Caixa do Aço

El día de nuestra arribada no salimos para nada del barco, todo fue descansar. Por la tarde apareció otro catamarán, de bandera italiana, con propietarios brasileños que se acercaron a saludarnos. Tomamos unas cervezas y charlamos de todo un poco. Ellos acaban de llegar con su cata desde Roma y están como niños con zapatos nuevos. Su barco es el CASCALHO.

Al día siguiente hicimos la primera incursión para comer y ver lo que hay alrededor. El motor del dinghy falló desde el primer momento y Carlos tuvo que remar para llegar a tierra y regresar después de la comida. Cambio de bujías, limpieza, revisión de lo que queda a la vista, nada, que ni quiere arrancar. De nuevo a remo a pedir ayuda. Con unas bujías viejas, adecuadas para un octanaje distinto que hay aquí en Brasil, consigue que arranque y que muy despacio nos lleve a los sitios. Ya nos
parece todo un logro.

Charlamos con los chicos del QUO VADIS, Marina y José, navegantes argentinos que conocemos de la Rueda y que están haciendo el mismo viaje que nosotros. Todo lo que nos dicen nos resulta de interés, ya que conocen muy bien este recorrido. Ellos deciden esperar el frente en otro lugar, porque confían más en las boyas que en su ancla, así que a mediodía salen para Jureré. Nosotros con 50 metros de cadena y ocho de sonda, nos sentimos lo suficientemente seguros, aunque el tenedero es flojo, buena parte es cascarilla y el resto lodos.

El frente acude puntual a la cita, el viento no supera los 25 kts. por si acaso, nos mantenemos alerta. Por la noche ha vuelto la calma y dormimos a pierna suelta.

Después de estos días confinados en el barco, por el fallo del motor del dinghy y por el viento, hoy sábado, hemos salido a ver mundo. El mundo lo tenemos aquí al lado. En esta zona de playa hay tres chiringuitos flotantes, uno de ellos de aspecto lujoso, que desde la semana pasada solo abren los fines de semana y hoy un montón de barcos que van llegando desde primera hora de la mañana, todos de motor, por supuesto, además de motos de agua, barcas de alquiler, los barcos piratas que hacen las excursiones para los turistas, etc. etc. se concentran aquí y esto parece una feria.

Mientras comíamos en el chiringuito de Eric, hemos conocido a Pedro, un tipo simpático y extrovertido que tiene una casa de vacaciones, justo enfrente de nuestro cata. Él y su amigo Renato han venido a conocer el PRATI y después hemos ido a conocer su casa. Un lugar precioso, oculto entre la naturaleza, todo fabricado en madera y cristal y que parece colgado de los árboles. Dice que es un tipo con suerte porque tiene como amigo al Magrão (magrão significa muy delgado y en sentido figurado se refiere a Cristo en la cruz). Nos hemos hecho unas risas con ellos y lo pasamos muy bien.

En la Rueda nos han comentado que los frentes fríos del Sur, parecen haberse puesto en cola para ir subiendo cada dos o tres días. Asociados al frente vienen vientos del S y en cuanto éste está pasando, rolan al N. Lo habitual, en esta época del año no es esto, pero al menos los próximos 8 días la previsión es de dos o tres frentes seguidos y cuando el viento es favorable es de casi 30 kts. Conclusión, seguir esperando a mejores expectativas. De momento vamos a bajar al Sur de Florianópolis, a la ensenada de Pinheira, que dista unas 45 millas, por aquello de ir avanzando un poco. Pensamos madrugar y al despuntar el día, levar ancla y posiblemente motorear hasta allá.

Nota para Pepe. Siguiendo tus doctos consejos, hemos cambiado el fluido automático de trasmisión del sail drive, en la medida de lo posible. Sin sacar el barco del agua, solo se puede extraer y cambiar el 70%, menos da una piedra.