Desde Necochea

Seguimos con nuestras historias un pelín negativas, a saber: salimos el lunes a media mañana, como estaba previsto, para probar los equipos y en su caso zarpar al fin.

Salida chula y con espectadores del YCA de Mar del Plata, con el capi haciendo alarde de buena práctica entre barcos colocados por todas partes.

Vimos que funcionaba la sonda, cosa que nos preocupaba bastante y salimos del puerto tan contentos. Rápidamente llegó la orden de izar mayor y en eso estábamos cuando unos de los sables de las mayor se rompió. La fibra de la que están hechos se quedó hecha trizas en la zona del mástil.

Comprobado el desaguisado, vuelta para dentro del puerto. En este caso nos quedamos en una boya para ver como se podía resolver.

Costó más de 3 horas la reparación en un taller, luego ponerlo todo en su sitio y ya empezaba a oscurecer. Nos quedamos a pasar la noche en boya y zarpamos temprano.

Decidimos cambiarnos a otra boya que había quedado vacía y nos daba mejor pinta y al hacer la maniobra comprobamos que el cabo del que estuvimos amarrados estaba a punto de romperse, le quedaban 4 hilitos de nada. Esta vez nos sonrió la suerte, porque si rompe, sobretodo durante el tiempo en que estuvo la first mate sola, podíamos haber acabado en las piedras.

A las cinco de la mañana, ya con luz, repetimos la salida de puerto. Esta vez todo ha ido bastante bien, el nuevo equipo informa a su manera de la intensidad de viento que llevamos, generalmente entre cinco y diez nudos por encima de lo que dicta nuestra experiencia.

Hicimos muy buena navegación a vela hasta unas 10 millas de Necochea. Aquí nos recibió con los brazos abiertos un nubarrón que nos metió treinta y tantos nudos de viento y un buen chaparrón. La gran escollera que protege el puerto de los sures nos dio un buen resguardo en cuanto pasamos la baliza de entrada. Así pudimos disfrutar del recibimiento de una leonera (leones marinos) que tienen ahí su hábitat natural. Vimos jugar a las crías y nos llegó algún que otro rugido de los adultos.

Estamos atracados, abarloados a un pequeño pantalán de apenas 6 metros en un Club llamado Vito Dumas, disfrutando de un atardecer sobre la ría bien lindo.

Nuestra posición es

38º 33’757 S

58º 42’945 W

Hemos recorrido 76 millas y poco a poco nos iremos amarinando.