Los Reyes pasaron por Puerto Deseado. 7 de enero

No tiene nada que ver alcatraz con cormorán, lo que hay aquí son cormoranes y no alcatraces de los que hablamos en la crónica anterior. Ahora lo sabemos bien porque tanto el Capi como Fabián han ido a sendas excursiones, una por dentro de la ría y otra a la isla de los pingüinos. Ambas resultaron bien atractivas dado que la fauna local en esta época del año es riquísima. De aves innumerables, cormoranes de distintas familias, gaviotas, petreles, patos, pingüinos incluso el de penacho amarillo que este, es en el único lugar al norte al que llegan, dado que son típicos de las islas sub-antárticas. Leones marinos en grandes colonias, un par de elefantes marinos en la isla de los pingüinos, todo sorprendente y espectacular.

Este es un gran lugar para el avistamiento de la fauna del sur. De hecho creemos que con una campaña publicitaria adecuada y una buena promoción turística, este lugar podría alcanzar la fama y la importancia que actualmente tiene Puerto Madryn, con el avistamiento de ballenas.

Nosotros, que hemos llegado hasta aquí en el velero, echamos de menos un lugar donde poder amarrarse en una buena condición de seguridad. La construcción de una pequeña marina flotante daría a esta zona un atractivo adicional, para aquellos que como nosotros están navegando por el cono sur. Hacemos pues un llamamiento a las autoridades locales y provinciales para que apoyen esta iniciativa que daría auge a la zona.

De las fotos que prometíamos en la crónica anterior, nada. Lamentablemente no tenemos señal suficiente para enviar imágenes. Incluso la señal de teléfono varía en función de la marea. En pleamar nos llega cierta señal pero en bajamar quedamos escondidos y tenemos 0 señal.

Volvamos al capítulo más repetido en esta temporada: las putas averías…

El día 4 que por ser par tocaba bueno y agradable arrancó con mal fario. El compresor de una de las neveras se fastidió. Quedamos con una sola nevera en servicio, por cierto bien pequeñita. La calefacción, que tan bien había funcionado esta temporada, se sumó al equipo de la nevera. En principio parece que el problema es de la alimentación de combustible, por lo que se revisan los filtros y se observa que un decantador del pre filtro del motor de estribor está lleno de porquería. Parece lógico pensar que tenemos un tanque contaminado. En Buenos Aires habíamos hecho un mantenimiento completo de tanques y motores y todo quedó ok. El problema es reciente y delicado.

Parece ser que los Reyes Magos de oriente nos han traído estos 3 regalitos, nevera fuera de combate, calefacción con avería y tanques contaminados. La verdad es que no habíamos pedido tantos regalos, pero bueno “tocónos”.

Ayer, lunes el viento del SW entró de nuevo con virulencia y nos ha acompañado ayer y hoy. Las amarras de barlovento parecen estar consolidadas.

Hoy hemos tenido a bordo a un mecánico local que nos ha ayudado en la limpieza de filtros y en los trasiegos de combustible para ir depurando un poco el gasóleo. Finalizados estos trabajos hemos comprobado que la contaminación no era tan grave como parecía a priori. La mayor parte de los residuos resultó ser agua coloreada y la porquería en suspensión en el gasóleo va quedándose en el filtro de trasiego con lo que entendemos que el sistema quedará aceptable.

 

Salvo estas distracciones de las averías estamos bastante aburridos, no podemos bajar al pueblo por lo tanto nuestro horizonte son las paredes del canal,  salvo en la pleamar que podemos ver algo por encima. Apenas recibimos visitas, y las que llegan no hablan demasiado. Vienen a la orilla por alimentos un puñado de ovejas, alguna liebre y un ñandú (también conocido como el avestruz sudamericano).

Preferimos quedarnos a bordo por los fuertes vientos. La previsión es que durante esta semana los vientos amainen y nos permitan estirar un poco las patitas. Llevamos 10 días en Puerto Deseado sin vender una escoba.

Hoy la previsión meteorológica para el final de semana nos da la posibilidad de una ventana que nos permita zarpar hacia Ushuaia. Crucemos los dedos y veamos cómo evoluciona la previsión hasta esas fechas.

 

Pares y nones. – 3 de enero

 

El primer día del año, tranquilidad, descanso y buenos alimentos. Incluso algún buen vino. Nos sentimos felices.El martes desde primera hora, arrecia el viento de SW que se esperaba. Inmediatamente después del desayuno, revisando las amarras con los prismáticos, pareció que una piedra de la amarra de aleta de babor, barlovento, se estaba moviendo.  Fuerte viento del orden de los cuarenta y tantos nudos, corriente del mismo sentido. No dio tiempo a nada. Se cayeron las piedras que soportaban la primera amarra y a continuación las de la segunda. El barco abatió rápidamente, quedó sujeto por la amarra de proa babor y popa estribor, a menos de una eslora de la pared del canal. Pánico, sin comentarios.

Inmediatamente dinghy al agua, en este caso sin cabo donde asegurarse y a tierra con la cadena del ancla de respeto, rescatando de camino los cabos sueltos en flotación.

Como el día anterior, lo más complicado es encontrar un conjunto de piedras que tengan cierta solidez y consistencia, con el agravante de estar viendo el barco que se va contra las piedras de la margen opuesta.

Encontramos lugar, armamos cadena, hicimos el primer amarre, volvimos a bordo para cazar el cabo y separar el barco de las dichosas piedras de sotavento. Mientras nosotros estábamos con los nervios de punta, los alcatraces deambulaban a nuestro alrededor, tan contentos.

Armamos la segunda amarra y conseguimos llevar el barco al medio del canal. Aprovechamos también para reforzar la de proa con cable de acero, en un conjunto de piedras más amplio.

Todo esto costó desde las 12 hasta las 4 de la tarde. Simultáneamente se soltó, por flotación, la amarra de proa estribor, que lógicamente estaba ociosa en esos momentos.

Decidimos que ese amarre de sotavento quedara para después de comer.

El capi, buscando cabos en un cofret de proa, fue sorprendido por una ráfaga de viento que cerró la tapa sobre su cabeza con el consiguiente golpetazo. La tapa quedó sin secuelas. El capi, después de ponerse una bolsa de gel helado, parece haber quedado como estaba. El susto fue grande para todos a pesar de que ahora bromeamos.Otra vez a embarcar, más cable de acero, en este caso el que tenemos para amarrar el dinghy como medida antirrobo, en zonas de  posibilidad de chorizos y a poner la amarra de proa estribor con cabo ordinario, ya que tenemos los flotantes ocupados. Otras dos horas de trabajo. ¡Viva la vida lúdica de los yatistas!  Por la noche guardias en las proximidades de la pleamar. El motivo es que al estar la marea alta, el barco llega a lo más alto de la loma del canal y allí el viento lo empuja con mayor virulencia, por lo que es el momento más peligroso. La amplitud de marea está en 5 metros y nos cambia mucho la situación de bajamar a pleamar.Hoy ha tocado, como día impar, tranquilidad y por la tarde bajada de viento y visita. Han venido Dani y Tati, de la operadora turística Puerto Penachos, que el día de fin de año nos ayudaron con la intendencia y el fondeo y con cafetitos y demás hemos pasado una tarde agradable.

Seguimos a la espera de la codiciada ventana meteorológica, de tres o cuatro días,  que nos permita dar el salto hasta el estrecho de Le Maire, para encarar el canal de Beagle.

 

Mañana intentaremos enviar alguna foto.

1 de Enero de 2.014

Después de la crónica anterior, Fabián y Carlos con el dinghy fueron al pueblo. A mitad de recorrido el motor dio fallo y se paró. Arrancó de nuevo y a baja velocidad conseguimos cruzar. Nos dirigimos al varadero para ver la posibilidad de amarrarnos de alguna manera y rápidamente vimos que no era posible. El dique que tiene el varadero está orientado perpendicular a los vientos SW que atacan con fuerza esa orilla. La consecuencia inmediata es que se monta un oleaje de hasta 2 m. que probablemente machaque a una embarcación tan frágil como esta de fibra de vidrio.

Cerca del varadero hay una operadora turística que tiene varias semirrígidas para llevar gente a los avistamientos de pingüinos, alcatraces, toninas, leones marinos, etc. ya que la zona es de una gran riqueza  natural,  allí, al menos se puede dejar el dinghy. Charlando con Javier, el responsable de la empresa, nos aconsejó cambiar el fondeo de en medio de la ría a otro más próximo a la costa. Así lo hicimos. Cercana la bajamar, comprobamos que nos íbamos a quedar tocando fondo. Nuevo fondeo, como si dijéramos intermedio.

Volvimos a tener el problema de que el barco se cruza y los cabos de la pata de gallina que sujetan la cadena hacen una gran fuerza contra los tensores de botalón cuando la cadena llama por el interior de los cascos hacia popa. Para este problema ya habíamos encontrado una solución: montar un aparejo paralelo por dentro de los tensores, de manera que si la cadena llama por proa se deja que actúe el sistema original y si llama en sentido contrario hay que largar estos cabos y cazar los interiores. Alta satisfacción al haber encontrado este remedio, aunque ello supone la vigilancia permanente del fondeo.

Al amanecer de ayer ya vimos que habíamos garreado más de 40 m. cundió nueva alarma, aunque parecía haberse estabilizado el fondeo en la nueva posición. A medio día en un abrir y cerrar de ojos, nuevo garreo espectacular. Inmediatamente levamos ancla y quedamos navegando a la espera del regreso de Fabián que había ido en una semirrígida, de la otra operadora de turismo local,  en este caso con Daniel y Tati,  a comprar alimentos y combustible. Apareció la lancha y en ella también venía Miguel el patrón del remolcador YAMANA, persona de la que habíamos oído con anterioridad que era una autoridad en la ría, además de colaborador y amable.

Nos sugirió que cambiásemos a un fondeo a una milla hacía el interior, donde hay un canal de unos 60 m de ancho que separa el continente de una pequeña isla. Entramos en el canal con viento fuerte, más de 30 kts. del N. echamos ancla por proa y largamos 4 cabos, 2 largos por amuras y otros 2 por aletas. Lo que se cuenta en un par de líneas, supuso un gran esfuerzo durante 2 horas y stress para las 6 personas que estábamos en ello. Concluyó felizmente la operación, se descargó la comida y las garrafas de combustible y aquí nos dejaron casi relajados a esperar la situación de vientos fuertes del SW. Gracias, chicos por esta ayuda tan importante.

Ahora estamos en la posición
Latitud.-     47º 45’658 S
Longitud.-  65º 56’923 W

Por la tarde, llegamos a tener 48 kts. del N y el barco se mantuvo estabilizado. Quedaba solamente una amarra por popa babor que queríamos reforzar en previsión de los famosos SW. Toda la tarde estuvimos esperando la bajada transitoria de viento prevista y a las 9 de la tarde, aún soplando, bajamos en el dinghy, bien agarrados al cabo existente por si fallaba el motor y doblamos la amarra de ese lado. Ya de paso revisamos las otras. La de proa babor estaba casi suelta, las piedras a las que se había amarrado el cabo se habían soltado. Durante 3 horas, justo para despedir el año, estuvimos amontonando piedras, haciendo una base más sólida para las 2 amarras de babor. Terminando bien entrada la noche, con las linternas de minero, nos sorprendieron los fuegos artificiales en el pueblo, por detrás de la loma. Supimos gracias a ellos que ya había empezado el 2.014.

Regresamos al cata y nos encontramos con una opípara cena de langostinos y pescado fresco que había traído Fabián por la mañana. Nos permitimos una botellita de champán y a eso de las dos y media, bien cansados y machucados, nos fuimos a dormir con cierta tranquilidad. Total, tenemos asumido que si falla un cabo nos iremos a la orilla contraria a reventar el barco contra las piedras. Ventajilla a nuestro favor es que tenemos al  remolcador YAMANA bien cerca, a golpe de VHF, a 2 millas.

A las 5 y a las 7 de la mañana se comprobó el estado de las amarras, todo estaba bien y dormimos hasta las 11.

En la crónica anterior comentábamos acerca de lo inhóspito del lugar. Ahora tenemos que hablar, a cambio, de la amabilidad de la gente con la que hemos tratado. Incluso la Prefectura  Naval vino a bordo a tramitar nuestra entrada.

Para despedir esta crónica, hemos conseguido enviar una foto de la tripulación, recién duchada, descansada y contenta para felicitar a todos el nuevo año.

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Foto de la tripulación del PRATI deseando feliz año 2.014