Vía de agua y el regreso a Rikitea

La crónica desde Taravai, pintaba en oros. A la noche, según lo previsto, comimos unos confit de pato a la brasa magníficos y disfrutamos de la hoguera y la compañía. Cerramos la velada en el PRATI y nos despedimos.

Temprano levamos ancla y arrumbamos hacia Marquesas. Todo perfecto, viento del E de 10-12 Kts. sol y el PRATI avanzando a 7 Kts.

Nada más salir, habíamos visto que la sentina de estribor tenía un poco más de agua que los últimos días. Desde la varada en el coral, habíamos tenido unas gotas de agua, medio litro al día, en la sentina. Una posible entrada era por el portillo de emergencia y se selló por dentro y por fuera con sykaflex, con lo que supusimos resuelto el problema. En Taravai, aprovechando lo cómodo del fondeo, hicimos limpieza de cascos a espátula. Ahí comenzó a entrar un poco más de agua.

Ya navegando y con este aumento del agua en sentina, nos dimos un margen de 24 horas por si la entrada de agua iba a más. Dos horas después, a unas 20 millas, la cosa se puso sería, al comprobar que entraba un cubo de agua, de unos 12 litros, cada 10 minutos. No nos lo pensamos, de inmediato, vuelta hacia el fondeo de Rikitea.

Una vez fondeados, pedimos ayuda a los demás barcos y nos la brindaron. Quedamos para la mañana siguiente, con buena luz. Mientras nosotros pusimos en marcha el sistema de bombeo del barco y la bomba eléctrica portátil de gran caudal que nunca se había utilizado. Saber que todo funcionaba bien, nos dio cierta tranquilidad.

Llamamos por teléfono al hermano del capi para que lo supieran también el resto de familia y amigos.

Al día siguiente escribimos a Toni:

Hola Toni

Como ya te contó Luis, estamos de vuelta en Rikitea. La vía de agua no tiene un motivo claro. Han buceado el casco con atención y solo se ha visto una pequeña huella en el casco a la que se ha aplicado resina epoxidrica y sin embargo sigue entrando el agua igual.

Aquí no hay ningún lugar donde hacer trabajos, solo la colaboración de los barcos vecinos que están portándose estupendamente. Hay incluso una persona muy experta, Philipe, que ha hecho su propio barco y trabajado como profesional en astilleros. Nuestro amigo Frederic CAP A CAP, está ayudando en todo y haciendo de intérprete. Siguen desmontando lo que se puede para ver si consiguen llegar al origen del problema.

Las bombas de achique automáticas funcionan perfectamente y hemos probado también una manual que achica en segundos una gran cantidad de agua. O sea, que no hay riesgo ninguno.

Seguiremos en contacto.

El nos pide más noticias y que hay gente que nos sigue y puede estar preocupada. Le escribimos este otro correo.

Hola Toni:

Tienes toda la razón. Cuenta en la Web y en LTP lo que ha ocurrido, incluye el correo que te enviamos ayer y este.

Seguimos intentando tapar posibles fisuras.

Ayer desmontamos y rompimos medio barco, es un decir, buscando por dentro alguna pista y no encontramos ninguna. Nos centramos ahora en el casco por el exterior, ya que con los pequeños parches de masilla epoxi que se pusieron el martes, la entrada de agua se ha reducido casi a la mitad.

Prisa no tenemos, nuestra intención de subir ya a Marquesas es buscando mejores temperaturas, aquí se está bien pero el agua no está a temperaturas tropicales. A cambio aquí  contamos con la ayuda de los otros barcos.

El miedo a la vía de agua grande se lo estamos perdiendo, al ver que los sistemas de bombeo funcionan bien.

Según vayamos avanzando en la reparación, iremos contando.

Hoy, viernes, día 5 de agosto, Philipe ha vuelto a repasar, por tercera vez, los parches de epoxi que ha ido colocando e incluso puso alguno nuevo. Total de aplicación, un kilo de masilla epoxi de dos componentes, de la que sirve para aplicación subacuática y que tiene una curación y endurecimiento similar a la que se aplica en el exterior. Con este tipo de  masilla navegamos desde Salvador de Bahía a Trinidad, cuando nos tragamos la putaboya cerca de Itaparica en 2.009. El problema de ahora es que no hay ningún agujero, golpe, ni fisura importantes, solo se encontró un pequeño aplastamiento semicircular de unos 4 cm. de diámetro. Ahora el casco parece que tiene viruela, porque la resina es de color verde clarito y el antifouling, negro. El agua, de momento, sigue entrando aunque la actuación de la bomba automática ha aumentado su frecuencia al doble de tiempo. Ello implica mejoría pero no resolución del problema.

Vamos a esperar hasta mañana para que cure bien toda la masilla aplicada hoy y a partir del resultado habrá que decidir.

Hay dos alternativas de rumbo: la primera es 900 millas, rumbo NNW, sin escala alguna a Marquesas. La otra es dirección WNW, de distancia similar hacia Papetee, en Tahití, en este caso con una primera escala en caso de emergencia en el atolón de Mururoa, a unas 250 Nm. otras en Hao y Tahanea, también a doscientas y pico millas cada una. Esta misma ruta la van a hacer tres de los barcos franceses con los que tenemos más relación.

Pros y contras:

En Marquesas hay un varadero donde podemos sacar el barco para dejarlo en tierra durante la temporada de ciclones. Para hacer reparación tendrá que venir un técnico de Tahití.

En Tahití hay un gran travelift para sacar el barco y hacer reparación pero no se puede dejar en tierra después. O sea, habría que volver al agua, navegar a Marquesas, retrocediendo otras 900 millas y volver a sacar el barco.

Estamos sumidos en un mar de dudas, incertidumbres y algo deprimidos.

Como son las cosas, lo contentos y felices que íbamos navegando, con buena mar y buen viento, el lunes y ahora la moneda se ha dado la vuelta y toca cruz.