El mayor susto en nuestra vida de navegantes.

Todo está ridy para empezar el seiling.
Eso diría cualquier puertorriqueño que se precie. Es simpatiquísimo oírles mezclar con
total desparpajo y estupendos acentos las palabras de español e inglés.

Ayer contábamos que seguíamos con los mecánicos a bordo para resolver la avería del generador. Dos personas estuvieron toda la mañana trabajando. Tuvieron que desplazar la máquina, que pesa lo suyo, dentro del compartimento de motor, que no es el hall de la estación Central precisamente y donde el aire acondicionado no forma parte de las dotaciones.

Cuando terminaron, nos esperaba otra sorpresa.

– Bueno, ahora me decís lo que os debo.
– Lo que usted quiera darnos, estará bien.
– Tengo unas manitas de plátanos estupendas.
– Eso sería bueno.

En lugar de las manitas de plátanos, les dimos unas botellas de cava español y con ellas marcharon, despidiéndonos y deseándonos suerte. Se conoce que se sintieron un poco mal por no haber detectado todos los problemas el día anterior y habernos emitido una factura en la que pone que se verificó y se dejó funcionando correctamente. Así y todo, muchas gracias a esta gente tan maja.

Hoy sábado, 14 de mayo, amanecimos de nuevo en el fondeo, tranquilos y con todo el día por delante para ultimar los preparativos. El capi está un poco moto, tiene miedo de olvidar algo, de no haber revisado alguna cosa, en fin lo normal en estos casos.

Nuestra posición en Isleta Marina es:
Latitud.- 18º 20´076 N
Longitud.- 65º 37´342 W

Nos damos un buen baño, vamos haciendo trabajillos para la travesía y por fin ha entrado el viento del E de unos 10 kts. que es el previsto para mañana. Saltitos de alegría y a seguir con lo nuestro.

Por el oeste se va poniendo oscuro y se presagia una tormenta como las que ya hemos tenido estos días pasados, mucho aparato eléctrico y casi nada más. El viento es del este y la tormenta está por el oeste, no problem.

De repente, el viento empieza a subir y nos lanzamos como locos a recoger la ropa que tenemos tendida, parecía que salía toda volando. Nos metemos dentro y el viento sigue subiendo. Saltan los 30 kts., luego los 40, después los 50 y finalmente entre 60 y 80 anduvo el juego. La lluvia y el granizo hicieron que la visibilidad quedase reducida a unos 6 – 8 metros, el capi, en bañador y gafas de sky, mantiene el tipo al mando de los motores. Magdalena en el display de viento de la mesa de cartas, llegó a ver los 112 kts. Mantenidos entre 60 y 90 durante una media hora, eterna media hora. Al principio el fondeo parecía clavado. Las posiciones se mantenían a pesar de semejante condición dantesca, por fin el ancla empezó a ceder lentamente y veíamos a nuestra espalda el arrecife cada vez más cerca.

Con los motores avante, a media, ayudamos un poco al ancla y la cadena, no obstante el garreo final fue de unos 40-50 metros. El barco daba unas cabezadas enormes contra las olas que se formaron como de metro y medio, estando a cien metros de la costa, que es de donde venía el viento. Nuestra sonda que era de 6 metros, pasó a ser de 1,7 m. y los cataplines a la altura de la faringe.

La segunda media hora fue más benigna, el viento bajó a 40 – 50 kts. pero con la incertidumbre de si volvería o no a subir. La lluvia siguió torrencial incluso después, mientras cambiamos el fondeo para alejarnos del arrecife, una vez que el viento fue amainando.

A nuestro alrededor hay un espectáculo de zona catastrófica, varios veleros en el arrecife o en la isleta contigua, nos enseñan su panza con una escora de 45º, sus orzas están tocando fondo, un catamarán vecino tiene incrustada una placa solar en el mástil del aerogenerador, por la VHF se oyen peticiones permanentes de ayuda y lo que es más curioso, unos les dicen a otros que su caso no es tan serio y que esperen turno. El helicóptero sobrevuela el área porque en la vecina isla de Palominos ha habido un barco accidentado con gente a bordo.

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Ayer estuvimos a punto de quedarnos en ese fondeo, no lo vimos muy seguro y nos volvimos al conocido de Isleta Marina. Coincide que la isla de Palominos tiene sotavento tierra con vientos del oeste.

El susto ha sido de órdago a la grande. En nuestra experiencia de estos últimos siete años, jamás habíamos visto nada parecido. Hemos pasado tanto frío por efecto de la mojadura, el granizo y el mal rato, que parecía increíble que estuviéramos aún en el Caribe. Todo empezó a las dos y media y nos hemos puesto a comer casi a las cinco. Esperemos que esto sea como el proverbio gitano de que no quieren ver a los hijos con buenos principios.

Ahora, flotando, aparecen todo tipo de cosas, la calma es total, casi excesiva y nos hemos quedado planchados. El barco no ha tenido ningún desperfecto y mañana por la mañana, pensamos levar ancla y poner proa a las Islas Azores.

Seguiremos en contacto durante la travesía y desde Azores mandaremos fotos de este momento.