31 de enero, tercer día de navegación

Como apuntábamos ayer, hemos salido de Las Palmas con los alisios de media intensidad. Nos vinieron a despedir Santiago y su colega de navegación, Juana y Toni.

Hicimos un primer bordo al sureste para librarnos del meneo que monta el mar en las
proximidades de la isla, sobre todo en la parte norte y porque es el único posible con vientos del NNE. Dejamos bien atrás la isla de Gran Canaria y cambiamos de bordo hacia el W, con la intención de ganar sotavento. Durante la próxima semana vamos a tener vientos del primer cuadrante y perderemos la ganancia que hemos obtenido este par de días.

A mediodía de ayer pusimos rumbo al Sur, bordo que esperamos nos acerque a Cabo Verde. Llevamos dos días de buena navegación, aunque se nota bastante nuestra falta de costumbre de navegar. Desde finales de mayo en que arribamos a Baiona, solamente hemos hecho la travesía a La Graciosa y después las mini travesías entre islas. La corrosión nos invade.

El piloto automático, de nuevo, se ha hecho notar. Ha saltado varias veces la alarma de desviación de rumbo y una vez corregida la configuración, poniéndolo en manual con mar fuerte, parece que lo lleva bien. Íbamos navegando con vientos entre 15 y 22 kts, pero con mar más alta de lo que corresponde a este viento.

La first mate ya casi está entonada y hasta puede mecanografiar todo esto. Al tío Migue, decirle que efectivamente seguimos tratando de capturar el rayo verde y  ahora más que nunca, por las circunstancias que nos rodean, en las que se precisa un rayo de esperanza. En esta travesía, tío Migue, vamos con luces y tó.

Solo hemos avistado un barco que tuvimos en paralelo muchas horas por llevar velocidad similar a la nuestra.

Los dos amaneceres nos han regalado la presencia de los delfines, esta mañana fue un espectáculo que pocas veces se repite. Había cientos y cientos de pequeños delfines haciendo cabriolas alrededor del barco y durante muchos minutos.

Posición a las 12 horas UTC
Latitud: 24º 41’80 N
Longitud: 18º 52’58 W
Temperaturas del aire entre 17,6 y 21,9
Temperatura del agua: 17-19º
Millas navegadas en las últimas 49 h: 352 Nm
Millas navegadas desde Melilla: 13.769 Nm
Distancia a Brasil: Mucha

Aunque en un principio pensamos en no hacer comentarios sobre el Puerto Deportivo de Las Palmas, hemos cambiado de idea y vamos a narrar lo que aconteció desde nuestra llegada el día 6 de Diciembre, día de la Constitución:

Antes de entrar por la bocana, llamamos por el VHF al canal 11 que tienen de servicio y al 16, para avisar de nuestra inminente llegada. Repetimos las llamadas varias veces y nadie contestó. Entramos por el puerto, dimos una vuelta completa, seguimos llamando por el VHF y nadie contestó ni apareció para indicarnos nada, ni marinero, ni vigilante, ni persona humana alguna. Donde vimos hueco, en el pantalán de entrada a estribor, allí atracamos con la ayuda de los vecinos.

A la mañana siguiente, papeles en ristre, nos dirigimos a las oficinas a formalizar la entrada. Habían cambiado la ubicación y preguntamos en una tienda del recinto de la marina. La buena señora nos advirtió que fuéramos preparados para el “amable” recibimiento que nos daría el personal del Muelle Deportivo.

Ni más ni menos. El marinero, contramaestre o lo que fuera aquel señor, al identificarnos como los tripulantes del catamarán PRATI, nos echó una bronca de colegiales.

– ¿Por qué ustedes han atracado allí sin nuestra autorización?
– No había nadie a quien preguntar
– Es que ayer era festivo y no hay personal. No obstante ustedes tenían que haber atracado en el pantalán de recepción.
– Es que allí había dos veleros grandes, uno de ellos el POLLUX, de gran eslora, que ocupaban todo el pantalán.
– Es que esos barcos no tenían que estar ahí…… (Sin comentarios)

Esa misma tarde y utilizando influencias, nos trasladamos a otro pantalán en mejor ubicación. El marinero (otro esta vez) al que llamamos por la emisora, nos dijo que mejor al día siguiente, pero al ver que hacíamos las maniobras nosotros solos, allí se presentó. Como un almirante de la armada, dijo que en el atraque las ordenes las daba él y que si no estábamos de acuerdo, nos fuéramos al fondeo.

Como es de esperar en estos casos, el susodicho marinero, metió la pata y el cabo del muerto lo enredó con la pala del timón. Le apunté con el dedo como Colón, indicándole que se largara y acto seguido, bañador, gafas y al agua a deshacer el entuerto. Esa fue la valiosa colaboración de la marinería a nuestra llegada.

A la mañana siguiente vemos llegar una cuadrilla de trabajo al barco pegadito al nuestro. Es un barco, polaco, de ferrocemento al que van a hacer reparaciones múltiples a flote y dentro de una marina.

Hemos sufrido, durante mes y medio, trabajos, en horas y días intempestivos, con radiales llenando el muelle de óxidos, pintura de minio, etc. durante varios días. Trabajos en fibra, pantalán lleno de mierda, música bacaladera a lo alto la vela. Los extranjeros atracados en el mismo pantalán, se hacían cruces. Lo nunca visto en una marina deportiva tener un varadero a flote y en convivencia con el resto de los mortales.

La vigilancia, si es que la hay, no la vimos en todo el tiempo que pasamos ahí. Así y todo nos hemos mantenido prudentes, sin alzar la voz ni reclamar nada a la autoridad portuaria, que suponemos que habrá.

El colmo lo hemos vivido a nuestra salida. Cuando estábamos fuera de la bocana del puerto exterior, aparece, a toda velocidad, la lancha de la marina. Nos hace señas y que paremos.

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– Ustedes se están marchando sin pagar los tres últimos días.
– Hemos estado en la gasolinera, haciendo una reparación de emergencia con la autorización de ustedes.
– Ese pantalán es también de puertos del estado y ustedes tienen que pagar. Yo no he venido a discutir con ustedes.
El tono de voz del capitán, empezó a elevarse y al ratito, bronca.
– bueno, vamos a dejarnos de historias, le pagamos los tres días y adiós.
– Yo no se cuanto es
– Nosotros si, le pagaremos redondeando en exceso y hasta ahí llegamos.
– Ustedes han estado abarloados al pantalán de la gasolinera y eso es más caro.
No le mandamos a la mierda, pero las ganas nos quedaron
– aquí tiene el dinero, si quiere lo coge y sino llame a la patrullera, porque nosotros no volvemos a puerto.
– Ustedes, no van a poder entrar más en este puerto.

Nota para el Capitán Marítimo: con el personal que usted tiene y que damos por supuesto que conoce, usted está haciendo flaco favor a la ciudadanía que con sus impuestos ha pagado la construcción de ese muelle deportivo y las nóminas de usted y sus funcionarios, además de dar una penosa imagen a tantos barcos que vienen de otros países. Debería hacérselo mirar. Adiós.