, en su parte trasera tiene dos pequeños bocados de unos 2 ó 3 cm, la pala del timón en su parte inferior, rascado el antifouling. Resumen, fantástico, ningún daño de importancia. El casco de estribor, mejor aún, solo pequeños rascazos en su panza, en la parte delantera. Parece, en esta ocasión, que el PRATI fue más duro que el coral. También en aquella varada, en los canales chilenos, fue más duro que las piedras. Lo cierto, en ambos casos, es que la suerte la llevamos encima. Ahora sí que tenemos que visitar la catedral de Saint Michael, que en este pueblo de mil habitantes, la hay, la hay, hay una catedral. Lo gracioso es que no hay cura. Los domingos se reúne la gente y canta y canta para celebrar el día del Señor. Hoy, domingo, no pudimos asistir por lo del buceo que parecía más urgente, el próximo iremos y lo contaremos.

Bueno, por hoy ya está bien.

En breve haremos resumen de la travesía, hoy solo la Posición .

Latitud.-      23° 06’982 S
Longitud.- 134° 57’982 W

6 thoughts on “Fin de la travesía, desde el fondeo de Rikitea

  1. ¡¡¡ Vaya susto !!!
    ¡¡¡ Vaya suerte !!!

    Pensé que la tardanza en informar el fondeo había sido debido al cansancio pero no era eso. En vuestra última entrada del sábado comentabais que solo faltaban 41Nm para la arribada por lo que dependiendo de las circunstancias esa tarde/ noche podríais estar tranquilamente fondeados, al no llegar noticias el domingo me imaginé que habríais dejado la entrada para el día siguiente.
    Ahora ya están claros los motivos.
    Vuelvo a pensar en que habéis sido muy afortunados y lo celebramos con y por vosotros.
    Ahora a descansar, disfrutar de todo aquello que pensabais encontrar en las islas y a olvidarse de todo lo demás .
    Como decís en La Taberna: » Servir una ronda para todos, invito»
    Muchos abrazos !!

  2. Enhorabuena. Un poco de coral no es nada después de volcanes y piratas y el capi seguro que es un hacha dando una manita de antifouling. A disfrutarlo!!!!!!

  3. Un placer haber navegado con vosotros todos estos días.
    Menudo final!!!
    Ahora a recuperarse y a disfrutar de la polinesia….que nosotros lo haremos desde aquí a través de vuestras crónicas y fotos.
    😉

  4. Queridos Carlos y Magda que bueno saber que han llegado a su destino……los hemos pensado mucho durante estos dias todos sus amigos de estas costas ecuatoriales….les deseamos todo lo mejor……nos mantendremos en contacto…

  5. No se que pasa con mis e-mails, parece que unos entran y otros no, os escribi el día 11, pero no pasa nada repito la sistesis del anterior, Felicidades por cruzar un nuevo oceano y os deseo que disfruteis mucho de los mares del sur, lo del sustito se pasa con una buena celebración.

    Besos y abrazos.
    Joaquin

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