Estamos navegando el Pacífico hacia Polinesia.

El miércoles soltamos las amarras en Puerto Lucía para situarnos en su estación de combustible y llenar depósitos y garrafas. Éste es un lujo que no recordábamos. En todo Sudamérica, desde que salimos de Brasil, los tanques se han cargado con garrafas, bidones y en el caso de Valdivia, con un camión de manguera extra larga que nos abasteció a todos los barcos necesitados.

Con todo el combustible y la despensa bien pertrechada nos situamos en la boya que tiene la Marina en la bocana,  para pasar la noche.

Antes del alba calentamos motores y con las primeras luces, a las 6 de la mañana, solo tuvimos que soltar dos cabos  y ya estábamos en marcha, con los nervios propios de los primeros días de navegación tras una larga estadía en puerto y con la larga travesía que tenemos por la proa.

Navegamos por la bahía hasta la Punta Santa Elena y doblado el cabo pusimos rumbo directo a Gambier, distancia a rumbo 3.391 Nm.

Viento suave por la proa y motores trabajando. La previsión es de 2 días contra el viento en proa. La intención es avanzar 60 millas durante el día y otras tantas por la noche. De esa forma la segunda noche, ya a 180 Nm. de la costa  ya habremos dejado atrás la zona de pesca que tanto nos ocupa.

A 23 Nm de la salida una lancha, aparentemente de pescadores, se acerca por la amura de estribor. Uno de los marineros, mano derecha en alto.  Lo que interpretamos como una indicación de virar a babor para evitar su arte de pesca. Se aproximan aún más, a corta distancia y el patrón grita:

  • programador roto, estamos perdidos, cuál es el rumbo a la puntilla? (Suponemos que se refieren a Punta Elena).
  • rumbo 60°
  • A qué distancia estamos?
  • A 23 millas
  • Nos pueden arreglar el programador?

Esta pregunta ya nos hace sospechar que lo que buscan es subir a bordo de nuestro barco. Doy avante rápido y giro en redondo.

Ellos quedan atrás sin tomar el rumbo que les hemos dado. Quedan merodeando por la popa y nosotros nos ponemos a cien.

Su lancha, que es pequeña, de unos 8 metros, tiene 2 fueraborda de 250 C.V.

Acto seguido, por VHF, llamada de socorro a la Armada Ecuatoriana. Múltiples intentos sin respuesta.

En el plotter vemos aproximarse, a unas 5 Nm. un porta containers. Les llamamos a ellos solicitando ayuda y explicándoles lo que está ocurriendo. Se pone a la VHF el capitán que nos hace 4 preguntas técnicas y de inmediato dice que está pasando comunicación escrita a la navy de Ecuador. Inmediatamente cambia rumbo y comienza su custodia dando vueltas alrededor del cata. Nos parece increíble que un súper barco de 294 m. de eslora, cambie sus intenciones de navegación para socorrer a un pequeño velero. Para cerciorarnos, le preguntamos al capitán si son intencionadas las maniobras que está haciendo para disuadir a los posibles piratas. Lo confirma, nos tranquiliza, nos dice que ya no hay nadie y que las autoridades están avisadas.

A 23 Nm de la costa de Ecuador el portacontainers SARISKA nos ayuda

Se lo agradecemos infinitamente, repetidas veces y volvemos a hacerlo ahora, indicando el nombre del barco: MSC SARISKA. (MMSI 351356000) Su respuesta: Not at  all. Good winds.

Dió primero una vuelta en redondo, lógicamente de amplio radio,  por nuestra popa, luego hizo una especie de ocho a nuestro alrededor, cortándonos la proa a 0,3 millas, para finalmente volver a su rumbo original.

294 m. de eslora y altera su rumbo para ayudarnos

Habíamos escuchado que en las costas de Ecuador hay piratería, pero una vez aquí, nos explicaron que la piratería está especializada en el robo de motores fuera borda de gran cilindrada, a los pescadores locales. Recientemente ha salido en prensa la noticia de tres pescadores ecuatorianos que quedaron dos meses a la deriva tras haberles robado el motor. Un barco chino los recogió y desde China regresaron hace unos días. En ningún caso pensamos en que a un velero le fuera a ocurrir algo similar, pero unos pescadores, que por la mañana con el sol en el Este, no sepan poner rumbo a tierra, es mucho más que sospechoso y más aún cuando una vez informados, tampoco lo toman. Las horas siguientes fueron de máxima alarma, oteando el horizonte sin cesar con los prismáticos, escondimos las tablets, los teléfonos y demás y pusimos en la cartera del dinero un buen puado de dólares. Las horas fueron pasando y llegado el atardecer, la intranquilidad cesó. De las autoridades, que en todo Sudamérica dan bien la lata, alegando que lo hacen por tu seguridad, no supimos nada.

A última hora de la tarde el viento roló, permitiendo izar velas y entrar en ceñida, pero preferimos seguir a motor como estaba previsto, para tener mayor capacidad de maniobra ante la aparición de redes, palangres y demás.

La noche fue pasando y no divisamos ninguna lancha de pesca, ni la de nuestros merodeadores.

Hoy al amanecer izamos mayor, desenrollamos génova y con vientos de entre 12 y 18 nudos, por el través, el cata tomó arrancada y así seguimos haciendo 8-9 millas a la hora.

Nuestra Posición a las 16 h. UTC es:
Latitud.-      02° 39’850 S
Longitud.- 083° 32’061 W
Temperaturas del agua.-  entre 28,6 y 21,6°
Temperatura del aire.- entre 29,2 y 19,8°
Millas recorridas en el día.- 183 (en este caso corresponde al recorrido de 30 horas)
Acumulado a origen.- 183 Nm
Millas a destino.- 3.239

Nos sigue sorprendiendo la temperatura que hemos tenido y seguimos teniendo, casi en la línea ecuatorial. Aunque sea otoño, no hemos pasado calor en ningún momento.