Navegando hacía Porto Belo

El viernes a la noche, en la Rueda Argentina, nos comentó Alejandro que para el día miércoles se espera un frente frio en esta zona y que deberíamos estar atechados en ese momento. En vista de que el viento va a ser casi inexistente hasta entonces y que seguir tantos días de vacaciones parece un abuso, volvemos a considerarlo y decidimos emprender la travesía hacia el Sur para estar en Porto Belo cuando llegue el frente frío del SW. Y así vamos haciendo camino.

Con las mismas, esta mañana, después de un último rascado al casco de estribor, que parece que le crece el verdín por generación espontanea, levamos ancla, encantados de ver la cadena más limpia que cuando la echamos. Este fondeo es de arena y ha quitado mucha de la mugre acumulada en tantos fondeos en fango.

El viento, según pronostico, casi cero. A lo largo del día entraron 5‐6 kts., desenrollamos génova y navegamos a vela unas 5 horas. Bueno lo de navegar es un decir, arrastramos el culo a una media de 2,5 kts. en un mar de fondo incómodo y con olas por el través. Lo bueno de llevar el génova abierto es que además de que no hay ruido de motor, podemos sentarnos a su sombra en la proa, lo que es muy de agradecer con el calor que hace, hemos tenido casi todo el día 34º Al atardecer vuelve a caer el miserable viento y volvemos a motorear. Siempre con el motor de estribor, el de babor ya habíamos contado que tiene agua en el aceite de la reductora y solo queremos usarlo lo imprescindible.

Ahora, al anochecer, dejaremos por el través Ilhabela y esperemos que los mosquitos borrachudos (leer bogachudos) de la Bahía de Castellanos, no nos ataquen como hicieron cuando estuvimos allí, dejan recuerdo para casi un mes.

Todo el día nos lo pasamos pidiendo viento. Hay un viejo proverbio que dice que hay que tener cuidado con lo que se pide, porque se puede cumplir. Pasadas unas 12 millas del faro de Ilhabela, entra un repentino SW, fuera de todo pronóstico, que alcanza los 24 Kts. del puro morral. Por todo el litoral se va viendo como las tormentas iluminan la costa y los nubarrones hacen su aparición en la pantalla del radar. Vamos con un solo motor, a bajas revoluciones, el viento es tan fuerte en la amura que el piloto automático no se hace con el gobierno del barco. Se desconecta el automático y a mano, bajo las capotas de mal tiempo recién instaladas para esta travesía. Hay que ver lo mal que se comporta el barco cuando la propulsión es a motor. Tratamos de mantener rumbo bajando revoluciones para capear el mal tiempo, aguantamos bastante rato y decidimos poñer a cara donde tiamos o cú, que en portugués “significa” dar media vuelta y dirigirnos al abrigo de la Bahia de Castellanos en Ilhabela. Por delante casi 3 horas. No había acabado la primera hora y nueva decisión, mejor correr el mal tiempo. Tenemos sotavento mar. La situación cambió radicalmente, lo que hace unos minutos era un infiernillo, pasó a ser una situación casi cómoda. En mitad de la operación sacamos foque y apagamos motor y así continuamos. Esta historieta duró casi 4 horas que pasamos regularcillo sobre todo por no saber actuar de forma correcta desde el principio, a causa del cansancio y el sueño.

A partir de las 3 de la mañana, en horario local, todo volvió a la normalidad, el viento cesó por completo y de nuevo al tran tran del motoreo que aún nos acompaña.

A las 12 UTC, en las últimas 24 horas, hemos navegado 112 millas, de las cuales a rumbo directo fueron aproximadamente 90

Posición a las 12 horas UTC

Latitud: 24º 33,621 S
Longitud: 45º 43,392 W
Temperaturas del aire entre 26 y 34,9º
Temperatura del agua: 26‐28º
Millas navegadas en las últimas 24 h: 112 Nm
Distancia a Portobelo. 217 Nm.

Si todo va normal y no hay viento, a motor faltan 36 h., si hay viento, como casi seguro que será flojito, flojito, un poco más.