Mañana espectacular, parecía que íbamos hacia el Caribe. Viento constante, sol esplendido, buena temperatura, mar rabiosamente azul. A medio día se va Eolo y a motor. Poco después, rolada y velas arriba. Sobre las nueve, hora local, el tema se pone feo. Arriamos trapo ante la amenaza de tormentas. Apenas hechas las maniobras, la pantalla del radar muestra esas manchas rojas intensas que significa tormenta a la vista. Fabián se hizo cargo de la primera guardia. Desconectamos el piloto automático en prevención de alguna descarga eléctrica por las proximidades. La capota de mal tiempo, bendita, permitió llevar el barco a mano con algo de comodidad. ¡ Que guardia ¡. Lluvia, viento, mas lluvia. Los rayos caían sin cesar por los cuatro costados. No recuerdo noche de tormenta tan virulenta. Apenas sin pegar ojo, pues la navegación se hacía muy incómoda, Prati toma el relevo. La cosa ha mejorado, por la proa despejado. Sin pasar ni diez minutos se organiza otra fiesta de órdago a la grande. Durante cuatro horas estuvimos sorteando los puntos de tormenta más fuertes. Coincidió que nuestra intención de rodear los puntos de mayor intensidad fue saliendo con éxito. Vaya entrada del verano austral. La first mate tomó el relevo con la tormenta vencida y despuntado el alba. Suerte. Con viento flojito, continuamos avanzando a motor con Caleta Horno por la proa, esperándonos. |
Nuestra Posición a las 12 horas UTC. Latitud.- : 41º 49’09 S Longitud.- 61º 30’76 W Temperaturas del aire entre 18º y 29º Millas navegadas en las últimas 24 h: 136 Nm Distancia a Caleta Horno, rumbo directo: 262 Nm. |
Monthly Archives: diciembre 2013
Navegando plácidamente
El asadito de Necoechea, con Hervé, Gustavo, Rian y Herman se prolongó para algunos un poco, disfrutando de la charla, los vinos y la nueva afición: farné con coca cola. A la mañana, visita a Prefectura para papelear y después visita de Prefectura para comprobar nuestras bengalas y demás. Pasado el examen sin contratiempos, ligero almuerzo y a iniciar maniobras de salida de muelle, con viento y rodeados de barcos. Hervé y Gustavo nos ayudaron con las amarras y nos acompañaron en un bote hasta que vieron que no había ningún problema, gente amable y cariñosa en extremo. Nos despedimos de la tripulación del TARA, que nos vio partir con cierta envidia. Les deseamos que sus reparaciones sean rápidas y nos sigan en breve. Llevamos navegando 17 horas, con vientos siempre portantes, que han oscilado entre los 25 y los 10 kts. el mar están calmo y el sol brilla espléndido. Por la noche una hermosa y gran luna nos acompañó. |
Nuestra Posición a las 12 horas UTC Latitud.- : 40º 03’02 S Longitud.- 60º 00’03 W Temperaturas del aire entre 18 y 23º Millas navegadas en las últimas 17 h: 113 Nm Distancia a Caleta Horno, rumbo directo: 383 Nm. |
Día de viento y sol en Necochea
Había previsión de que a mediodía, quizá pudiéramos zarpar. No ha sido así, día de descanso. Ha soplado todo el tiempo, a veces casi 30 nudos y en el lugar en que estamos ubicados, si hubiéramos pretendido salir, seguro que habíamos hecho destrozos en las flota del Club. De todas formas, no queríamos salir. Incluso, dada la envergadura del pantalán al que estamos sujetos, hemos echado uno de nuestros flamantes cabos a tierra, de los que tenemos instalados en las bobinas a popa, porque veíamos peligrar el pantalán y la pasarela de acceso al mismo. Nada que ver con el hermoso atardecer que disfrutamos ayer y que Carlos filmó de esta manera: |
Esta mañana apareció por aquí un velero holandés TARA, que había zarpado desde la boya vecina mientras nosotros resolvíamos la avería del sable de mayor, es decir, un día antes. Les agarró un viento de 60 nudos que les dejó sin mayor, al descoserles la baluma entera y les “fundió” el aerogenerador. Fuimos en su ayuda para el fondeo y después para hacer las llamadas pertinentes, en español, e intentar encauzarles las reparaciones. Nos contaron que se acaban de casar, después de un montón de años de convivencia, por aquello del miedo al SS, como dice Luigui, el Sur del Sur, ellos van a la Antártida y esta tarde nos reuniremos con ellos y los que ayer nos ayudaron a nosotros, para comer un asadito. Mañana, si está la cosa más tranquila, saldremos. Si no, pues no. |
Desde Necochea
Seguimos con nuestras historias un pelín negativas, a saber: salimos el lunes a media mañana, como estaba previsto, para probar los equipos y en su caso zarpar al fin. Salida chula y con espectadores del YCA de Mar del Plata, con el capi haciendo alarde de buena práctica entre barcos colocados por todas partes. Vimos que funcionaba la sonda, cosa que nos preocupaba bastante y salimos del puerto tan contentos. Rápidamente llegó la orden de izar mayor y en eso estábamos cuando unos de los sables de las mayor se rompió. La fibra de la que están hechos se quedó hecha trizas en la zona del mástil. Comprobado el desaguisado, vuelta para dentro del puerto. En este caso nos quedamos en una boya para ver como se podía resolver. Costó más de 3 horas la reparación en un taller, luego ponerlo todo en su sitio y ya empezaba a oscurecer. Nos quedamos a pasar la noche en boya y zarpamos temprano. Decidimos cambiarnos a otra boya que había quedado vacía y nos daba mejor pinta y al hacer la maniobra comprobamos que el cabo del que estuvimos amarrados estaba a punto de romperse, le quedaban 4 hilitos de nada. Esta vez nos sonrió la suerte, porque si rompe, sobretodo durante el tiempo en que estuvo la first mate sola, podíamos haber acabado en las piedras. A las cinco de la mañana, ya con luz, repetimos la salida de puerto. Esta vez todo ha ido bastante bien, el nuevo equipo informa a su manera de la intensidad de viento que llevamos, generalmente entre cinco y diez nudos por encima de lo que dicta nuestra experiencia. Hicimos muy buena navegación a vela hasta unas 10 millas de Necochea. Aquí nos recibió con los brazos abiertos un nubarrón que nos metió treinta y tantos nudos de viento y un buen chaparrón. La gran escollera que protege el puerto de los sures nos dio un buen resguardo en cuanto pasamos la baliza de entrada. Así pudimos disfrutar del recibimiento de una leonera (leones marinos) que tienen ahí su hábitat natural. Vimos jugar a las crías y nos llegó algún que otro rugido de los adultos. Estamos atracados, abarloados a un pequeño pantalán de apenas 6 metros en un Club llamado Vito Dumas, disfrutando de un atardecer sobre la ría bien lindo. 38º 33’757 S 58º 42’945 W Hemos recorrido 76 millas y poco a poco nos iremos amarinando. |