A partir de las 12 UTC (ocho de la mañana en nuestra hora local) el viento sigue flojo pero constante y con todo el trapo que llevamos, los resultados son estupendos, a pesar de que desde nuestra salida de Puerto Rico llevamos una corriente en contra de entre 0,5 y 1,5 kts. En latitudes más altas, hacia donde navegamos, nos encontraremos con la corriente del Golfo de México que será favorable y nos empujará hacia destino.

Hasta medianoche el viento se mantuvo entre 10 – 12 kts. y ya en la guardia de la madrugada, el capi tuvo que recoger génova, pues el viento subió hasta los 16 -18 kts. de real, que yendo como vamos de ceñida, formó un aparente de 22 – 24 kts. Es el momento de reducir trapo y mantener la seguridad del barco.
Esta circunstancia duró apenas un par de horas para volver a los parámetros anteriores y nosotros a sacar el génova de nuevo.

Ayer fue un día de bastantes avistamientos flotantes, nos cruza por proa un carguero chipriota , otro de Vanuatu y otro de Marshall Islands y dejamos por la popa un velero de nombre NADA, en español nothing, según dijo su capitán con el que hablamos por VHF y a lo que nuestro capitán respondió: It is not enough……… Risas y parece que entendió la broma. Le habíamos avistado por proa babor y en muy poco tiempo quedó por la aleta. En ese momento navegábamos a 9 kts.

Que cosa tan fácil que no habíamos hecho y ojo la comodidad y el confort que nos está aportando. Hemos instalado en la bañera un quitavientos, lado de estribor, que es donde estamos amurados durante estos días. Nos lo confeccionaron en Trinidad y se nos había olvidado. Ahora podemos comer en la bañera sin que las hojas de lechuga salgan volando. Volvemos a disfrutar, como hacíamos en el cata anterior, de una bañera recogida y confortable, como si se tratara del porche de casa.

Salvo esporádicas apariciones de un tímido sol, llevamos cuatro días de gris plomizo que bien se asemeja al dominante en nuestra querida patria chica. Tampoco por la noche hemos podido disfrutar de la luna llena, que a pesar de la nubosidad, transmite claridad al horizonte.

Estos días de atrás hemos escuchado a Javier Babé de La Peregrina, contarle a Alejandro de la Rueda Argentina, lo extraña e irregular que está siendo la climatología en este cruce, apenas hay viento y las encalmadas convierten el Atlántico norte en una laguna. Esta es la opinión de un experto en su decimoséptima travesía de vuelta a Europa. Opinión ratificada y avalada por la gran experiencia de Leo del Atlantide que lleva un buen número de cruces y se hace cruces con el de esta vez. Con ellos y con Pablo del Celebration, charlamos cada mañana en nuestra net particular de españoles, a través de la BLU. Nuestro caso está siendo diferente y mejor, desde el principio hemos tenido viento, navegamos siempre a vela y les ponemos los dientes largos cada mañana.

Poco a poco va mejorando la situación, el mar se suaviza, el viento se queda en F-2-3 durante todo el día y ya tarde y noche arranca un poco para ponerse en F-3-4. De madrugada sube un poco más y llegamos a tener F-4-5. La navegación de ayer se hizo bastante cómoda aunque un poco pesada por la escasez de viento. Al atardecer lució el sol de forma espléndida y esta mañana hizo lo propio hasta mediodía.

Nuestros bodys se van adaptando a la travesía. Las horas transcurren monótonas en estos primeros compases. Es como que aún no nos atrevemos a llevar una vida totalmente normal, sobre todo la pobre first mate, que aunque va saliendo del bache, no se mueve con soltura.

Esta mañana, habiéndonos quitado el miedo a los fenómenos atmosféricos extraños y
duros, hemos sacado la artillería pesada y vamos navegando con génova (100 m2), foque (40 m2) y mayor (83 m2). El viento entre 8 y 12 kts. que nos entra por la amura de estribor (entre 60 y 70º) y el barco avanza con medias superiores a 7 kts., va ligero, a la vez que aplomado y seguro.

Como algunos de vosotros os habéis incorporado a nuestras crónicas justo al inicio de la travesía, volvemos a contaros nuestro programa de viaje. Hasta hace escasas jornadas teníamos previsto ir por Azores, quizás Madeira, seguro Canarias, otra vez Cabo Verde y de nuevo a Brasil. Alguien se preguntará ¿como para ir a Brasil, se viene a Europa, luego a África y por fin a Sudamérica? Si desde el Caribe quedaba tan a mano acercarse. La respuesta es sencilla, para tomar rumbo directo del Caribe a Brasil hay que enfrentarse con la alfombra voladora en sentido inverso. Algunos recordareis de la travesía Salvador de Bahía – Tobago, singladuras de más de 200 millas con vientos suaves. La corriente era la protagonista de esta historia. Por la zona de la Guayana llega a discurrir con velocidades de hasta 6 kts. en sentido ascendente, de ahí el nombre que en navegación de le da a esta zona de “alfombra voladora”. Ni que decir tiene que para bajar hay que pasar cien mil penalidades o dar la vuelta de la que estamos hablando.

Estos últimos días estamos pensando que no estaría nada mal, cambiar Madeira por Rías Baixas ¿verdad que no? Lo estamos madurando.