Despedida de Vigo

El tiempo de verano ha pasado, inexorable y la luz decrece a nuestro alrededor.

Unos hermosos días, soleados y con buena temperatura, ponen el colofón a este verano desapacible, que hemos vivido en Vigo y en el que hemos recordado lo que siempre decíamos cuando vivíamos en Galicia: el único plan seguro es el de ir de enchentada, los demás siempre están supeditados a la climatología, o sea, puede que si, puede que no.

Mientras en el PRATI ha habido de todo, días de espera infructuosa, días de overbooking, con hasta 13 personas trabajando a la vez, trabajos espléndidos, otros solo pasables pero mucho mejor de lo que hubiéramos encontrado por esos mundos de Dios que venimos de recorrer.

Se han resuelto las humedades que traíamos en esta última travesía. Se ha conseguido una buena estanqueidad para los distintos cofrets e incluso estamos animados a jubilar los gorros de ducha (aquellos que confeccionamos en Cabo Verde para proteger las salas de motores).

Se ha reparado, sustituido en algunas partes y cepillado en las demás, la teka de la bañera. Tenemos una mesa estupenda para las cuchipandas, un mueble en la bañera donde guardar los zapatos, esos que aparecen por todas partes cuando hay visitas y algunos otros trabajillos de ebanistería que iban haciendo falta.

Ahora el PRATI tiene instalada una calefacción a todo trapo. La caldera es náutica, a gasoil, los radiadores son domésticos, por agua y esperamos que den mucho juego en el sur de Sudamérica.

Hemos sustituido la antena de VHF y de paso todo el cable. No podíamos hablar con casi nadie, ahora el capitán ha hecho pruebas hablando con Combarro, a unas 12 millas y con buena recepción.

Tenemos instalada una segunda potabilizadora, a 24 V y unos estupendos aerogeneradores. Queremos aprovechar toda la energía y no utilizar el gasoil más que en casos de última necesidad. No en vano, algunos nos llaman “macetas” expresión que era nueva para nosotros y que los del CELEBRATION nos han explicado que se corresponde con la tacañería.

En el capítulo de las lonas, también hay novedades. El dinghy tiene gabardina, aunque le proteja sobre todo del sol, pero recuerda más a una gabardina que a otra cosa.

Tenemos unas capotas, tipo JANÉ, para nuestras cabecitas, sobre todo las que tienen poco pelo, que ahora estarán a resguardo del sol y de la lluvia. Están muy simpáticas y le han cambiado la fisonomía al cata. Seguro que el diseñador de este modelo, echaría pestes si las viera.

El tema que más nos ocupa y nos ha ocupado siempre, el del piloto automático, pensamos que sigue igual. Hemos sacado algunas conclusiones y ahora que llevamos todo actualizado, nos ocuparemos de resetear el sistema con frecuencia para ver si así mejora el funcionamiento. Nos ha pasado como cuando alguien se siente mal y todas las pruebas médicas le dicen que no tiene nada. Si no eres un hipocondríaco, sigues estando mal. Eso nos pasa a nosotros, que si nada está mal, pero falla……… lagarto, lagarto.

Entre col y col, hemos hecho turismo:

Carlos y Luisa (él compañero del Charly de adolescencia) nos han llevado por el N de Portugal, hemos cruzado en ferry el Miño, hemos visitado Castrelos y El Castro de Vigo.

Ángel y Picu, nuevos amigos, nos han llevado a visitar el Monte de Santa Tecla, en la desembocadura del Miño, el castro que hay allí y a La Guardia.

Con Julio, del URSULA y Leo y Ana del ATLANTIDE, pasamos un estupendo finde de turismo por la zona y de reuniones con otros navegantes.

También hemos conocido a Bea y Domingo, una simpática pareja que además de arreglar la espalda del capitán, nos abrieron su casa y ofrecido su amistad de navegantes de las rías.

Coincidimos con la llegada de la flotilla de las Rías Baixas, Royor y Cía y recibimos en el PRATI, maltrecho en esos momentos, su visita multitudinaria.

Otros días, solos los dos, hemos recorrido las calles de Vigo y encontrado siempre un buen lugar donde tapear o cenar más seriamente. Los días se han ido pasando como en un soplo y estamos llegando al final. Nos ha encantado esta estancia en Vigo, situados en el mismo centro de la ciudad, rodeados de gente y de la amabilidad, fuera de lo normal, de todos los empleados del Club Náutico.

Para ser sinceros, también hemos recibido quejas:

Algunos dicen que si estamos missing, otros que somos un poco vandarras en cuando estamos en tierra, etc. etc. en nuestro descargo decir que lo más interesante, o sea el capitulo de trabajos, vale más resumirlo y que parezca algo sencillo, que trasmitir esos mosqueos diarios, que si este no viene, que si el otro mancha lo que se acababa de limpiar, que si esta instalación está hecha al revés, que si ahora no hay esto …….. Que os podemos decir que vosotros no sepáis. Las dosis de paciencia que se emplean en estos casos son inmensas, pero todo llega a su fin y bien está lo que bien acaba.

Ayer, nos reunimos con todos estos amigos, en un aperitivo que se prolongó hasta bien entrada la noche, para despedirnos y agradecer su compañía y amistad.

Mañana, 11 de septiembre, arrumbaremos hacia A Pobra do Caramiñal y desde allí volveremos a contactar con todos vosotros.