Puerto Aguirre

Desde que leímos en nuestros derroteros que en Puerto Aguirre, un pueblo de pescadores, en la Isla Huichas, en el Canal Ferronave, había bares y tabernas, el capitán decidió que la parada era obligatoria.

Zarpamos de Puerto Chacabuco, con vientos por la proa que empezaron en los 18 kts. y que bajaron de intensidad a lo largo del día.

Ya en la proximidades de Puerto Aguirre, por el Canal Ferronave, y con la Isla Eugenio por la proa, avistamos la población dividida en dos núcleos bien diferenciados y por la banda de estribor, con cielo azul de fondo, recortada la silueta del volcán Macá, de más de 3.000 m de altura, con nieves permanentes. Hermoso.

La travesía, ocho horas para recorrer a motor 40 millas. Fondeo al ancla en la caleta La Poza, media milla al norte del pueblo.

Posición:

Latitud.- 45º 09´467 S

Longitud.- 73º 31,099 W

Atardecer tranquilo, noche plácida y el lunes, desembarco con cielo gris y algunos momentos de lluvia. En la capitanía, trato súper amable, como nos tienen acostumbrados en todos los lugares por los que vamos pasando.

El oficial que nos atendió, incluso nos recomendó un pequeño restaurante que a él le gustaba y que le parecía adecuado para nosotros.

Recorrimos las calles del pueblo, dos empinadas cuestas, muy, muy empinadas y rectas, con algunas transversales. Son mil quinientos habitantes y las casas son siempre de planta baja. Montones de tiendecitas, algunas de 4 m2. pequeñas huertas, algunas gallinas. Aquí empieza a verse tierra y no solo turba.

Están construyendo una nueva rampa y terminal de ferry. En nuestro deambular, fuimos a parar a una tienda de artesanías, Nahuelpichi, de Vicky y Michael. Allí departimos con ellos durante un buen rato. Son artesanías de verdad, todo hecho por ellos con materiales recogidos de la naturaleza. Vicky, además, es la maestra de párvulos y Michael el artista.

Ellos también nos recomendaron el mismo restaurante, Sabores del Sur, donde almuerzan cada día. Allí coincidimos de nuevo. Un lugar familiar, decorado con mimo por sus propietarios, Gladys y Esteban. Hay que decir que la noticia de los derroteros de que había bares y tabernas está referida a una época anterior y que los han ido cerrando y actualmente solo quedan otros dos más.

Tarde noche bien divertida. En el restaurante, después de cenar y de las tertulias consabidas, Esteban sacó su guitarra y velada entrañable, cantando y bebiendo, hasta las tantas. Incluso hubo karaoke. El regreso en la oscuridad absoluta y a un barco sin luces de fondeo, por olvido, ya que salimos temprano, harto complicado. Despacito, despacito, con buena carga etílica a bordo, fuimos capaces de llegar al PRATI.

Amanecimos el martes a las 11 de la mañana, con un día de sol espléndido. Nos fuimos al pueblo y nos sorprendió una concentración en la zona del muelle. Hoy llega, en viaje inaugural, el nuevo ferry que comunica Chiloé con Chacabuco, haciendo escala en todos los pueblos del recorrido. Le llaman la barcaza y es un ferry de alto nivel. Nos sorprendió la maniobra de atraque frontal, echaron ancla por popa, ganaron un poco de barlovento y con el abatimiento propio del viento, dejó caer sobre la rampa la plataforma basculante que los ferrys llevan en la proa, de una forma milimétrica y quedó el barco clavado, después de los chirridos contra el hormigón.

Terminada la maniobra, de estachas a tierra, el primer oficial nos invitó a todos, a la voz de ¡ya! a visitar la nave. La recorrimos a placer e incluso nos obsequiaron con tarta y refrescos. Todo el mundo encantado. El capitán, oriundo de Puerto Aguirre, rezumaba satisfacción.

Tarde de pesca. Tres róbalos, parientes de nuestras lubinas, de ración abundante, producto de la paciencia del capitán, entraron a la nevera.

Por la noche, fiesta a bordo. Gladys, Esteban, Álvaro y nosotros. De nuevo, charla, risas, tragos y música. La guitarra de Esteban volvió a deleitarnos. También cantan estupendamente y disfrutan haciéndolo. Afición que compartimos. Fallaron a la cita Vicky y Michael, por alguna razón familiar.

Y nos dieron, la 10 y las 11, las 12, la 1 y las 2……….. Que fue cuando el capitán les embarcó en el dinghy y otra vez bien despacito les devolvió al muelle.

Así no hay manera de zarpar al día siguiente. Hoy, también con sol y veintitantos grados de temperatura, a disfrutar del fondeo y la pesca. Si no cambiamos de opinión, mañana zarparemos hacia el Seno Puyuhuapi.

Ya estamos disfrutando de navegación y fondeos de los que nos gustan. Aunque el agua, todavía está fría, sobre unos 15º, la temperatura exterior es superior a los 20º durante el día y el sol se está haciendo presente con más frecuencia.