En Papeete, capital de Tahití

Como contábamos el día de la arribada, estamos instalados en la Marina de Papeete, en el centro de la ciudad, en el Boulevard Pomare. Un paseo peatonal bordea  la Marina y aledaños. Todo es nuevo y está impecable. Desde la visita del velero Vulcano, que hemos releído estos días en su libro "De Monserrat a los mares del Sur" ésto ha cambiado totalmente. La zona del puerto es lúdica y sin problema aparente.

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                                   La Marina de Papeete

Esta Marina se inauguró en abril de 2.015 y tiene unas instalaciones de primer nivel. Incluso unas grandes peceras naturales,  entre el pantalán y el  paseo peatonal, con corales y peces de colores para deleite de viandantes y cruceristas. De noche es particularmente atractivo.

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                     Coral y peces de colores en la Marina

Es temporada baja, hay pocos barcos y con tendencia a menos. En la estación de ciclones no ofrece buena protección.

Tiene una nota negativa, no se puede acceder al wifi desde los barcos, es necesario ir al edificio de la Marina, dando una buena vuelta. Carlos le dijo al responsable que quería manifestar su disconformidad a la dirección por ese motivo, que se lo transmitiera en su nombre. Respuesta: a mí no me gusta que en España haya corridas de toros.??????

La conclusión, al margen de esta anécdota, es que la banda es tan estrecha que no da para nada y si hay que ir hasta allí, se usará menos.

Recién llegados, cenamos a bordo con nuestros amigos Daphne y Rainer, del velero LOJAN, con quienes en marzo de 2.014 compartimos la experiencia de doblar Cabo de Hornos y algunos fondeos en los canales del Beagle.

20161024 19'55 33 06 Prati y Lojan Crew

                                                       Cena a bordo con Daphne y Rainer del LOJAN

Fueron momentos felices. El  LOJAN había dado vuelta al mundo por la ruta de la mantequilla y en ese momento estaban dando la segunda vuelta al mundo, por la ruta sur de los tres Cabos. Han llegado hasta Polinesia y parece que este es su último destino en navegación. Rainer se está apagando, como dice Daphne, su mujer,  "his battery  is coming down, he is broken"  ella le mira continuamente con cara de pánico, de vez en cuando una lagrima le corre por la mejilla y él cada poco se duerme, en los momentos lúcidos su conversación es normal y explícita su felicidad por encontrarnos de nuevo. Están viejitos y han tomado la decisión de vender el barco y volver a Alemania. Ha sido un encuentro agridulce. Felices por encontrarnos y tristes por ver la etapa final de unos navegantes. Escribiendo estas líneas, a los dos, también nos han saltado las lágrimas.

Estamos en un puerto comercial donde entran grandes mercantes, algún petrolero, ferries y cruceros. Hace un par de días, por la noche, mientras disfrutábamos de una copa a bordo, apareció surcando las mansas  aguas del puerto,  elegantemente, el WIND SPIRIT. Pertenece a una compañía de cruceros de lujo, grandes moto veleros, concretamente este 246 m de eslora, que nos hemos ido encontrando por los puertos del mundo y que siempre nos alegran la vista, este tiene cuatro mástiles,  bonita línea y la iluminación nocturna de un gran crucero.

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              WIND OF SPIRIT desde nuestra posición

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                                                    WIND OF SPIRIT y sus cuatro mastiles en Barbados

                                                              (de http://www.barryontheroad.com)

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WIND OF SPIRIT con su trapo fuera (de https://cruiseable.com)

A diez minutos caminando, frente al muelle de cruceros, cada noche y especialmente los fines de semana, se concentran varias roulottes,  verdaderos restaurantes con mesas y sillas al aire libre, que son muy populares y de gran calidad. El domingo, que en Papeete cierran prácticamente todos los restaurantes, la zona de las roulottes se pone de bote en bote. Allí nos encontramos con Nelly y Luc, del FOLAVOALH, acaban de tomar tierra, procedentes de Bretaña, con destino a Marquesas, donde han dejado su catamaran. Hemos compartido con ellos tres días intensos de tiendas náuticas, supermercados, almacenes de vinos, paseos, restaurantes, etc. Después de la quietud a la que nos habíamos acostumbrado,  ha sido como vivir un agradable temporal.

Este último sábado, en las roulottes,  quedamos con nuestro amigo Yves, recién llegado de Rikitea.  Estaba cantando con un grupo de músicos, jovencitos ellos, que hicieron hueco a Carlos para acompañarlos con un ukelele. Aquí al ukelele de cuatro cuerdas y forma de pequeña guitarra, que es lo que Carlos toca desde hace algún tiempo, le llaman kamaka y al de ocho cuerdas, con forma más parecida a una balalaica, aquí es ukulele. Idiomas……

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Carlos e Yves integrados en un grupo musical callejero

A cinco minutos, el pintoresco Mercado de Papeete. Teníamos en el recuerdo un fascinante lugar que nos dejó boquiabiertos cuando lo visitamos allá por 2.002, en que vinimos a Polinesia como turistas para celebrar nuestras bodas de plata.

Recordábamos los colores intensos, la profusión de flores exóticas, de frutas tropicales,  las vestimentas, tatuajes, rasgos polinésicos, en muchos casos sus tremendos volúmenes y como todo aquello nos había fascinado. Ahora, después de casi cuatro meses en la Polinesia Francesa, todo nos parece normal, ya nos hemos acostumbrado a estas diferencias y estamos aquí como en casa. Apenas hemos hecho fotografías.

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                  Mercado de Papeete

A mitad de semana, Jean Yves nos llevó a visitar Puerto Phaeton, lugar donde pensamos dejar en seco a nuestro cata durante la estación de huracanes.

Desde nuestras ultimas conversaciones ha habido cambios y lamentablemente el PRATI no quedará en seco.  A pesar de que todo había quedado claro previamente, ha habido un giro y lo tomas o lo dejas, tiene que quedar a flote. A estas alturas no tenemos solución alternativa. Lo positivo es que esa Marina está situada en una bahía interior, muy protegida, y en todas las guías que hemos leído, lo consideran el único lugar seguro en caso de ciclón,  de estas islas. El que además Jean Yves tenga allí su velero también nos da confianza.

Esta semana volveremos para pagar y hacer así firme la reserva del atraque.

Pensamos seguir aquí hasta el próximo lunes y zarpar hacia Huaine, para disfrutar de otro paraíso previo al varadero de Raiatea, donde se llevará a cabo la reparación definitiva del PRATI.

Como es preceptivo para cruceristas, nos hemos dado una vuelta por Marina Taína que está al oeste de Papeete, a ocho o diez kilómetros por carretera. Allí sí que hay barcos y gente. Es una Marina grande y cerca tiene un gran fondeo. También poco protegida para la estación de ciclones. La gente que tiene sus barcos allí están al tanto de los avisos meteorológicos y rápidamente los llevan a la zona de Phaeton, para ponerlos a salvo ante el paso de un ciclón por las proximidades de Tahití.

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Parque frente a la Marina de Papeete y el Hotel de Ville de Papeete