Noche buena, tarde de perros

Amaneció un día maravilloso en este pequeño paraíso que es la Caleta Horno. Los chicos hicieron excursión por los riscos colindantes para confraternizar con los guanacos y hacer unas fotos muy chulas desde lo alto, con el mar al fondo, la entrada de la rada y el PRATI en su fondeo interior. La first mate de nautimaruja, haciendo el pan.

Al poco de regresar a bordo, una voz de aviso del capi nos puso a andar. Los cabos que nos unían a tierra por barlovento, flotaban en el agua totalmente libres. Zafarrancho.

Entre el ancla y el cabo de sotavento que pasó a ser casi barlovento y que se rozaba peligrosamente con las aristas de las piedras volcánicas que hay por el lugar, cundió el pánico.

Lo que se había roto era la maroma que había previamente rodeando una roca y a la que nos habíamos amarrado. Hubo que poner cabos nuestros para esa función y de paso reforzar la otra banda de la misma forma. El viento soplaba y soplaba, entre 25 y 35 nudos por la aleta, quedando el barco casi atravesado entre ancla y amarra de popa.

Conseguimos rehacer la maniobra que teníamos previamente, pero la paz nos abandonó. A partir de ese momento el capi, cual búho, oteaba una y otra vez los cabos. Sobre todo la parte de las amarras en tierra, pegadas a la roca y con el temor de que se pudieran rozar y partir. Habíamos largado solamente 20 m de cadena, lo que nos dejó bastante indefensos. Pensamos que los cabos a tierra serían suficientes. Pues no.

En el atardecer, con los aerogeneradores a punto de despegar, decidimos largar otra ancla con dirección SW en prevención del role esperado para la noche.

Cenamos, mal que bien, con un rico menú, langostinos al ajillo, ventresca de bonito, salmón ahumado y un poquito de ensalada, un poquitín de vino, turrón y no mucho espíritu navideño.

La duda seguía presente, aquí dentro de la rada y con las piedras de la orilla tan cerca, nos sentíamos en una ratonera sin opción de maniobra alguna. Solamente esperar el role y desear que los primeros vientos de la madrugada no llegaran tan fuertes.

Guardias nocturnas para control de las amarras y a las 4 de la mañana, con el principio de la guardia del capi, todo el mundo arriba. Hay calma chicha y toca cambiar de fondeo.

Estudiamos a fondo la situación para los vientos previstos del W-SW y con ancla por proa, 50 m. de cadena, sonda de 5 m., dos amarras por popa y otras dos por proa hacia la roca, haciendo barbas de gato, alomojó el día de Navidad puede resultar más tranquilo aunque vuelvan a establecerse los 25-35 kts. de ayer, que a más a más son siempre racheados.

Pues lo dicho ¡¡¡¡¡¡Feliz Navidad!!!!!!!