5 de febrero.- 8º día de navegación, otra historia de canguelo.

Las previsiones meteorológicas fueron ciertas, pero se quedaron cortas.

A media tarde de ayer, navegábamos con viento medio de F-4-5 y sin previo aviso, a las 6 de la tarde, de súbito, entró un ventarrón que en menos de 10 minutos alcanzó los 35 Kts. y subiendo.

Rizamos con bastante dificultad, muchos nervios y bastante miedo. Nuestra estabilidad era muy precaria o nula. La que se montó fue de escándalo, algo así como lo de las películas. Nuestra popa, que es lo que habitualmente divisamos, era una alfombra de puntas blancas, mar lechoso y olas enormes. Pudimos comprobar, afortunadamente, que el piloto automático en una circunstancia tan dura, respondía bien. Pasó la primera media hora, en la que llegamos a ver puntas de 46 kts. de viento y nos fuimos conformando con lo que había, aunque bastante nerviosos.

Para que no faltara nada, por nuestra popa y a rumbo de colisión, venía un superpetrolero en lastre, de 325 m de eslora, ORE BRUCUTU, que no cambió el rumbo hasta que lo teníamos a menos de 2 millas. No le podíamos llamar por VHF, porque la antena en lugar de estar en lo alto del mástil, se había apeado y descansaba placidamente sobre la cubierta. Barco gigante en las proximidades, no hay radio, el mar es una locura, ¡viva la madre superiora!

 

02 ORE BRUCULU de 325m a menos de una milla

ORE BRUCULU 

Una hora después, pasamos de F-8, otra vez a F-6, aunque el mar continuó bien duro. Se nos presentó una noche de vigilia, pues ante los bandazos permanentes que íbamos dando no podíamos pensar en descansar en el camarote, por si el piloto automático perdía el rumbo y había que ir a la rueda a toda prisa. Pasamos la noche uno de guardia y el otro dormitando en el sofá, al lado. La noche se hizo eterna y pensábamos que al amanecer las cosas se verían mejor. Pues no. Amaneció con más de lo mismo y era mejor no verlo. Las olas pudieron haber sido de entre 4 y 5 metros y para compensar viniendo de cualquier parte. Cuando estábamos navegando, por ejemplo a 8 kts. una ola nos ponía en su cresta y llegamos a ver, en una ocasión, los 15,6 kts. de velocidad. La coctelera fue perfecta. En estos casos el temor es siempre el mismo, que haya alguna rotura importante y sobre todo la posibilidad de algún accidente personal.

Viendo que la situación no mejoraba sacamos otro parte meteorológico y pudimos confirmar que efectivamente para esta tarde, aunque no lo pareciera, mejoraría la situación. ¡Que alivio!

Hasta las 16 horas no hubo paz, a partir de ahí, y como si se tratase de un cronómetro, el viento bajó a lo previsto, 18 kts. la mar sigue todavía montada, pero será cuestión de horas el que se acompase al viento.

Poco después de la rasca

Estamos escribiendo a las 20 horas y estamos optimistas, seguimos eso sí, con dos rizos en mayor y foque.

El tema de la antena de VHF, nos ha dejado pasmados. La habían montado nuevecita en Vigo, hace 2000 millas y lo que parece casi un milagro es que haya caído dentro de la cubierta. Estamos sospechando que en la caída se produjo un corte de unos 15 cms. en la lona del foque, porque no encontramos ningún otro motivo que justifique ese rasgón vertical que hemos descubierto ayer.

Hemos cargado la batería del VHF portátil y con él nos arreglaremos si algún otro barco se nos pega demasiado. Nos acordamos de toda la familia del capitán del petrolero, que además de no cambiar el rumbo hasta estar encima, luego nos pasó todavía más cerca, a menos de 1 milla por estribor. Estábamos nosotros como para encima estar viendo venir aquella mole sin capacidad ninguna de maniobra por nuestra parte.

Posición a las 12 horas UTC
Latitud: 13º 21´ 00 N
Longitud: 21º 37’ 39´ W
Temperaturas del aire entre 21,4 y 23,2
Temperatura del agua: 22º
Millas navegadas en las últimas 24 h: 178 Nm
Millas navegadas desde Melilla: 14.585 Nm
Distancia a Brasil: depende del punto de recalada, “o no”, ja, ja.